Capítulo 9: Un mes de preparación

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Después de ese día, Frankie y Arthur decidieron hablar con Cedric en la sala común de Hufflepuff. Lo encontraron haciendo tarea en una mesa.
       –Hola... –Dijeron los gemelos de forma tímida. Cedric levantó la vista hacia los chicos y los saludó de vuelta.
       –Oye, ¿podemos hablar contigo? –Preguntó Arthur.
       Cedric asintió y los invitó a tomar asiento en la mesa. Los gemelos se sentaron y, de forma nerviosa, comenzaron a contarle a Cedric acerca del torneo, cuidando que nadie dentro de la sala común los escuchara.
       Una vez que terminaron, Cedric habló.
       –Ya veo, quieren que les enseñe, ¿verdad? –Ellos asintieron. Hubo un momento de silencio y, después, Cedric sonrió. –De acuerdo, les ayudaré.

°°°

Cedric los había citado el viernes en la tarde, en una parte alejada del castillo, al interior del bosque prohibido.
       –Pero, está prohibido ir ahí por alguna razón. ¿Será seguro que nos enseñe ahí? –Preguntó Violet mientras los seis caminaban hacia el bosque. Todos estaban nerviosos por su primer día de entrenamiento, así que el comentario de Violet no hizo más que avivar las llamas.
       –¿Se te ocurre otro lugar sin profesores? –Preguntó Stephanie. –Además, si Cedric dijo que nos viéramos ahí, hay que confiar en él. Debe saber lo que hace.
       –Creo que a alguien le gusta Cedric. –Dijo Marry con tono burlón.
       Varios rieron, pero Arthur volteó con Stephanie.
       –¿Te gusta Cedric? –Preguntó mostrando una sonrisa postiza. Stephanie sonrió y sacudió la cabeza.
       –No es así. –Después soltó una pequeña risa. –Pero es guapo, he de admitirlo.
       –¡Ajá! –Exclamó Violet, apuntando con el dedo a la otra Slytherin.
       Stephanie negó con la cabeza y Arthur volteó al cielo mientras los demás reían. Las nubes empezaban a ser cubiertas por la punta de los árboles del bosque. Cuando bajó la mirada, vio a Frankie, quien movió la cabeza, como preguntándole "¿Qué pasa?". Arthur le sonrió y negó con la cabeza: "Nada". Se acercó a su hermana y la rodeó con su brazo. Ella hizo lo mismo y así avanzaron todo el trayecto hasta el punto de encuentro; un espacio circular bordeado por troncos de pinos muy altos, teniendo como única entrada un espacio entre dos árboles, lo suficientemente amplio para que cruzaran dos personas a la vez.
       Una vez adentro, se toparon con Cedric, que estaba de pie esperando. Después, con un movimiento de varita, Cedric movió ramas del suelo y con ellas tapó la obertura.
       –Bienvenidos, chicos. –Les dijo Cedric. –Antes que nada, quiero que se coloquen en fila horizontal frente a mí.
       Los seis niños obedecieron en silencio. Mientras tanto, Cedric los observaba detenidamente.
       –Bueno, hoy será nuestro primer día. A lo largo de nuestras sesiones, intentaré enseñarles los hechizos básicos que, probablemente, son necesarios para superar las pruebas del torneo.
       >>Sus nobles intenciones son la única razón por la cuál no le diré nada a los profesores de Hogwarts. No sé porqué hayan prohibido este torneo, pero sus razones deben tener, y ustedes, sobre todo, deben saber que las consecuencias de infringir una regla así pueden ser severas. Sin embargo, admiro su determinación.
       >>Como estudiante de tercer año, probablemente no sé tanto como aquellos de grado superior a los que se enfrentarán, pero, afortunadamente, me encuentro un poco adelantado en mis conocimientos, por lo que les aseguro podrán dar buena competencia. Así que, sin más que decir, daremos comienzo al entrenamiento. Comenzaremos con el Encantamiento de desarme. Muy útil cuando de un duelo frente a frente se trata, y fácil de aprender.
       Cedric les mostró el movimiento del hechizo Expelliarmus, el encantamiento de desarme. Y posteriormente, los puso en parejas para intentar desarmar al contrario.
       Así durante tres horas, hasta que pudieran dominar bien el encantamiento. Sin embargo, no les resultó nada fácil. Al inicio, sus propias varitas eran las que salían disparadas de sus manos al conjurar el hechizo. Después, cuándo consiguieron mantener sus varitas en su lugar, el problema fue la puntería. Y, al final, cuando todos los errores posibles habían sido cometidos con la fortuna de no dejar heridos, fue Marry la primera en lograr un desarme correcto, seguida por Stephanie, Arthur, Eliot y Frankie, dejando a Violet como la única que no pudo lanzar el encantamiento con eficacia. 
       –Lo siento. –Se disculpó. –Estoy segura que la próxima sesión podré lograrlo.
       Sus amigos la alentaron con palmadas y palabras de ánimo, para después volver al castillo.

The Whisperers: El Torneo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora