13. Una cita doble

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Dedicado a SeyrenYoukura

–¡Pero él no quiere vendérmelo! – Alegaba el dueño de la cabaña caminando en círculos frente a la caja.

–Eso es literalmente muy absurdo para mi interés. –Comentó la chica pelirroja que ya no sabía cómo ignorar al señor Pines, para su suerte sonó la campanilla de la puerta por la que entraron sus amigos.

–¡Hey! ¿No vieron a Soos? Íbamos a ayudarlo a buscar pareja hoy. – dijo el chico apenas entrando.

–¡Sí! Y me puse mi suéter motivador y todo... Me equivoqué en esta parte – dijo señalando un punto en su estómago. Su tío se acercó a ellos.

–No vino hoy. Es la primera vez que falta al trabajo.

Los gemelos voltearon a verse, algo estaba realmente mal si Soos había faltado a la Cabaña del Misterio, él adoraba su trabajo, y a su tío. No había nada que decir, inmediatamente salieron a buscar a su amigo a casa.

Llegaron a casa de Abuelita quien los recibió cálidamente y les permitió pasar a la habitación del hombre no topo, entreabrieron la puerta, dentro estaba todo oscuro a excepción de la tenue luz azul que emitía el ordenador que Soos tenía enfrente, estaba hablando y riendo con la pantalla. Era un poco inquietante.

–Eh... ¿Soos? – llamó la chica con un tono evidentemente preocupado. Al escuchar su nombre el hombre giró, tenía unas terribles ojeras bajo los ojos y regadas en el suelo había latas vacías de soda.

–¡Oh! Hola, chicos, pasen. Este juego es increíble: ya hago contacto visual, tengo citas y no he visto la luz del sol en casi trece horas. –Definitivamente algo malo estaba sucediendo, Soos no había dormido en toda la noche.

–Soos... tal vez deberías aplicar lo que aprendiste con las chicas reales – dijo Mabel en un intento sutil de alejar a su amigo de la computadora. Por su lado a Dipper no le estaba gustando nada esa situación.

–¡Pero estoy por conocer a sus padres! Su padre es un hombre pulpo, chicos. – Ser sutil no había funcionado, con determinación la chica caminó a la ventana y levantó las persianas dejando entrar la luz a la habitación, acción a la que Soos reaccionó ocultándose debajo del escritorio. Sabía que a su amigo le gustaban los juegos, pero eso era ridículo.

–Volveremos al centro comercial. – Dipper se acercó al grandulón tirando de su brazo arrastrándolo fuera de la habitación. – Tienes que desconectarte.

–Te veré luego, .Giffany. Voy a volver, ¡Lo juro!

–Jejeje. Soos, no tienes que despedirte. Es solo un juego, no se irá a ninguna parte. – Le dijo Mabel mientras cerraba la puerta de la habitación, sin oportunidad de escuchar la terrorífica respuesta que vino de la computadora.

Ya en el centro comercial las cosas no iban mejor que el día anterior, aunque esta vez Soos no había hecho nada... aún.

Esto va a ser igual de tedioso que ayer. ¿Por qué no vamos a trabajar en nuestro... trato? O como quieras llamarlo. – Bill se escuchaba en su mente y ahora no podía responderle, no sin quitarse su gorra y exponer su marca de nacimiento.

–¡Ratas! ¿Dónde están las dulzuras hoy? – Esta vez Mabel había traído unos binoculares reales como parte de su equipo de cupido junto con su suéter, su plan de acción brillante... – Voy a revisar el baño. – y un megáfono. – ¡Es hora de amor chicas! ¡Salgan ya! No hay tiempo para lavarse las manos. –Del baño salieron varias chicas gritando aterrorizadas por Mabel. Eso no iba a terminar bien y Dipper lo sabía –Quiero ver citas, citas ¡y más citas!

Un cambio en la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora