VIII

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-¿Ya vistes las noticias?, están matando hasta en España- Dijo mi abuela toda paranoica y rodé los ojos

-Abue, en todas partes asesinan, no es novedad- Alce los hombros y seguí tomando café. Termine de desayunar y tome mi bolso. Hoy tenía el día libre así que para no estar encerrada en la casa decidí salir a la biblioteca, necesitaba buscar un nuevo libro.

Cuando llegue, vi que cambiaron el recepcionista, era una mujer de lentes, rubia, cerca de los treinta años, la salude con la mano por educación y entré, comencé a buscar algún libro que me llamara la atención, preferible uno de miedo ya que las de romance están haciendo que tenga mis expectativas demasiado altas y sé que solo puedo alcanzar a un hombre promedio.

Revisando cada una de las portadas de los libros, me llamo la atención dos libros en especial: Thinner de Stephen King y La mujer de ninguno de Sergio Ferrara.

Me acerque a pagar los libros, saque mi cartera y la muchacha envolvió los libros.

-Espera- Dijo una vez vio que ya me marchaba, fruncí el ceño y esperé a que volviera.

Di otro vistazo rápido a la sala y luego vi cuando ella llego. Me entrego una caja y luego sonrió.

-Ehmm- Fruncí la boca

-Un chico alto me pidió que te lo entregara, no sé lo que tiene adentro así que- Se alzó de hombros

-¿Un chico alto?- Pregunte intrigada pero no me dio mucha información y creo que tampoco me la dará aunque insista hasta el cansancio.

-Si- Y como lo espere, no dijo más nada, comenzó a teclear varias cosas en su computador ignorando completamente que aún estaba ahí.


Tomé la dichosa caja y Salí de la biblioteca, me senté en uno de los bordillos y abrí la caja. Esperé una nota o algo así para ver de quien se trata pero en cambio recibí algo mucho mejor, mis libros favoritos: Me before you, Stand de los besos y Ángeles caídos.

Abrí los ojos de golpe y lleve mis manos a mi boca, ¡Maldición, esto es hermoso!, ya estaba ahorrando para poder comprarme al menos uno porque eso de estar leyendo en PDF ya me estaba dejando medio ciega. Guarde todo en la caja hasta los libros que compre, ya que sea quien sea, se tomó la delicadeza de decorarla. Dios te bendiga posible acosador y hombre de pocos huevos porque no me lo entregaste en persona.

Me levante y sentí un fuerte escalofrío en todo mi cuerpo y me gire. Sentí como si alguien me estuviera viendo, el miedo se fue instaurando en mi sistema así que comencé a caminar lo más rápido posible, el viento no ayudaba mucho, comenzó a jugar con mi cabello y tapaba mi vista. Como pude comencé a correr, no sé porque o de quien huía, no sé qué me pasa pero la sensación es horrible, solo quiero llegar a mi casa y lo peor es sé que estoy siendo paranoica.

Sentí como alguien me tomo de la cintura y me tiro contra pavimento.

¡Mierda, me dará migraña! Intente mirar a mi agresor y escuche su risa. Sentí otro golpe en mi estómago, luego en mi espalda.

-Aghh- Mi vista se nublo y vi como golpeo mi rostro, ahí perdí la noción de todo.

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Mi cabeza palpitaba muy fuerte, sentía ganas de arrancármela, poco a poco fui abriendo los ojos y todo estaba oscuro, ¿Me habría secuestrado?, no tengo idea, me senté en la cama e inmediatamente creí que no estoy secuestrada, no creo que a las victimas las traten tan bien. Solo no creo necesario que me fueran golpeado, tirado al piso y hacerme sentir como si fuera una mierda de persona que no valgo nada. Todo lo que había en esta habitación es de color negro, sabanas negras, sillones, mesa de noche, closet y cortinas negras, ni quiero imaginar de qué color será el alma de la persona que vive aquí.

Escuche la puerta abrirse y me di cuenta que era Iván apenas se dio cuenta que estaba despierta, sonrió. En sus manos traía una bolsita pequeña y una botella de agua.

-Buenas niña- Se sentó en la cama y le hice una seña en el aire como saludo. -¿Cómo sigues?-

-He estado mejor, ¿Qué paso?- Lo mire y este soltó un suspiro.

-Bueno, mis hombres averiguaron que el maldito que te golpeo trabaja para tu padre- Rodó los ojos. –Tu papá te quiere mucho, eh-

-¿Tus hombres?- Me dio un poco de curiosidad omitiendo que mi papá me quiere ver muerta. Frunció sus labios como si se reprendiera de lo que había dicho.

Fue algo incomodo así que trate de cambiar el tema de conversación pero era casi imposible tenía muchas preguntas.

-¿Cómo me encontraste?- Lo mire y este negó.

-¿Importa?- Rio. –Mira, solo toma estas pastillas ayudara con tus dolencias y no seas tan preguntona, niña- Me pellizco la nariz y lo golpee.

-Oye gracias- Le sonreí y destape la botella de agua, este solo me guiño el ojo.


Luego de diez minutos, me indico donde estaba el baño, por suerte estaba en la misma habitación, moje mi blusa y comencé a pasarla por mi cabeza ya que debido al golpe contra el pavimento dejo salir un poco de sangre.

Salí del baño y fui a ver si Iván me trajo más ropa, la dejo en la cama. Cuando quise colocarme la blusa, sentí su vos detrás de mí. -Buen abdomen- Abrí los ojos y tome rápidamente la camisa y me la coloque, ni me quise girar de la vergüenza que tenía.

-¡Pudiste avisar!- Me gire cuando me había cambiado y lo señale. Él solo estaba riendo y se levantó del sillón.

-Pensé que ya estabas lista- Se alzo de hombros y se acercó a mí.

-Pues noooo, gracias a Dios y no salí sin pantalones- Solté un suspiro dramático y escuche su carcajada.

-Eres linda- Dijo riendo, sentí una pisca de alegría al saber que pensaba de eso sobre mí, hasta que recapacite.

-¡Dime que cogiste la caja!- Grite a punto de llorar, sé que ahora ese no es uno de mis mayores problemas, pero cuando la situación se coloca fea pensar en cosas estúpidas me ayuda a relajarme, es como un mecanismo de defensa creo. Él paro de reír y salió de la habitación.

-¡Hey! es de mala educación salir y dejarme hablando sola- Solté un suspiro de molestia y saque mi celular de mis pantalones, le escribí a mi mamá que llegaría a casa en menos de una hora y para avisarle que no se preocupara. Cuando me salí de su chat me fije de la hora. 7:30pm. Aun no es tan tarde.

Vi entrar a Iván con la caja en sus manos y sentí un gran alivio, se sentó en la cama y comenzó a revisarla.

-¡Hey!- Intente quitársela

-Deja- Me golpeo en la mano y me obligo a sentarme con él. -¿Me before you?, ¿Es enserio?- Se rio el desgraciado -Eres consciente de que el morirá- Arqueo una ceja y asentí. -Que romanticona eres- Me dio la caja y se levantó.


No sé porque tenía la esperanza de que fuera él, ese chico alto que me regalara los libros, pero bueno como dice Shrek: Como si esas cosas pasaran. Me levante para irme y escuche como abrieron la puerta y no era Iván.

-¿Quién eres?- Me miro una chica alta, blanca, cabello castaño engajado y cuerpo de ensueño. De esos que ni volviendo a nacer tendré

-Ehmm-

-Hola amor- Le dijo Iván y tragué en seco, así que reaccione rápido.

-Tengo que irme, gracias por todo Iván y gusto en conocerte quien quiera que seas- La chica me dio paso para salir y traté de adivinar donde está la puerta principal.

-¡Puedo llevarte a tu casa!- Escuche la voz de Iván y antes de abrir la puerta añadí.

-¡Se donde queda mi casa!- Luego de dar muchas vueltas finalmente encontré la puerta principal la abrí y salí. La verdad es que no tenía ni puta idea de donde estaba así que opte por tomar un taxi.


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Psicópata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora