Save me
Extrañamente motivada, miro los libros con detenimiento, esperando ser atraída por alguno. Sin embargo, todos me parecen iguales. Algo resignada, estoy a punto de tomar uno de ellos al azar, cuando escucho un «psss» proveniente de algún lugar. Me quedo quieta en mi lugar, esperando volver a escucharlo, pero los segundos pasan y no vuelve a ocurrir. Por lo que de nueva cuenta emprendo mi tarea de buscar un libro "adecuado" para mí.
—¡Psss!
Miro hacia ambos lados, pensando que se trata de una persona, pero lo único que hay es el mismo pasillo vacío de gente y lleno de libros. Por un segundo creo que me he vuelto loca. Y tal vez es así, hasta que decido voltearme y me encuentro con un billete tirado en el piso del lado contrario a dónde estoy.
Mi ceño se frunce y una mirada de extrañeza aparece. Me acerco con lentitud al sitio, atraída más por el dinero que por el llamado en sí. Al recoger el billete, este inmediatamente se convierte en un pequeño libro verde con el símbolo del dinero en tono amarillo. Lo miro por ambos lados y creo escuchar suaves murmullos, que no logro distinguir, del libro.
Por alguna razón, el libro me da mala espina. Así que, con cuidado, abro la tapa y lo primero que sale es un par de billetes volando. Creyendo que pasaría lo mismo que con el primer libro, dejo que estos caigan y toquen el suelo. Miro con recelo el libro y caigo cuenta que no salen más, hasta que le doy vuelta a la página y sale un poco más de billetes.
Maravillada recojo los billetes, metiéndolos en uno de los bolsillos de mi pantalón, y me siento en el piso. Coloco el libro verde en mi regazo y cambio de página, ganando más dinero que la vez pasada. Guardándolos de nueva cuenta.
Continúo haciendo los mismos movimientos una y otra vez. Los murmullos iniciales comienzan a escucharse cada vez más, hasta que soy capaz de saber que dicen.
—Trabaja... trabaja... trabaja.
Las voces en un principio no me molestan, pero con forme paso de páginas la voz comienza a tomar otro tono y otra intensidad.
—¡Trabaja!... ¡trabaja!... ¡trabaja!
Comienzo a sentirme nerviosa y presionada por las voces, por lo que intento aumentar la velocidad de mis acciones: pasar de página, agarrar los billetes, guardarlos.
Los bolsillos comienzan a pesarme y creo que me siento feliz por esta extraña recompensa, pero llega un punto en que el dinero que sale, al tocar mi mano, desaparece. Y aun así, siento que toco algo, por lo que hago la misma acción que con los primeros billetes.
Las voces comienzan a sonar más demandantes y los billetes cada vez son más y más, pero mi velocidad es la misma y la capacidad de mis bolsillos está al tope.
Las hojas del libro en algún punto comienzan a moverse por su cuenta, sacando más dinero del que puedo tomar y las voces comienzan a reprocharme cada vez más cosas de las que no soy capaz de entender. Mi vista se nubla por sus señalamientos, pero yo sigo queriendo tomar el dinero, aunque ahora ya no vea nada.
La impotencia me invade y lo único que quiero hacer es huir de ahí, pero no puedo: el peso de mis bolsillos me mantienen anclada al piso. Las voces se distorsionan, amenazando con romper mis tímpanos. No, queriendo romperme.
En mi desesperación, quizás aviento el libro de un manotazo. Y después, el silencio de nueva cuenta me abraza. Al menos en el exterior.
Creo que habría seguido encogida en mi lugar y con las manos en los oídos, de no ser porque un extraño líquido comienza a mojarme un costado del pantalón. Al abrir los ojos, lo primero que observo es un líquido rojo y espeso brotar de un libro azul, junto con otros libros que, al parecer cayeron cuando lancé el libro verde.
Mi cara se contrae de asco e inmediatamente me levanto de mi lugar. El peso que me mantenía anclada al piso, ha desaparecido. Por lo que voy a cerrar el libro azul para que deje de salir, pero al acercar mi mano, otra mano con aspecto enfermo aparece entre el líquido y me toma del brazo.
Asustada comienzo a forcejear, hasta que logro zafarme y con ello, mi cuerpo impacta contra uno de los estantes. Los libros empiezan a caer uno por uno, saliendo de sus lugares y sacando el contenido que permanecía oculto. Los estantes, por su parte, se tambalean y poco después, a chocar entre sí. El efecto en cadena rápidamente se extiende en todo el lugar.
Y yo emprendo mi carrera al lado contrario, esperando no ser atrapada entre los libros y encontrar una salida. Pero por más que corro, los pasillos nunca terminan.
Estoy a punto de ser atrapada entre millones de libros cuando creo oír una canción. Mi intuición me dice que, quizá, allá sea seguro. Por lo que corro siguiendo la melodía.
El desastre me pisa los talones y la canción cada vez está más fuerte. Hasta que veo al final del pasillo una pequeña puerta que dura cerrada unos segundos. Cuando estoy lo suficientemente cerca, una mano al otro lado de la puerta se hace presente y me extiende su ayuda.
Estando a un metro de distancia, mi poca energíame alcanza lo suficiente para dar un salto en un impulso por tomarla. Estiromis brazos lo más que puedo y, cuando me doy cuenta, ya estoy del otro lado dela puerta.
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Antes de agosto [PARK JIMIN]
FanfictionLos problemas que la agobian en su día a día como adolescente a punto de entrar a la universidad, no la dejan en paz. Tiene en la cabeza tan metido ese embrollo que un día, sin explicación aparente, se encuentra en un diminuto elevador. Siendo acomp...