Mejores amigos

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La madrugada se hizo eterna. El silencio ensordecedor. Mis pensamientos... confusos.

Quite con suavidad la mano de Heather de mi cintura y camine al balcón.

-¿Hola?

-¿Te desperté? – susurre a través de la bocina.

-Richie... - dijo con un ligero tono de alegría.

Sonreí – No fui solo yo ¿cierto? – pregunte.

Necesitaba saberlo. Necesitaba escucharlo.

Ella suspiró – No – respondió finalmente.

Volví a sonreír ampliamente.

-No te quiero perder – susurre.

-Ni yo a ti... - ambos callamos.

- ¿Somos idiotas por esto? – preguntó luego de largos segundos en silencio.

Reí.

-Pero lo somos juntos – respondí. -  Podríamos intentarlo ¿no crees? 

-¿Y si no funciona?

-¿Pero lo has pensado? 

Sabia que una sonrisa se escapo en sus labios - No soy buena como novia, Sambora 

Reí - Sé que eres odiosa - sonreí 

-No me aguantarías - susurro. 

Sonreí - ¿qué es lo que no soportaría? ¿Que enredes tus pies helados en mis piernas? - Mia rió. -

-Terminarías odiándome

Sonreí - Ya te odio y aún así me... - ¡Dios! Era difícil decirlo con sus letras. 

-Te ama... - susurro. 

Apreté fuertemente mis ojos evitando que las lágrimas cayeran. 

-¿Sigues ahí? 

-Si - susurre.  

-Siempre seremos mejores amigos, Rick

Sonreí vagamente – no cuelgues

-Haremos que nada paso – habló finalmente.

Separé el teléfono de mi oído. Quería gritar, mandar todo a la mierda.

-¿Sigues ahí?

-S-si – respondí.

-¿Qué pasa si no funciona, Richard? ¿Qué pasa si lo intentamos y no funciona? - callé. Sé que ese era su temor ¡También el mío! - No soportaría perderte, Stephen.

Era verdad. Tampoco soportaría perderla de mi vida.

-Eso no pasará, preciosa

-No lo puedes asegurar, Richie - callé - y sí, lo he pensado... He pensando en el cómo seria pero no puedo... ni siquiera puedo decirlo en voz alta...

-¿Por qué? ¿Por qué no funcionaria? 

-Porque ni siquiera somos capaces de confesarlo en voz alta, Sambora 

Volví a callar. Odiaba que siempre tuviera la razón. 

-Estamos metidos en un maldito problema, grandulón

-No lo hagas, preciosa - suplique. 

-Mejores amigos por siempre – rió vagamente.- ¿lo recuerdas? Con saliva y todo... 

Demasiado TardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora