14 ¡Perdóname!

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Tras ir por sus cosas a chicago y arreglar unos asuntos pendientes de su antiguo trabajo, Alexander y Giovanni se instalaron en un pequeño departamento cerca de Brooklyn, quizá no era una casa de súper lujo pero era decente para los dos; visitaban el orfanato con frecuencia y el chico seguía viendo a sus hermanos en la escuela como Georgie después de irse con sus nuevos padres. Él al igual que Georgie iba todos los domingos a ver las presentaciones de Jimmy que cada vez eran más entretenidas y divertidas, incluso los adultos las disfrutaban. Alexander se hizo de un lugar en la empresa de James y ya hasta se había vuelto amigo de Drake, Daniel y Jameson, sin duda se sentía mucho mejor trabajando ahí que con el señor Johnson. En Grace ya sólo quedaban Alice y Rebecca que habían desarrollado una relación mucho más estrecha que antes, a veces la chica temía que Alice fuera adoptada cosa que terminaría ocurriendo tarde o temprano ¿Qué pasaría después de eso? Rebecca se quedaría sola en el orfanato; disfrutaba mucho la compañía de las monjas y de Emma pero desde que Georgie y Giovanni se fueron se sentía triste y los extrañaba; Emma y las monjas cuidaban de ambas y ahora la casa era de mujeres, aunque Drake las visitaba a menudo a pesar de que no fueran los días de las prestaciones del señor Jimmy Jix. El orfanato estaba viviendo su mejor etapa y todo comenzó desde que conocieron a Jim y a Drake.

El tiempo sigue corriendo para James, tic toc, un reloj sonaba en su cabeza cada vez que pensaba en los meses que le quedaban. Faltaba un mes para la navidad y Jim tenía en mente algo que prepararía para celebrar las fiestas a lo grande, todavía tenía tiempo de organizar los preparativos pero por ahora esa no era su mayor preocupación, su mayor conflicto era encarar a Emma y decirle la verdad pero ¿Cómo lo haría? No podía llegar y decírselo así como así, debía hacerlo con tacto y sutileza para no confundirla aunque no importaba con cuanto tacto y sutileza se lo dijera definitivamente la confundiría y probablemente la chica lo odiaría el resto de su vida, cosas así son difíciles de perdonar. Necesitaba desahogarse con alguien, tenía guardado ese secreto desde hace tiempo y sentía como lo carcomía por dentro; Drake, el chico era el más interesado en el tema de los padres de Emma tal vez debía decírselo a él primero y así ya estaría preparado para hablar frente a frente con su hija pero también temía la reacción del chico.

James esperó a su asistente hasta tarde en su estudio, el chico salió con Emma a cenar y después al cine; cuando llegó encontró a su jefe sentado en la gran silla frente a su escritorio, era como tener una pequeña oficina en su propia casa; tenía la expresión más seria que jamás le había visto. Por un momento creyó que estaba molesto con él por algo que hizo o dijo o quizá se sentía mal y tenía que ir al médico, se le acercó y le pregunto qué pasaba.

-¿señor está bien? Lo noto algo...- James interrumpió al joven, suspiró y le dijo.

–toma asiento muchacho, hay algo de lo que necesitamos hablar- Drake se sentó y miro a los ojos a Jim, estaba empezando a asustarlo.

James le dio un sorbo al vaso con agua que tenía enfrente, remojó sus labios, humedeció su garganta y suspiró profundamente de nuevo. Ya estaba listo para revelarle la verdad al chico.

-muchacho te tengo que hablar sobre algo que descubrí hace poco y tiene que ver con tu novia, Emma- Drake ya imaginaba de lo que se trataba, Jim cumplió su promesa y logró encontrar a los padres de Emma.

Drake ya sabía parte del pasado de James, el mismo se lo había contado meses atrás cuando encontró la carta de su madre y decidió cambiar su forma de ser para ser mejor persona. Pero de lo que no le había hablado era de Sharon, la mujer a la que engañó y dejó sin un centavo mucho tiempo atrás; Jim le habló sobre esa mujer y le contó todo lo que paso a su lado, desde que la conoció hasta la última vez que la vio. Drake se preguntaba que rayos tenía que ver esa historia con Emma y por qué Jim se la estaba narrando a él, no quería sonar grosero pero creyó que ese asunto no era de su incumbencia. James notó la expresión de duda y confusión que se dibujaba en el rostro del chico, ya no le dio más vueltas al asunto y empezó a decirle lo que en realidad importaba.

El señor Jimmy JixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora