7. Karaoke del terror

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–¡Tío Stan! ¿Dónde estás? – Mabel y Dipper habían buscado afuera primero, en los cuartos, la cocina, la sala, ahora estaban en la tienda de regalos y su tío seguía sin aparecer. – ¿Cómo es que no lo encontramos?

–Quizá... ¿salió a comprar algo? – Dipper también estaba impaciente por encontrar a su tío, pero no por las mismas razones que su hermana. Estaban pensando dónde más buscar cuando se escuchó algo, como...aire a presión liberado.

–Niños, ¿qué hacen aquí? – Los gemelos se sobresaltaron, ¿de dónde había aparecido Stan?

–¡Tío Stan! Hemos estado buscándote por todos lados. Es hora del karaoke familiar. ¡Vamos!

–Eh...sí...yo no creo que...

–Ok, genial. Los espero en el escenario chicos. – Y después de regalarles un guiño, Mabel salió apresura a preparar todo.

–Pero que chica... hey, ¿qué haces? – Stan volteó a ver a Dipper, esta estaba espaldas a él, agachado y murmurando algo.

–¡Voy a mostrarte que todo es real! ¡Mondo vicium! – Dipper recitó las últimas palabras del conjuro. Por un momento parecía que no iba a pasar nada, entonces, la tierra se removió, Dipper y Stan corrieron afuera para ver qué pasaba, grietas se abrían en el suelo, luz venia de las profundidades y, de entre una niebla verde, emergió un zombie. Stan estaba atónito. – ¡Ja! ¡Ahí lo tienes! Un verdadero zombie, 100% real. ¿Seguirás negando que no pasa nada en Gravity Falls?

En la dirección de la fiesta se escucharon gritos aterrorizados, todo el mundo había salido corriendo cuando la tierra tembló, los rezagados no tardaron el alcanzar a los demás en cuanto vieron a los zombis. Mientras veían todo el caos, el primer zombie se había ido acercando a Dipper, Stan actuó rápido, tomó una piedra grande y se la estrelló en la cabeza.

–¡Esperen, no! No se vayan, todavía no hacemos la canción del karaoke familiar. – Mabel seguía en el escenario y con sus gritos había atraído la atención de los zombis.

–¡Mabel! – Dipper corrió hacia ella.

–¡Dipper! ¿Qué fue lo único que te pedí que no hicieras hoy?

–Despertar a los zombis...

–¿Y qué fue lo que hiciste?

–Desperté a los zombis – Si su hermana salía herida por su culpa no podría perdonárselo.

Los zombis se acercaban, tenían que hacer algo. Soos se puso frente a ambos dispuesto a protegerlos con su conocimiento de películas de terror, pero en un descuido fue mordido y convertido en zombie. Corrieron al interior de la cabaña, en el camino Dipper encontró una pala que usaba para alejar a los zombis.

–¿¡Dónde está el tío Stan!?

–Estaba conmigo hace un momento. ¡Nos abandonó!

–¡Claro que no! El tío Stan nunca nos dejaría, menos en un apocalipsis zombie.

Trataban de bloquear puertas y ventanas, pero era inútil, los zombis encontraban cualquier forma para entrar, pronto quedarían acorralados.

–Dipper, ¿no hay nada en el diario sobre como vencer a los zombis?

–Claro, el diario. –Dipper sacó el diario y abrió la página de los zombis. – Nada. Pero tal vez... Mabel, tenemos que ir al ático por la lámpara ultravioleta.

–¿¡Qué!?

–¡Pronto! – Estaban a punto de girarse a las escaleras cuando una mano agarró a Dipper y lo arrastró. –¡No! ¡No! ¡Mabel, lo siento!

–¡Dipper!

¡Bam! Algo golpeó al zombie que tomaba a Dipper liberándolo. Stan se había adelantado a la cabaña en busca de un arma, lo único que había conseguido era un bate y muchos rasguños, fluido de zombie manchaban su traje.

–No hay tiempo que perder. ¡Vayan a buscar esa lámpara! ¡Ahora!

–Pero tío Stan...

–¡Dije ahora! –Los chicos corrieron en dirección al ático a la vez que Stan golpeaba a zombis a diestra y siniestra. – El único zombie arrugado que hostiga a mi familia ¡soy yo! – En algún momento de la pelea perdió el bate y ahora luchaba con sus puños, era bastante sorprendente considerando su edad, llegó al ático y entró en el cuarto de los chicos poco después de ellos y aseguró la puerta. –Oh... me duele todo.

–¡Tío Stan! Eso fue increíble. ¿Estás bien? – Dipper soltó una risita nerviosa. – Lo...lo siento, tú me salvaste a pesar de que todo esto es mi culpa, deseaba tanto demostrarte que aquí pasan cosas que puse a todos en peligro.

–Hijo...siempre lo supe.

–Espera, ¿de qué estás hablando?

–No soy inocente Dipper. ¡Claro que este pueblo es raro! Y lo único que sé sobre lo raro es que es peligroso, les mentí sólo porque quería alejarlos de esto, es que quería protegerlos. Pero creo que no mentí bien.

–¿Qué hacemos? ¿¡Qué hacemos!?

–El diario nos ayudará con esto. Voy a arreglar lo que hice. – Dipper tomó la lámpara que había dejado en su cama antes de bajar. – Aquí dice... los zombis tienen una debilidad. Se los creía invencibles, pero a sus cráneos los destruye una perfecta armonía de tres partes... ¿Armonía de tres partes? ¿Cómo la creamos?

–Niño, ¿desde cuándo sabes eso de la luz negra?

–Hombres, hombres. Creo que no es momento para pensar en la genialidad de Dipper. ¡La solución es obvia!

Resultó ser que la solución fue el karaoke, Stan, Dipper y Mabel cantaron como una familia y la unión de sus voces estalló el cerebro de todos los zombis, afortunadamente Soos no salió con el resto de los zombis a su presentación o probablemente su cerebro hubiera explotado también. Para cuando acabaron con todos los zombis ya amanecía y la cabaña era un desastre, Soos era un zombi... habría bastante trabajo en los próximos días.

–Lamento todo esto, sé que yo lo arruiné todo.

–Dipper, ¿es una broma? Pude cantar karaoke con mis dos personas favoritas en este mundo. – le dedicó una sonrisa consoladora a su hermano. –Ninguna fiesta superará eso. – Stan se acercó a ellos y posó una mano en el hombro de cada uno.

– Niños, oigan. Este pueblo está loco, así que tengan cuidado, yo... hace tiempo perdí a alguien especial en Gravity Falls debido a lo paranormal. –Los gemelos no esperaban una revelación tan grande, no sabían que decir, sólo abrazaron a su tío.

–Tendremos cuidado, tío Stan.

–No sé qué haría si algo les pasara estando a mi cargo. – Los separó un poco para mirarlos de frente. –Conserven ese espantoso diario, pero prométanme que sólo lo usaran para autodefensa y no para buscar problemas.

–De acuerdo... si tú me prometes a mi que no tienes más secreto explosivos sobre el pueblo.

–Lo prometo... – Stan cruzó los dedos tras su espalda al igual que Dipper al responderle.

–Lo prometo.


No muy lejos, los agentes Powers y Trigger salían de su escondite, habían decidido investigar por la noche los alrededores de la Cabaña del Misterio cuando presenciaron el despertar de los muertos, no podían creerlo, apenas habían sobrevivido.

–Es más de lo que imaginábamos. Tenemos que traer refuerzos.

–Pero nadie va a creernos.

–Pues los obligaremos a creernos, es el pueblo que estábamos buscando.

–Hay que conseguir pruebas, necesitamos ese diario.


Un cambio en la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora