Lost
—And you? —pregunta, quizás, por cortesía.
—Ariel... —contesto con duda evidente que muy probablemente él no nota. Me llego a cuestionar si es realmente mi nombre.
—Nice to meet you, Ariel —responde, ladeando ligeramente la cabeza. Un par de mechones se mueven de su lugar.
—Nice to meet you too. —dije, aún con la duda rondando por mi cabeza.
El chico de ojos rasgados asiente de manera fugaz y después, continúa tarareando con alegría la siguiente canción, dando por terminada la conversación.
Incómoda por no saber como actuar, decido darme la tarea de mirar el piso que no parece tener un color en concreto. Pues este cambia de colores conforme el tiempo transcurre. Me pensar que va al compás del arcoíris y tal vez así es, hasta que comienza a salirle puntos de colores.
Los minutos pasan y el elevador en algún punto se para, abriendo sus puertas y dando paso a una luz que me parece cegadora.
Jimin, sin inmutarse por lo excesivamente luminoso del lugar, da un par de pasos y, antes de salir por completo, me dedica lo que se podría interpretar como un gesto casual de despedida con la cabeza. Yo imito su gesto con dificultad. Los ojos se me cierran sin que pueda evitarlo, por lo que me quedo aferrada a mi sitio, mientras con dificultad trato de no perder de vista a la sombra del chico que se va, hasta que esta desaparece por completo.
Las puertas se cierran, emitiendo un sonido distante, dejándome sola nuevamente. Mis ojos agradecen silenciosamente la lámpara del pequeño lugar. Ya con la vista recuperada, lo primero que miro es la serie de botones que hay en la esquina. Todos circulares y, me imagino que todos son blancos de no ser porque que hay uno que es morado.
¿Ya había sido oprimido?
Como si el elevador apenas se hubiese dado cuenta de ello, se pone en marcha. Aparentando la misma velocidad que al inicio. Sin embargo y, más pronto de lo que debería, se detiene para después abrir sus puertas y dejarme ver lo que me espera en ese piso.
A diferencia del pasillo con luz dañina, este era uno que aparentaba ser infinito. Lleno de estantes enormes de madera que planean tocar el techo, si no es que ya lo hacen. Nada atraída por el lugar, quiero apretar otro botón, no obstante me doy cuenta que ya no estoy dentro del elevador. Doy vuelta sobre mi propio eje, encontrándome la misma vista que hay atrás mío: Libros y estantes.
Extrañada por la repentina desaparición del elevador, miro para ambos lados. Sin saber a dónde ir. La sensación de que estoy perdida se aferra a mí.
Sin otra idea en mente, comienzo a caminar por el largo pasillo, siendo acompañada por nada menos que el silencio y el sentimiento de seriedad que emanan los libros. Por más que avanzo, creo que los estantes se multiplican cada vez más, haciéndose interminable.
Cansada de caminar, me detengo de manera abrupta. Sintiendo por primera vez curiosidad por uno de los estantes, extiendo uno de mis brazos hasta tomar un libro de color rojo. Al abrirlo, inmediatamente muchos números salen disparados de las hojas en las que estaban.
Viéndolos volar en el aire, me doy cuenta que algunos de ellos cuando tienen cerca el símbolo "mas" se suman, pasaba casi lo mismo cuando tienen el símbolo "menos". Cuando el resultado que aparece es correcto, surge una palomita verde a lado del nuevo número formado, pero si está mal, aparece una tache roja. Haciendo que los números se separen y se junten con otros números y símbolos.
Mi asombro habría durado un rato más, si los números no se hubieran multiplicado de manera monstruosa. Pese a eso, sigo viendo el baile que los números me están brindando. Hasta que estos comienzan a caer sobre mí, sin desprenderse de mi cuerpo acumulándose cada vez más. La sensación de agobio por el peso que poco a poco comienza a acumularse.
Asustada, mis manos sueltan a voluntad el libro, buscando quitarme con desesperación los números de mi cuerpo. El libro tan pronto como toca el piso, cae cerrado y los números de forma automática desaparecen como si nunca hubieran tratado de matarme.
Con el ceño fruncido, pateo al libro con toda la fuerza que logro reunir, lanzándolo lejos de mí.
Quiero irme de ahí lo más pronto posible, peropor alguna razón siento que debo buscar algo en este lugar, aunque no sé quées. Y con esa extraña misión en mente, me acerco con lentitud al mismo estante,olvidando por la paz al primer libro.
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Antes de agosto [PARK JIMIN]
FanfictionLos problemas que la agobian en su día a día como adolescente a punto de entrar a la universidad, no la dejan en paz. Tiene en la cabeza tan metido ese embrollo que un día, sin explicación aparente, se encuentra en un diminuto elevador. Siendo acomp...