Drake y Emma habían comenzado oficialmente su relación, tanto James como Eleonor dieron su visto bueno a los muchachos quienes estaban muy enamorados. Los niños estaban felices por ellos, los más pequeños no entendían muy bien eso del amor pero se sentían felices de ver a Emma y a Drake juntos.
Días después de la celebración del 4 de julio James le preguntó a su asistente si había obtenido la información que necesitaba, el chico confirmó que sí y le dijo todo lo que sabía de los niños hasta el momento. Su pasado, como llegaron a Grace y por lo que habían tenido que pasar desde pequeños; sin duda el caso que más lo impresionó y lo hizo sentir un poco molesto fue el de Giovanni, no le parecía justo que el pobre niño estuviera en Grace sin ser un huérfano si tenía un padre que se supone debía cuidarlo y quererlo. El padre del chico le recordó bastante cuando era más joven y todas las estupideces que hizo y sobre todo a su propio padre, se comportó peor que el papá de Giovanni dejándolo en manos de cualquier extraño después de que su madre murió pero a pesar de eso Giovanni había caído en las capaces manos de las tres monjas y de Emma; sin duda el chico corrió con suerte.
Drake había hecho su parte y cumplió con su palabra; de hecho había obtenido una gran recompensa, ahora era novio de Emma y estaba muy feliz con eso pero estaba inquieto por saber que haría Jim para ayudarlo a encontrar a los padres de Emma o alguna otra persona que supiera que fue lo que ocurrió con ellos y por qué la abandonaron. James le explicó que primero debía hablar con las monjas para tratar de obtener alguna pista, cosa que no sería fácil, él no veía a Eleonor como una mujer que le gustara estar contando cosas que no eran de la incumbencia de un extraño pero haría el intento no porque se lo prometió a Drake sino que también había empezado a apreciar a Emma y también quería verla feliz, dejar todos los cabos sueltos de su pasado atados para quitarle ese peso de encima. Comenzaría a investigar lo más pronto posible.
Cuando septiembre llegó los niños debían regresar a la escuela tras unas largas vacaciones, todo ese tiempo Jim lo había aprovechado para seguir perfeccionando su rutina y preparar nuevo material; lamentablemente no había tenido la oportunidad de ayudar a los otros 3 chicos de Grace, lo que pasó ese día con Alice fue mera suerte del destino, la oportunidad de ayudarla se le había presentado sin problema. Alice seguía progresando muy bien, había dejado de ser la pequeña niña tímida y callada para ser más abierta y comunicativa; jugaba mucho con Georgie y ambos se divertían juntos, a veces al verlos Emma y Drake se preguntaban si de grandes serían pareja pero era muy pronto para pensar en eso o más bien era poco probable, ambos se veían como hermanos y amigos no parecería correcto que terminaran siendo novios en un futuro.
-eso lo dirá el tiempo – era lo que Emma siempre decía cuando hablaban del tema.
El primer día de clases había llegado, eran las 6.30 A.M y debían darse prisa para no llegar tarde; la hermana Mary preparó un delicioso almuerzo para cada uno de los chicos, Eleonor se encargó de preparar las mochilas de cada uno y Abigail arreglaba la ropa que llevarían ese día, la planchaba y limpiaba para que no estuviera nada fuera de lugar. Emma sería quien los llevara a la escuela en la van.
-¡chicos ya vámonos, se hace tarde! – gritó la chica tomando las llaves del auto.
Los cuatro chicos bajaron y cada uno tomó su mochila, Rebecca se notaba nerviosa pero no por ser el primer día de escuela sino porque tenía unos cigarrillos escondidos en su maleta que afortunadamente para ella Eleonor no había encontrado, en el recreo fumaría un par para calmarse, siempre lo hacía en un lugar apartado del patio cuando estaba segura de que nadie la veía. La escuela a donde Rebecca, Giovanni, Georgie y Alice asistían era bastante grande, fungía como primaria y secundaria; cuando llegaron todos bajaron de la van y se despidieron de Emma con un beso en la mejilla dándole las gracias por llevarlos, antes de que Rebecca bajara Emma le dijo lo que siempre le decía cada mañana cuando llegaban a la escuela.
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El señor Jimmy Jix
Nouvellestras descubrir que una enfermedad está a punto de acabar con su vida un hombre millonario pero avaro y de mal corazón se dará a la tarea de enmendar su camino y redimirse moralmente con la ayuda de su joven asistente, un grupo de huérfanos y un alte...