Capítulo doce.
Después de que Félix abriera sus ojos en horas de la mañana en donde apenas comenzaba a salir el sol para encontrarse durmiendo sobre el regazo de Changbin, se levantó con sorpresa. Había olvidado por completo que había pasado la noche viendo películas con el mayor, que se ofreció a arrendar algunas para hacerlo olvidar el mal rato.
Estaba agradecido, sí. Pero no podía estar así de cómodo luego de que el amor de su vida le rompiera el corazón porque había estado más distraído pensando en Changbin que en el mismísimo Jungsu.
Jaló su cabello hacia atrás, inhalando y exhalando. Era un idiota. Seguía haciendo lo que se suponía que no haría.
Se sentó en el sofá indivual del frente, con los codos sobre sus rodillas y sus dedos entrelazados pensando en por qué hacia todo incorrecto. Pero sus ojos, inoportunamente, se desviaron hacia Changbin quien dormía plácidamente sobre el sofá todavía sentado con su respiración totalmente calmada y su cabello lacio sobre su frente con su boca levemente entreabierta.
Se pegó una cachetada suave, y cerró y abrió sus ojos repetidas veces. Se levantó de su puesto tan rápido que se sintió mareado por unos leves segundos. Dedicó una última mirada al mayor, era tan precioso que era inevitable.
Caminó rápidamente hacia la cocina pues no podía permanecer un segundo más allí metido y debía comer algo.
🍒
El agua estaba caliente, el vapor empapaba por completo los vidrios y era difícil ver con claridad pero tampoco imposible. Changbin necesitaba tomar una ducha como lo hacía matutinamente, pero no tardaba más de diez minutos dentro del baño.
Pretendía invitar a comer a sus antiguos y nuevos amigos ya que creía que sería un gran momento para sociabilizar con aquellos a los cuáles no había compartido con tanta frecuencia. Quería comenzar a hacer las cosas bien, no podía partir con el pies izquierdo esa mañana.
Salió de la tina silbando de la felicidad, como si los pajaritos cantaran sólo para él y el sol estuviera radiante porque sabía que Changbin había despertado de buen humor. La casa estaba limpia y nadie podría poner excusas con que el dormitorio estaba asqueroso y tenían que quedarse. Tampoco era un día laboral para ellos ni mucho menos escolar, todos podían estar libres.
Bailó frente al espejo mientras cepillaba sus dientes y se echaba loción en su rostro acompañada de algunas cremas de cuidado facial. No se iba a maquillar, su rostro al natural era mucho mejor en su opinión personal y la de su mamá.
En cuánto salió vestido de la habitación, reunió a todos los chicos que vivían con él en la sala de estar, incluyendo a Félix que representaba una expresión de estar recién despertando de la mejor siesta de su vida y marcas de la almohada implantadas en su rostro.
ㅡQuería invitarlos a comer al restaurante que inauguró hace unos días, yo pagoㅡsonrió ampliamente, todos aplaudieron.
ㅡÉso es, BinnieㅡJisung sonrió simulando ganas de llorar aproximándose a su mejor amigo y darle un abrazo.
ㅡYa, déjame tú.
ㅡTskㅡlo miró en menos en forma de broma, Minho no pudo evitar no estallar en carcajadas.
De repente sus ojos se encontraron con los de Félix, quién miró hacia otro lado al instante viendo como la manzana de Adán del más alto se movía, éso hacía cuando quería esquivar una situación y lo había notado.
Se acercó lentamente, con una sonrisa amplia. Ver a Félix ese día le resultó como ver un pozo de dinero al otro lado del arco iris, como ver a un unicornio volar, o como comer mil helados oreos.
Como nunca.
ㅡEspero que estés mejorㅡacarició el hombro deo contrario, quien se tensó ante el tacto al instante.
ㅡLo estoyㅡdijo seco.
Para Changbin era extraña la frialdad con la que Félix escupía sus palabras cuando en realidad la noche anterior había sido el muchacho más dulce con quién había estado en su vida.
Lo miró atentamente, sus ojos permanecían hinchados, sus pecas estaban al descubierto y sus labios partidos por completo. No se veía mal, pero claramente no se veía tampoco en buenas condiciones.
ㅡMe gustaría mucho que salieras con nosotros hoy, planeaba invitarte por un-
ㅡNo quiero estar contigo, Binㅡhabló duro. Changbin observó como la mandíbula de Félix se tensaba.
Mentiría si dijera que éso no le había dolido, era como si un cuchillo hubiera atravesado su pecho en cosa de segundos. No le molestaba que no fuera a su estúpida reunión de amigos, le molestó que actuara como si su pack "sobrevive a una ruptura amorosa" nunca hubiera existido.
Para entonces todos habían dejado la habitación, Chan se había percatado de la situación y no quería estar presente ni él ni sus nuevos hermanos allí.
ㅡ¿Qué ocurre contigo?ㅡel más bajo recuperó su compostura, sin dejar que el dolor se reflejara en su rostro.
ㅡEstás arruinando mi vidaㅡtomó su bolso que se encontraba continuo al sofá, alcanzando a su vez las llaves del departamento dándole la espalda a Changbin.
ㅡNo te vayas así como así, Leeㅡfrunció sus cejas, el enojo apoderándose de su ser.
Estaba callado, caminando con rapidez hacia la puerta de entrada para abandonar el dormitorio. Pero Seo Changbin no dejaría pasar la situación tan fácilmente.
Agarró sus muñecas para girarlo bruscamente y apoyar su espalda contra la puerta, quedando sus narices a centímetros de separación.
ㅡ¿Te vas porque no quieres enamorarte de mí, huh?
