2 Colapso

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La empresa trabajó hasta medio día ese sábado, los preparativos para la celebración del cumpleaños del señor Jixon sólo necesitaban unos cuantos ajustes que Drake debía atender mientras su jefe se preparaba para recibir a sus invitados; ya era de noche y la fiesta iniciaría en unos minutos, en el vestíbulo y la cocina los chefs y meseros corrían de acá para allá con charola en mano llenas de aperitivos, platillos deliciosos y varias copas de champagne y vino y arriba en su cuarto el señor Jixon se alistaba para recibir a sus "amigos" esos amigos que ha tenido por conveniencia desde siempre desde que era niño hasta la actualidad. Traía puesto un elegante traje color negro con una corbata roja, de esos que cuestan miles de dólares en tiendas de prestigio pero apenas si podía fingir buen humor con el dolor de cabeza que tenía desde esa mañana. Era leve, volvió a despertar con una fuerte migraña pero ahora había disminuido considerablemente pero aún estaba ahí punzándole la cabeza.

Drake se encontraba en el patio de la mansión, vestía un elegante smoking negro y esperaba a los invitados para recibir sus autos y acomodarlos; técnicamente se le había otorgado la tarea de ser el encargado del ballet parking, seguramente a esa ahora Jameson y Daniel debían estar en el bar tomando unas cervezas o quizá Jameson él solo, Daniel seguro estaba acompañando a su esposa en esos momentos tan difíciles. El muchacho recibía los autos de esos esnobs sin el más mínimo entusiasmo, James bajó al vestíbulo perfectamente decorado para la ocasión, los meseros y demás personal saludaban educadamente a su jefe y elogiando su apariencia para esa noche. <<Buenas noches Sr. Jixon, que elegante se ve, disfrute la fiesta>> <<señor, todo fue preparado en su honor esperamos que le guste>>, los saludos y felicitaciones resonaban por todo el lugar pero como siempre James no tenía la cortesía de responder ni agradecer los halagos de sus empleados.

Cuando llegó hasta donde se encontraba Drake, vio su reloj y frotando sus manos pregunto.

-¿ya han llegado los invitados?

-aún no señor, pero seguro que no tardan –responde Drake con nerviosismo, sabía perfectamente que a su jefe no le gustaban los contratiempos y mucho menos los retrasos.

Nuevamente Drake se sentía preocupado por la salud de su jefe, esa mañana de nuevo le había pedido sus aspirinas y haciendo la cuenta en total se había tomado ya 4 en un lapso de menos de 12 horas, pero sabía a lo que se arriesgaba si volvía a mencionar la palabra doctor u hospital, esperaba que no hubiera ningún problema durante la velada. a la vez que ambos estaban sumergidos en sus propios pensamientos vieron unas luces que venían de enfrente a la verja de la entrada, debían ser los primeros invitados; eran charles Johnson y su esposa verónica, los dos eran dueños de una agencia de bienes raíces en chicago venían en un convertible rojo y se aparcaron cerca de donde estaban James y Drake, Charles conoció a James en la universidad y aunque se llevaban bien James nunca lo consideró su amigo, él sabía perfectamente que era como todos los demás; cuando ambos bajaron del auto pasaron de largo al joven asistente, solamente le extendieron las llaves del auto para que lo acomodara, Charles saludó con un abrazo a su viejo "amigo" y casi gritándole en la cara dijo.

-Jimmy viejo sin vergüenza, cuanto tiempo sin verte, 55 años ya, vaya cada vez somos más viejos.

-Charlie gusto en verte y a ti también verónica – responde James al saludo de su colega con una falsa sonrisa dibujada en su rostro, odiaba que le llamaran Jimmy y odiaba aún más que le recordaran cuan viejo era ya, pero no le convenía tener conflictos con Charles ni con otros invitados. Al igual que él eran gente poderosa y a veces las discusiones entre ricos pueden acabar bastante mal.

Más invitados comenzaban a llegar y la mansión de James iba llenándose de gente, el lugar que había sido designado como estacionamiento cada vez estaba más lleno de automóviles lujosos; empresarios, políticos, incluso celebridades llegaban por montón a la fiesta y saludaban cordialmente al festejado; a James ya le dolía la cara de tanto fingir la sonrisa con cada persona que llegaba y el leve dolor de cabeza ahora iba incrementando.

El señor Jimmy JixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora