Capítulo 20

2.7K 170 0
                                    

POV CAMILA
No podía creerlo, no podía creer que de pronto estuviera extrañandola.
Cuando la conocí y supe sus sentimientos deseaba dejar en claro que no eran mutuos pero después del poco tiempo que habíamos compartido aquella chica me traía loca.
Había huido, huido del amor, de mis sentimientos y de Dinah. Mi amiga por alguna extraña razón trató por días de hacerme hablar de Lauren, de hacerme aceptar que aquel temor era sólo eso, un miedo irracional al que dirán.
Estaba en Narnia, había estado ahí por años pero lo peor no estaba ahí, lo peor estaba en que yo huía de mi misma, de mis sentimientos.
Aún recordaba a Elisabeth, la había conocido en segundo año de secundaria.
Ella se volvió mi mejor amiga y yo me convertí en su sombra, esa sombra que suspiraba por ella.
Admiraba su sonrisa, cada detalle de ella, algunas veces era amable sin razón, quería decirme que era sólo eso, amabilidad, pero no, algo dentro de mi sabía que me estaba enamorando, que estaba viendo en ella más que una amiga.
Que cada que se acostaba en mi hombro mi corazón se aceleraba, que cada indirecta llevaba nombre y en mi mente eran demasiado directas.
Se lo había dicho, le dije de mis sentimientos en navidad ese año, a partir de ahí todo cambió. Mis padres se habían dado cuenta, decidí negarlo como siempre, para mi era un insulto, sabía que yo era eso, era una chica a la que le gustaban las chicas pero algo en mi mente odiaba el ser etiquetada, yo nunca sería una lesbiana, eso era para mi una manera de discriminarme, era ilógico y cualquiera diría que yo estaba loca pero después de todo si, mi mente tenía una manera extraña de funcionar.
Había rentado un apartamento nuevo y llevaba días ignorando a Dinah, el club y cualquier lugar en el que algo me recordara a Lauren.
Estaba viviendo en la zona más costosa de la ciudad y por consiguiente trabajando doble turno en el trabajo para poder pagar el alquiler.
Me sentía ajena a mi, me faltaba yo misma el respeto y me heria sólo por miedo a mis padres.
Sabía que ese era mi miedo.
Por años fui la hija perfecta, por años fui el ejemplo para mi hermana pequeña Sofi, era el ángel en mi casa y por las calles era la chica más inocente.
Lo irónico era mi actuación, era una buena chica pero...si ahí estaba el punto, no podía creer que mis gustos me hicieran sentir como una decepción. Eso era lo que la religión había metido en mi y imaginarme a la gente hablando me aterraba pero me aterraba más el imaginar mi futuro y darme cuenta que si, sólo con una chica a mi lado podía ser feliz.

I was/am LaurenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora