Capítulo trece.
Félix jugaba con un bolígrafo entre sus dedos en la sala de ensayo, estaba estresado porque la coreografía que había planeado durante tanto tiempo no estaba resultando como quería. Se suponía que su brazo derecho debía girar lentamente para provocar un efecto diferente pero él permanecía siendo más rápido de lo que esperaba.
El reloj sonó indicando que ya había pasado otra hora más desde que Félix había entrado a la gran habitación.
2.00 am.
Sabía que debía regresar, sobreexplotarse de tal manera no era sano. Venía sacrificando sus horas de sueño hace meses y ya dos veces se había desmayado por falta de sueño, y a pesar de los regaños de Chan por éso, él continuaba haciendo lo mismo.
Extrañaba a Jungsu, se sentía melancólico. Adoraba sus dulces besos repartidos en sus mejillas y frente, sus caricias alrededor de su cuerpo y sus noches de películas románticas que siempre ansiaba durante todo el día. ¡O los días de helados! Cuando Jungsu llegaba todos los viernes a la casa de Félix con cuatro cubetas de helado todos diferentes y que nunca podían alcanzar a comer porque se dormían uno sobre el otro.
Pero luego comenzó a pensar, ¿y si era sólo costumbre?
Suspiró. Estaba aburrido de pensar en idioteces, sólo quería a Jungsu a su lado y que Changbin desapareciera de su vista. Pero de alguna forma su corazón revoloteaba cuando lo presenciaba. Era un imbécil.
Comenzó a bailar hip-hop, éso lo ponía levemente felíz y en un mejor ánimo. El sudor corría por su frente y su cabello estaba totalmente empapado, su respiración ejetreada y su pecho subiendo y bajando una y otra vez.
Changbin iba pasando fuera del salón de danza, cargando su computador portátil y un bolso. Estaba componiendo canciones cuando no notó que se estaba quedando dormido ni mucho menos la hora, no quería volver a ser regañado por Chan por llegar tarde sin avisar.
Hasta que vio a Félix, bailando sin parar. Se miraba cansado, como si tuviera tristeza dentro de sí. Golpeó levemente la puerta para llamar así su atención que consiguió con éxito. Notó como la expresión del menor cambió a un semblante más serio que el de hace unos segundos y se sintió triste.
¿Por qué Félix actuaba así luego de que él intentó hacerlo pasar un buen rato una noche atrás?
Dio tres pasos adelante, pero se detuvo cuando escuchó al pecoso quejarse de tener la presencia de Changbin en el único lugar en donde nunca se lo encontraría.
ㅡ¿No deberías estar en casa?ㅡse quejó guardando su ropa en el bolso que tenía tirado en una esquina de la sala, haciendo todo de mala gana.
ㅡ¿Y tú no, a caso?
Félix sentía su sangre hervir, le molestaba escuchar a Changbin luego de que él fuera el responsable del vuelco que dio su vida. Pero se sentía estúpido, él también lo hacía sentir con mariposas en el estómago aunque no le gustara admitirlo.
ㅡNo te entiendo, Leeㅡel pelinegro caminó hacia él decidido a encararlo por sus cambios repentinos de humor.
ㅡ¿Qué quieres decir con éso?ㅡse giró de repente con el bolso cargado sobre su hombro, sobresaltándose al tener al mayor casi tocando su nariz.
ㅡEstuviste calmado y delicado conmigo ayer, ¿por qué cambiaste repentinamente de actitud?ㅡdijo con enojo notorio en su tono de voz, Félix se estremeció por completo ante el contacto de sus pieles.
ㅡSólo estás arruinándomeㅡintentó hacerse paso al lado del mayor, pero lo detuvo con su brazo para arrinconarlo a la pared y que no pudiera escapar.
Félix estaba nervioso, no había estado en ésa situación con Changbin desde hace un tiempo. Y el hecho de sentir su respiración chocando con su piel le hacía temblar. Sus labios a no más de diez centímetros de los suyos, viéndose totalmente deseosos y los ojos del contrario mirando fijamente a los suyos le tentaba.
ㅡ¿Qué haces?ㅡpreguntó en voz baja, cuando notó que Changbin iba acortando la distancia entre ellos.
Cerró sus ojos con fuerza cuando sintió los carnosos y suaves labios del mayor sobre los suyos, provocando que se quedara estático apenas los sintió. El pelinegro llevó una de sus manos a la cintura del menor y lo apegó un poco más sonriendo entre el beso al notar que cedía.
Lo tenía en la palma de su mano aunque intentara mostrarse fuerte.
Se separó de sus labios, sin embargo, sus rostros seguían a centímetros de que volvieran a formar otro beso. Y todo era una técnica de Changbin.
Le divertía lo rudo que el menor intentaba mostrarse frente a sus amigos, cuando en realidad cada vez que estaban solos era totalmente sumisom y tímido. Félix tenía la mirada fija en los labios del mayor, quién los lamía y mordía a propósito, satisfecho de ver la respuesta de Félix de abalanzarse hacia él.
ㅡNo, dime por qué te comportas como un imbécil a veces primero. Porque bien que antes de ayer estabas durmiendo entre mis brazos y susurrando entre dormido que te gustaba estar conmigoㅡpusó su dedo índice sobre los rojos labios del rubio.
El rostro de Félix se tornó de un tono carmesí, estando totalmente avergonzado por lo que estaba haciendo y entonces bajó sus brazos de los hombros de Changbin para retomar su compostura. Estaba perdiendo la cordura.
ㅡ¿No hablarás?
ㅡDéjame tranquiloㅡlo empujó y se agachó un poco para agarrar sus cosas, no permitiría seguir siendo intimidado por Seo Changbin.
En cambio, él sólo sonrió divertido, acercándose peligrosamente hacia el menor. Tan cerca que Félix se embriagaba con el aroma a perfume varonil que utilizaba Changbin en ése momento.
ㅡO simplemente no volveremos a hablar, Félix. Y sé que no soportarás estar un día sin intercambiar besos conmigo dentro de la habitación mientras los chicos ven una película en la sala. No fue del todo mi culpa que Jungsu te haya terminado, si después de todo tú respondías a mis encantos sin chistarㅡrozó sus labios, y Félix abrió su boca asombrado.
ㅡ¿De qué estás hablando? Déjame irㅡgritó enojado.
No era su culpa.
¿Verdad?
Félix estaba y está totalmente enamorado de Jungsu.
¿No es así?
ㅡNo lo negaste.
ㅡNo quiero que me vuelvas a dirigir la palabraㅡgolpeó su pecho con debilidad, Changbin sonrió burlonamente y asintió.
Se dio media vuelta no sin antes depositar un corto beso en los labios de Félix.
ㅡLo extrañarás, amigo.
Agarró sus pertenencias y abandonó la habitación con la cabeza en alto, dejando a Félix allí en la sombría y solitaria habitación totalmente herido.
·¿Qué creen que pasará entre ellos dos?