Heather

96 5 0
                                    


La buscaba entre el público, la buscaba como un loco desesperado. Y maldición ¡No podía! Amo a Heather ¿O no?

-Richie, amor – rió Heather – puedes mantenerte quieto – sonrió divertida antes de depositar un pequeño beso en mis labios. Sonreí, algo iba a decir cuando la vi avanzando tímidamente entre la gente. Puedo jurar que mi boca se había abierto levemente ante aquel ángel que caminaba en dirección nuestra.

Se veía hermosa, más el toque de timidez en su caminar sólo la hacía ver aún más preciosa.

Agradecí que justo en el instante que ella llegaba a nosotros nuestras parejas se hubieran dirigido a otro lugar. Sin embargo, sólo actué como idiota. No era capaz de armar palabra alguna, y cuando lo hacía sólo decía estupideces.

Un vestido blanco largo y sencillo que se ceñía perfectamente a su cuerpo la hacía ver como un completo ángel. Y aquél toque en su espalda, ahí era donde destellaba la sensualidad, una espalda al descubierto. Y yo un idiota diciendo estupideces.

-¿No podías decirle nada lindo? – me reprocho Jon cuando ella se había marchado.

Solté el botón de mi camisa. Necesitaba aire.

-¿Acaso buscas pureza? – Me imito David golpeando mi cabeza – no era muy difícil decirle - ¡Por Dios, Mia. Te ves malditamente hermosa! – alzo sus manos.

-Parecía un ángel – susurre.

-¡o eso! – volvió a hablar David.

-Un maldito ángel - volví a susurrar -hermosa...

-Oh que bien - alzo sus manos Jon - ahora se te ocurre hablar y decir esas cosas - negó. 

-Pero qué querían que le dijera – intente defenderme – nunca la había visto así...

-Por lo mismo – habló Jon – podrías haber dicho algo lindo - algún cumplido, ¡algo! ¿pero qué hizo? -miró a David. 

-Creí que no sabias usar tacones - me imitó mi amigo. 

No respondí.

-¿Para dónde vas ahora? – me miró Jon sin entender.

-Voy a decirle todo

-¿Cómo? – hablo David.

-Sé cuál es la última canción del Karaoke – respondí avanzando.

-¿A dónde vas? – me detuvo Tico que llegaba nuevamente a nuestro lado.

-Debo decirlo – respondí mientras los tres me miraban absolutamente confundidos.

[...]

Al terminar la canción lo primero que hice fue bajar corriendo del escenario y salir en su búsqueda.

Lo haría, le diría todo, le diría que podría funcionar si ambos lo intentamos. Que me importa una mierda lo que diga o piense el resto. Que llevo enamorado de mi mejor amiga probablemente desde que éramos unos adolescentes. Que la amaba, y no, no era un amor entre amigos, la amaba como mujer, como pareja. Porque eso era lo que quería, querría que fuera mi pareja, la que despierte por las mañanas a mi lado, la primera persona que vea al despertar y la última al dormir. La que quiero que me toque con sus manos heladas cada noche, y que sus piernas se enrollen entre las mías, porque la quiero a ella cada día a mi lado quitándome la comida de mi lado. La quiero a ella, completa. Con su sonrisa divertida y sus ojos achinados, con su cabello desordenado y sus jeans favoritos. Que la quiero a ella y sólo ella.

-¿A dónde se fue? – llegué donde Tico.

-No lo sé, se perdió entre el público – pronuncio rápidamente.

-Mierda – bufé molesto mirando hacia todos lados para ir hacia dónde David.

-¿La viste?

-No, la intente detener pero iba muy decidida a marcharse – respondió culpable – Jon la acompaño

-¿Dónde está Jon? – pregunte rápidamente. David hizo una mueca en señal de que no sabía.

Pase la mano por mi cabello de manera desesperada.

-Allá – hable avanzando al divisar a mi amigo.

-Dime que no se fue – hable de manera rápida al estar a su lado.

-De verdad que intente detenerla, Richie – me miró culpable.

Golpee la pared.

-¿A dónde iba?

-No me dijo – sabía que estaba diciéndome la verdad – intente convencerla que se quedara. Que podía estar con nosotros y que tú te mantendrías alejado – sonrió vagamente – pero dijo que no podía...

-¿Te dijo algo más? ¿Alguna señal de hacia dónde iría?

Jon calló.

-Por favor, Jon

Jon hizo una mueca – dijo que no la buscaras. Que necesitaba estar alejada de ti durante un tiempo... aunque aquello la destrozara. Que primero debía aclarar todo en su cabeza...

No respondí. Jon dio suaves palmadas en mi espalda en señal de apoyo.

Entonces vino mi novia a la cabeza. ¿Qué estaba haciendo? ¿Debía hablar con ella? ¿La había dejado de amar? No... pero entonces ¿qué me ocurría con Mia? ¿Amaba a Mia? Si...

¡Idiota! Debía aclarar todo en mi cabeza, en mi corazón...

-Debo... debo hablar con Heather – pase la mano por mi cabello.

-¿La amas?

-¿A quién?

-A Heather...

Levanté mi vista. Podía jurar amar a Heather, me sentía bien a su lado, disfrutaba pasar tiempo con ella... pero ¿y Mia?

-Tú lo has visto – respondí. – sabes lo que he hecho por ella... por conquistarla...

-Entonces ¿por qué corres tras otra chica que no es ella?

Volví a callar.

-No busco confundirte, Sambora pero tampoco quiero que alguno de ustedes salga lastimado. Sabes que a Mia todos la consideramos parte de la familia...

Me deje caer sobre la silla – No sé qué hacer. No quiero perder a Mia de mi vida... Hemos pasado por tantas cosas juntos – sonrió – y muero, muero de celos cada vez que algún idiota se le queda mirando o intenta acercársele... pero con Heather – sonrió – ambos sabemos lo que hice la primera vez que acepto salir conmigo... literalmente volé por una noche para verla...

Jon me miró con sonrisa compasiva – Quien creería que Richie Sambora, Mr Sambo, estaría en este problema de amor – golpeo mi hombro.

Respondí con una mueca – ni siquiera yo lo creo – confesé.

Jon calló durante algunos segundos - Sólo respóndete la siguiente pregunta: ¿Con quién quiero despertar cada mañana? ¿Qué ojos miras y te sientes en casa?

En aquel momento comenzaba la cuenta regresiva y el lugar se llenaba de gritos y copas alzadas.

¡...5, 4, 3, 2, 1...! ¡FELIZ AÑO NUEVO!

-Heather... -

Demasiado TardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora