Capítulo dos.
Parte dos.Changbin dejó ropa seca y cómoda para que Félix se pudiera cambiar cuando saliera de la ducha, y encendió la calefacción para que no agarrara un resfriado. La ropa mojada y sucia la puso a lavar, tuvo que llamar a Chan y preguntarle como se usaba para no echarla a perder.
ㅡ¿Entonces lo blanco no debí juntarlo con lo de color?
Caminó hacia la cocina para preparar algo para comer ya que el menor probablemente tenía hambre, no era un gran chef como Gordon Ramsay pero podía hacer panqueques con crema y frutillas maravillosamente deliciosas. Comenzó a hacer la mezcla con rapidez, había escuchado los pasos de Félix directo a la habitación así que quería darse prisa y tener todo listo para cuando estuviera de vuelta.
Decoró el plato para que no se diera cuenta de que en realidad no sabía cocinar. El cabello húmedo y despeinado de Félix se hizo presente.
El menor estaba totalmente sorprendido y sus ojos hinchados estaban abiertos a tope. Ya vestía la ropa seca que Changbin le había dejado en la habitación y se veía bastante cálido lo cuál hizo que el corazón del mayor se sintiera contento.
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Se sentía como un imbécil. Cuando vio el rostro de su compañero de cuarto preocupado e interesado le hizo sentir un poco mal, no quería que alguien más sintiera pena por él. Cuando lo vio levantarse a la velocidad de la luz para ayudarlo hizo que su corazón se sintiera cálido, pero no tanto como cuando Changbin le correspondió el abrazo.
La tina con agua caliente y burbujas fue asombrosamente relajante, y los bombones de chocolate que Changbin le había obsequiado para que se sintiera felíz que le había dejado cerca del bote de champú le causó ternura.
Se levantó y al instante se enrrolló en la toalla limpia que le había dejado el mayor a un lado, y se colocó sandalias para no dejar el piso mojado en el camino a su habitación. Desde su dormitorio podía olfatear un exquisito olor que inundó por completo sus fosas nasales.
ㅡ¿Panqueques, quizás?ㅡse preguntó para sí mismo. Apresurándose un poco más para decifrarlo rápido.
La tristeza se fue por completo cuando vio a Changbin haciendo los últimos arreglos a su plato de panqueques para después observarlo con una sonrisa amplia en su rostro.
ㅡLo preparé con mucho amorㅡrascó su nuca con una leve risa. Se lo acercó un poco más y lo invitó a sentarse, a lo cuál Félix no se negó.
ㅡ¿Por qué eres tan lindo conmigo? Siempre fui pesadoㅡpreguntó, recapitulando episodios anteriores.
ㅡY siempre se puede empezar otra vezㅡlavó sus manos en el fregadero y se giró, sentándose en el taburete frente al más alto.ㅡ¿Está rico?
La manera en la que Changbin lo observaba le hacía sentir nervioso, en su sonrisa reluciente de sólo ver al menor comiendo y disfrutando su comida le hacía sentir diferente.
Pero de repente Félix decayó de nuevo.
Apretó sus puños y las lágrimas se acumularon de a poco, Changbin lo notó y en seguida se levantó para acunarlo entre sus brazos. Le dio un leve beso en la frente, éso lo tensó.
ㅡ¿No me contarás que pasó?ㅡacarició su cabello suavemente, sientiendo lo sedoso que éste era.
Le gustaba su preocupación. Pero sólo era una pérdida de tiempo para él.
ㅡJungsu terminó conmigoㅡsuspiró, y sus lágrimas finalmente salieron expulsadas.
Todos aquellos preciosos momentos fueron tirados a la basura como si no importaran. Como si todos ellos hubieran sido nada para Jungsu. Félix estaba enamorado, siempre amó la dulzura con la que el mayor lo trataba, cuando besaba sus manos y acariciaba sus mejillas cada vez que se sentía triste, o cuando este regresaba a casa tarde y Jungsu le preparaba alguna comida que llenara su estómago. Se sentía protegido y amado, pero ya no más.
ㅡLo lamento tanto...ㅡlo abrazó un poco más fuerte.ㅡ¿A qué se debió su cambio? Pensé que estaban enamorados.
¿Qué le iba a decir? ¿Qué Jungsu terminó con él por Changbin?
Sólo pudo levantar la mirada, sus ojitos llenos de lágrimas y levemente hinchados. Tenía un puchero pequeño en sus labios acompañados de una que otra herida de las cuáles Changbin nunca se había percatado hasta ese momento en donde sus rostros estaban tan cerca.
Su labio inferior tiritaba leve, y sus mejillas se veían abultadas. El pelinegro sólo quería tenerlo una vez más entre sus brazos y protegerlo por alguna extraña razón. Y Félix esperaba lo mismo.
ㅡNo lloresㅡpasó su pulgar por la mejilla del menor para limpiar una lágrima nueva que iba cayendo con rapidez sobre esta.
ㅡQuizás lo merecíaㅡfrunció sus labios, agitando su cabeza intentando creer que todo lo que había ocurrido en realidad no era verdad.
ㅡEso iba a pasar algún día, todo lo que empieza tendrá que terminarㅡacarició su espalda de arriba hacia abajo.
Tomó su tenedor y lo clavó en los panqueques para posteriormente llenar su boca de esto y así evitar responder. El tema de conversación sólo lo hacía sentirse más triste de lo que ya estaba, y de todas formas Changbin ya iba a parar.
ㅡPodríamos arrendar películas, como en los viejos tiempos. Cerca de aquí hay una tienda que las arrienda, puedo ir por algunasㅡel mayor propuso con una sonrisa brillante en su rostro y se sintió satisfecho al ver la misma respuesta por Félix, aunque se asomaba de a poco.
ㅡ¿Harías éso por mí?
ㅡPor supuesto que síㅡdio un leve saltito con algo de aegyo para hacer reír al más alto, lo cuál logró con éxito.
Tomó su chaqueta que se encontraba sobre un perchero y un paraguas, aparte de que fue por unas botas para no manchar sus zapatillas. Dedicó una última mirada fugaz a Félix, que comía con más ánimo la comida que le habían preparado.
Su estómago dio vueltas en alegría.
ㅡ¡Vengo enseguida, Lix!ㅡsalió del departamento en busca de esas películas.
·¿Qué les pareció el capítulo y qué creen que ocurrirá?