Lo mismo

90 6 4
                                    


-¿Está todo bien? – preguntó Jon cuando volvía a entrar a la casa.

Sólo levante mi vista hacia él. Sabía que lo entendería.

-Si... todo bien – respondí volviendo a mi lado junto a Heather.

Durante todo lo que resto de la noche tanto yo como los chicos estuvimos llamándola. No respondía.

-¿A dónde vas? – pregunto Locklear una vez solos en casa.

-Debo ir a buscar a Mia – respondí tomando mi chaqueta para salir.

-Pe...pe...

-Debo ir a buscarla, Heather – la mire serio.

Heather suspiro – entiendo – sonrió vagamente.

Ya llevaba recorriendo cientos de lugares y aún no aparecía.

-¡Responde el maldito teléfono! – Grité furioso.

- Vamos Sambora, piensa – caminaba de un lado a otro en el parque.

Los lugares ya se acababan y ella aun no aparecía. Sólo contesta el maldito celular, Mia – Apoye el teléfono en mi frente.

- ¡Donde Tommy! – grite.

Ahí debía estar. No había otra posibilidad. Me subí de manera rápida al coche debía llegar antes de que se marchara a otro lugar.

-¿Jon? – respondí al llamado. - ¿te contestó? – pregunte rápidamente.

-Si, dijo que está bien pero quiere estar sola

-¿Dónde está? ¿Volverá a casa?

-No me lo quiso decir pero creo...

-Esta donde Tommy – lo interrumpí.

-Eso creo. Richie... - me advirtió. Sabía lo que venía "Ten cuidado. Quiere estar sola. No vayas a cometer algún error" pero no lo deje continuar.

-Iré por ella – corté.

[...]

Quizás era su décimo trago que bebía o más cuando llegue a ella.

- Mia – la llame.

Noté como su cuerpo se tenso y dejó lentamente su vaso sobre la barra.

-¿Desde cuándo sales a tomar sin mi? – pregunte acercándome.

-No lo hagas –tiró su mano hacia atrás sin mirarme. Me detuve – no te acerques, Sambora –noté como su voz se quebró.

¿Estaba molesta conmigo?

-Vamos, Mia. – pedí volteándola.

Su mirada me rompió el corazón.

¿Quién era el idiota que le estaba rompiendo el corazón?

-Hora de irnos – sonreí tomando su mano para sacarla del bar. No se opuso y agradecí aquello.

[...]

-Soy una estúpida – dejó que las lágrimas cayeran por su rostro.

-No eres estúpida, Mia – la miré mientras conducía.

-Me enamoré – soltó – me enamoré de quien no debía -quitó con rabia sus lágrimas.- me enamoré de la persona equivocada...

Mis manos apretaron fuertemente el volante.

-De seguro él también te ama- dije en tono amargo.

Una irónica carcajada salió de sus labios.

-Ya lo creo... - miró por la ventana. Levanté mi mano con el intento de tocarla. No lo hice. - ¿y sabes que es lo peor? – volteó a verme.

-¿Qué?

-Que él ya está con alguien – apretó sus ojos evitando llorar. – Y ahí aparece la estúpida –negó con su cabeza – ahí aparezco yo... enamorándome de la persona incorrecta

Detuve el coche afuera de casa – ¿te ama?

La ayudaría, ayudaría a que estuviera con el hombre que ama. Aunque él no fuera yo.

Mia volteó a verme – no como yo quisiera – respondió bajando del automóvil.

Apreté el manubrio, mis nudillos estaban blancos e intentaba contener la impotencia por perder a la única mujer que he amado, y sólo por cobarde. Por miedo de perder a la única mujer que siempre ha estado a mi lado. La que conoce a la perfección cada rincón de mi ser.

Me enfurecía, me enfurecía saber que otro idiota había ganado aquel corazón que ya quisiera yo que me perteneciera. Pero no, no me pertenecía. Yo no era el dueño de aquel corazón. Y aquel idiota sólo la estaba lastimando.

Camine rápidamente tras ella y antes que abriera la puerta de su habitación, halé de su brazo haciendo que volteara. Una extraña sensación recorrió mis extremidades, sus pupilas clavándose en el fondo de mi alma con un toque de sorpresa y confusión acompañada. Rocé la comisura de sus labios, retirando con mis manos su cabello. Sus pupilas estaban dilatas mientras me miraba con extrema atención y un toque de nerviosismo acompañaba cada movimiento que hacía. Podía perderla, si daba el último paso podía perderla pero ella no se había separado, y podía jurar que nuestras miradas se veían de la misma forma. ¿Y si te quedas conmigo?

-Déjame curar tú corazón – susurre rozando nuestras narices.

Di el último paso. Como un quinceañero, tímidamente posé mis labios en los suyos, sentir el rocé de su aliento, el perfume embriagador de su cuerpo, me enturbiaba los sentidos, dejándome llevar. De pronto una mezcla de sentimientos de felicidad y adrenalina recorrieron todo mi cuerpo. Suaves roces. Era la unión en una fulminante llama, la culminación de sentimientos maniatados. Un paso de retroceso hacia su habitación y nuestros labios aun seguían pegados el uno al otro. Entonces mis manos buscan hundirse en su pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura.

-¿Richie? –

La voz de Heather nos trae a la realidad. Mia se separa rápidamente y se encierra en el baño.

- Mia – susurre a través de la puerta. – Dime que sientes lo mismo que yo, preciosa – apoye mi frente – dime que no fui yo el único que participo en ello...

No respondió.

-Richie, amor – llegaba Heather - ¿llegó Mia? ¿Está bien?

suspire para voltear a verla -Si – sonreí falsamente – Esta bien – respondí avanzando lentamente hasta alejarme. 


++++++

Suelo subir un capítulo por día pero este es pequeño y bueno. Quería subir otro 🙂

Espero, realmente, que la historia les este gustando y estén disfrutando de ella🙊🙊

Demasiado TardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora