3. La búsqueda

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Estaba anocheciendo y en la Cabaña del Misterio comenzaba la construcción de Gideonlandia. Dentro de la cabaña Gideon estaba estudiando intensamente el diario 2 frente a la chimenea a la vez que destrozaba algunas de las cosas que encontraba.

– Hijo, ¿no deberías estar celebrando Gideonlandia en lugar de estar con ese libro todo el día?

–Padre, ¿jamás te conté la verdad sobre este libro? – se giró para verlo de frente, – Fue escrito hace años por un autor brillante que descubrió secretos demasiado poderosos para un hombre, él guardó los diarios donde pensó que nadie los encontraría porque sabía que si alguien los unía se abriría un portal a un poder inimaginable... los códigos y mapas me llevan a creer que hay otro libro en esta propiedad...y planeo encontrarlo.

–Y por eso querías la Cabaña del Misterio.

–Así es, padre. ¡Es hora de empezar la búsqueda del otro diario!


Dipper y Soos estaban en la sala, Dipper estaba frustrado y aburrido, Soos fingía que jugaba con los autos sin batería.

–¡Vamos auto rojo!

–Ehem...– Stan acababa de entrar a la sala, estaba un poco encorvado y no dejaba de jugar con sus manos. – Chicos, tenemos que hablar. Estuve pensando y no tengo casa ni empleo y... ¿dónde está Mabel?

–No lo sé amigo, me pidió prestada una linterna y salió a dar un paseo al bosque.

–¿¡Qué!? – exclamaron Dipper y Stan al mismo tiempo.

–¿Por qué no me dijiste? ¡Pensé que estaba ayudando a Abuelita!

–Soos, chico, no debiste dejarla. Es muy tarde. Dipper, vamos, ayúdame a buscarla. Soos, quédate aquí por si vuelve.

–Sí, tío. Soos, ¿tienes más linternas?

–Claro, voy por ellas. – Después de unos minutos Soos volvió con una docena aproximada de linternas.

– Sólo necesitamos dos Soos.

–Claro, pero no sé cuáles tengan batería amigo.

Se pusieron a tomar linternas y probarlas. Stan fue afortunado, a la primera encontró una y se adelantó a buscar a Mabel. Soos y Dipper probaron el resto, pero nada.

–Genial, ¿ahora cómo buscaré a Mabel? ¿Tienes velas o algo?

–Nop. Pero, hey, mira. ¡Esta funciona!

Era una linterna de luz negra, aunque en realidad el color era violeta. No vería claramente, pero al menos ayudaría a que no chocara con los árboles. Dipper soltó un suspiro resignado.

–Gracias, amigo.

Dipper salió, caminó un poco por las calles y después se adentró en el bosque iluminando su camino con esa luz violeta, se preguntaba en qué podría estar pensando su gemela para ir sola al bosque. Se dirigió a aquellos lugares dentro del bosque que sabía que Mabel conocía, la verdad es que tenía un poco de miedo con toda la oscuridad y ruidos alrededor, pero los asuntos que tenían en mente lo mantenían distraído. Sacó el diario y esperó poder leer algo con aquella luz, iba pasando las páginas hasta detenerse de nuevo en la página de Bill.

–Estos símbolos deben tener algo importante...

Las páginas siguientes estaban destrozadas, la que seguía era una página en blanco y la que le seguía tenía unas imágenes de un tintero y un foco. Dipper estaba concentrado, creía estar viendo cosas entre las páginas, se acercó más al diario y...tropezó, con una raíz, el diario y la linterna salieron volando y aterrizaron el uno sobre el otro a un par de metros. Dipper se paró y se sacudió la tierra de la ropa, fue a recoger el diario y se quedó boquiabierto. ¡Claro! Sabía que el diario debía tener más secretos. Al levantar la lámpara y quedar a pocos centímetros de las páginas del diario, reveló más notas escritas con tinta invisible, parece que funcionaba mejor si la tinta era expuesta más directamente a la luz. Se podía leer:

Un cambio en la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora