20. Una marioneta

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Después de desayunar los chicos avisaron que irían a la biblioteca, necesitaban un tiempo alejados de la cabaña y su tío, además de que podrían encontrar información útil para decifrar el código que habían encontrado.

-Muy bien, Mabel. - Se habían instalado en un extremo tranquilo de la biblioteca -El primer paso es decifrar el código, segundo encontrar ese "escondite" y tercero averiguar qué es lo que Stan nos está ocultando. -Dipper suspiró- No puedo creer que nos esté ocultando algo... después de todo lo que ha pasado este verano.

-Descuida, querido hermano. Sea lo que sea lo averiguaremos, quizá es algo sin importancia. Con tu cerebro y mi ultra concentración no hay nada en el mundo que pueda distraernos de... -Una corta melodía se escuchó unas estanterías más allá. - ¿Oíste eso?

-En mi vida he soñado~ Conocer un gran amor~ - Un show de marionetas estaba empezando. -Y ahora ya mi destino sé, por qué~ Canten conmigo niños. Soy un lector~

-Mabel...- Volteó a la dirección que veía su hermana y supo que no habría forma de mantenerla a su lado, vio que no sólo la habían distraído la música y las marionetas, sino un chico rubio con coleta y ojos azules que aparentaba ser uno o dos años mayor que ellos. - Qué mal.

La chica se fue corriendo, Dipper solo pudo soltar un quejido y regresó su atención al libro de códigos y criptogramas que tenía en frente.

Después de veinte minutos Bill decidió hacerle compañía, tarareaba una cancioncilla y se paseaba alrededor de la cabeza de Dipper, contaba cada pequeña referencia que encontraba sobre sí mismo (ya iba cerca de cien) en cada libro que Dipper consultaba y de alguna forma terminó dándole clases de encriptación y el origen de los códigos que revisaba. Pero ninguno parecía hacer sentido para el código de Stan.

Más tiempo pasó y Mabel regresó a lado de su hermano algo angustiada.

-Oye ¿Cómo te fue? -le preguntó animado a pesar de los nulos avances, su hermana se merecía algo de buena suerte con un chico después de todo.

-Dipper... ¿es muy difícil escribir una ópera rock para marionetas con luces, música original y pirotecnia para el viernes?

-¿¡Qué!? - puso toda su atención a la chica. -¿Mabel, es en serio?

-¡No sé que pasó! Me perdí en sus ojos y en su coleta y sentiré mucha vergüenza el viernes si no tengo nada.

-Pero buscábamos el escondite. Somos los misteriomelos.

-Si me ayudas con esto por un par de días prometo ayudarte con el código. Por favor ¡Por favor! ¿Sí? -Hizo su carita de cachorrito, Dipper supo que estaba perdido. -Es por amor, Dipper.

-Esta bien. Bueno.

-¡¡Sí!! - lo estrujó en un abrazo. -¡Este chico es el número 1!

-Bueno, bueno, bueno. -La tomó suave por los brazos para calmarla. -Shhh.

Dipper tomó prestados un par de libros y se dirigieron al centro de Gravity Falls para conseguir las cosas necesarias para la obra, muchas ya las tenían debido a la afición de Mabel por tejer y hacer sus propios accesorios. También pidieron ayuda a Wendy y Soos.

Durante el día se dedicaban a trabajar en todos los aspectos de la obra y por las noches Dipper seguía estudiando códigos. Para el jueves ya habían acabado todas las marionetas, solo quedaban los detalles finales y un ensayo general, con todo el alboroto que había en la cabaña ni siquiera tuvieron tiempo de contarle a los demás lo que habían descubierto y Stan prefería mantenerse lejos de la locura.

El día se pasó volando, todos trabajaron hasta tarde. Mabel ya estaba preparándose para dormir, pues mañana sería el gran día, pero al otro lado de la habitación escuchaba los gruñidos de frustración de su hermano.

Un cambio en la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora