Just A Kiss •Kookmin• |+18| [Pausada]

Last Summer

Jimin

— ¿Necesitas ayuda con eso?

¡Esa vos!...... No había escuchado esa vos desde hace más de medio año. Es imposible que fuera él. Mi mente debía estarme jugando una broma muy confusa. Volteé para quedar frente al chico que se había ofrecido a ayudarme. Me quedé petrificado al confirmar mis sospechas. ¡Era aquel chico!, jamás lo olvidaría, no a diario ves a una persona con el cabello teñido de verde-azul.

Él se quedó de la misma manera, se sorprendió al verme pero me sonrió sin ningún tipo de nerviosismo, como si fuéramos amigos de toda la vida.

— S-sí, por favor, es que... Esta muy apretado — ¡Ahhh! Tonto Jimin, justo ahora se te ocurre tartamudear — pensé. Él sonrió por lo bajo y tomó el saco de balones, sin ningún esfuerzo lo desató enseguida, haciendo que todas las pelotas cayeran al suelo, rebotando en el piso como si fueran canicas. — Gr-gracias. — artícule con esfuerzo.

— No es nada — dijo sonriéndome de nuevo. — Vayamos con el entrenador. — me tomo del hombro y avanzamos juntos, volteé a verlo y me percaté de que él tenía un moretón en la mandíbula, se veía que el golpe apenas había sido de esta mañana o tal vez de ayer, pues su herida estába fresca y se podía ver un poco de sangre, decidí no mirar más, él podía darse cuenta y eso me avergonzaria más. Por otro lado yo aún estaba en shock. Él chico con el que di mi primer beso, mi primer amor, por decirlo de alguna manera, ¡Estaba en la escuela!, ¡Estaba en el mismo club que yo!, ¡Y estaba a mi lado!. Dios sentía que iba a desvanecerme.

El entrenador nos puso diferentes ejercicios, individuales, debíamos de formar dos líneas quedar frente a frente con otro compañero y pasar la pelota corriendo en laterales. La suerte no está de mi lado hoy, eso lo sabía de sobra, pero se apiadó de mí y no me hizo quedar en pareja con aquel chico. "Chico" — recordé que ni siquiera le había preguntado su nombre, nunca pensé que volvería a verlo, y enos aquí.

Durante todo el entrenamiento sentía una mirada y cuando volteaba, él era el que me observaba, nuestras miradas se cruzaban y él me sonreía, no disimulaba ni siquiera un poco. Eso hacia que evidentemente me pusiera más nervioso y los colores se me subieran a la cabeza. Después de dos horas, por fin el entrenamiento dio fin. Nos dirigimos a los vestidores y nos dimos una ducha, a diferencia de las películas, aquí si teníamos privacidad, pues no todos eran hombres, también había chicas aunque en diferente baño, pero aún así, todos teníamos privacidad. Salí de la ducha y me coloque mi ropa, y un poco de maquillaje, me dispuse a salir sigilosamente, para no encontrarme de nuevo con aquel chico, pero como ya lo suponía, la suerte no estaba de mí lado. Él estaba recargado en uno de los casilleros de la salida, yo debía pasar por ahí para poder salir. Me arme de valor y seguí caminando, él se percató de mí presencia y se incorporo de pie, acercándose a mi.

— Hola — dijo ya enfrente de mi.

— Hola — contesté nervioso..

— ¿Ya te vas ? — preguntó mirándome.

— Eh-eh... Sí.. ya es un poco..

— Te invito a cenar — dijo sonriéndome de nuevo. — y después te llevaré a tu casa te lo aseguro.

— N-no... La verdad es que... No tengo hambre — y justo en ese momento mi estómago hizo un fuerte sonido. Obviamente era porque tenía hambre.

— No te queda mentir, Niño bonito — dijo burlón.

— Ok, ok, te acepto la invitación, pero debemos llegar pronto a mí casa, mis padres me asesinaran si no estoy a tiempo — Eran las siete de la noche y debía llegar a mi casa por más tardar a las ocho y media.