CAPÍTULO 31

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—Yo te dije primero— reprochó despeinándome

—No— dije riendo tratando de acomodar mi cabello nuevamente —Anda Hyukkie— supliqué

—No creo que a tu madre le guste— se puso de pie

—No llegara, aún es temprano— me pare en mi cama —Además nunca tiene hambre— dije imitando el estirado tono de voz de mi madre. —Y no quiero cenar solo— se acercó a mí volteando hacia arriba debido a la altura a la que yo estaba.

—Ya te dije, vamos cenamos y te traigo— insistió.

—Eunhyuk…— alargué

—Está bien ¡ya!— se rindió y sonreí victorioso. Tomé su mano y salimos de mi habitación.

HyukJae bajaba con pesadez las escaleras mientras que yo al contrario saltaba como niño pequeño. A mediación de la escalera se escuchó la puerta de la entrada cerrarse y me detuve en seco. El sonido de unos tacones en el piso me indicó que era mi madre. Inhale y exhalé profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con él.

—Creo que será mejor que me vaya— susurró HyukJae en mi oído.

—No— le contesté serio —Yo te invite a cenar... y cenaremos — le sonreí.

—Puede ser otro día si quieres, no hay problema por mí— se acercó a mí y besó mis labios.

—No— fruncí el ceño dejándole claro que no se hablaría más del tema.
Llegamos al último escalón y pude ver a mi madre viendo cartas y recibos que estaban en la pequeña mesa del living. Volteó cuando sintió nuestra presencia.

—Vaya... — dijo examinándolo de pies a cabeza como si fuera un bicho raro.

—Buenas noches— saludó HyukJae cortésmente.

—Buenas noches— dijo con mirada de desaprobación

—En verdad Donghae — susurró una vez más— no quiero incomodarte ni mucho menos causarte problemas.

—Invité a HyukJae a cenar— dije ignorándolo —Estaremos en el comedor— sin soltar su mano lo guié hacia el comedor donde nuestros platos ya estaban servidos.

— ¿Pongo plato para usted? — preguntó una de las trabajadoras a mi madre 'Di que no, di que no, di que no' suplicaba por dentro.

—Si por favor— Mierda. Nunca cenábamos juntos y cuando realmente deseaba que no lo hiciera... Lo hacía.

—Y… ¿trabajas? o ¿sólo estudias? — preguntó sin siquiera mirarlo

—Trabajo y estudio— sonrió

—En...

—Una tienda de discos— completó

—Trabajo en una tienda de discos— dijo volteándome a ver en un disimulado tono de reproche. ¿Que esperaba? ¿Qué liderara una empresa internacional?

—Que eres ¿cajero? — contuvo la risa cubriéndose con una copa de agua.

—En realidad no— dejó los cubiertos sobre el plato —La administro— volteó y me guiño un ojo como asegurándome de que todo estaba bien. —Era de mi padre, era como un pasatiempo y bueno pues ahora ha quedado en mis manos.

— ¿Era de tu padre?

—A si es— ¿Que no podía dejar de preguntar? —Falleció hace algunos años— bajó la mirada.

—Lo siento— claro que no lo sentía a ella le daba lo mismo —Es bueno que ayudes a tu madre— esta cena no podía ser más incómoda, ni aunque los cojines de las sillas fueran de clavos. Por Dios, tan difícil era hacer silencio.

Me, MySelf and IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora