5. 1:37 horas junto a Chat Noir

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Marinette entró con prisa al grupo de estudiantes del UMS-3. La entrada del grupo se encontraba en el nivel 12, por lo que al inicio del año muchos estudiantes se habían esforzado por poder subir de nivel. El grupo pertenecía a una de las asignaturas de Mendeleiev y, según lo que le había informado Alya, ella había colgado una nueva tarea justo para mañana. Marinette se conectó lo más rápido que pudo, eran las ocho y Mendeleiev era famosa por sus extensas tareas, así que debía aprovechar el tiempo lo más que pudiera.

Entró a la sala que había creado Mendeleiev para sus alumnos. Estaba decorada con una fuerte temática relacionada con sus materias: el piso presentaba una tabla periódica, de las paredes colgaban carteles presentando el aparato de golgi y mostrando la nomenclatura de varios elementos, tanto iupac como stock, cosa que todavía mareaba a Marinette. El punto era que aquella sala era inquietante y sólo algún otro profesor como Mendeleiev o algún estudiante muy devoto a la ciencia podría apreciarlo; para el resto, era un dolor de cabeza.

Marinette se aseguró de pasar toda la información a su galería de ítemes mientras su avatar daba zapateos inquietos. ¿Por qué tardaba tanto? Se asustó pensando en el tamaño que debía tener la tarea.

Salió apurada y, justo al salir, alguien más entró rápido a la sala. Normalmente esto no le hubiese importado, pero ella se giró y también lo hizo el jugador.

—¿Chat Noir? —preguntó ella.

—¿Marinette? —preguntó él.

—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntaron al unísono.

Ambos se miraron perplejos, tratando de responder la pregunta del otro.

—P-pues es que eres Chat Noir, ¿no? ¿Quién no te conoce? —dijo Marinette—. Destrozabas la plataforma y ahora curas el virus akuma. Raro sería que no supiera de ti. De hecho.

—¡No la destruía! —dijo él, visiblemente ofendido—. Al menos no a propósito. Trataba de erradicar el virus, sólo que antes... no era tan bueno usando mis habilidades, jeje.

Marinette frunció el ceño y él se le quedó viendo fijamente. Ella sintió que se estremecía y se dijo a sí misma que sólo se trataba de las estimulaciones del juego.

—Yo... Entonces.... —comenzó a decir ella—, lamento todas las veces que traté de interponerme entre ti y un akumatizado cuando jugábamos. No sabía que tratabas de detenerlo. Pensé que eras un loco.

¿Un loco? —la cara de Chat Noir era un poema, como si no pudiera creer que alguien pudiera pensar eso.

No era así. No pensó que Marinette pensara de él de esa forma, porque estaba seguro que el resto de los usuarios de la plataforma definitivamente pensaban mal de él. Incluso ahora que podía ayudar a los infectados con el virus, era consciente de que su aparición seguía significando el desencanto de muchos otros usuarios.

—Creo que a esta altura no hay nada que pueda decir que suene bien —se lamentó Marinette—. No soy muy buena con las palabras y... ¿Pero cómo es que sabes mi nombre?

De repente su semblante cambió de apenada a enojada, Chat Noir había obviado por completo su pregunta.

—Ah, eso... p-pues... ¿Cómo no me voy a interesar en la chica que me detesta? —dijo él rápidamente.

—Muchas chicas pueden detestarte —apuntó ella—. ¿Cómo sabes mi nombre?

—Eres una jugadora asombrosa —agregó él, aunque esto no era mentira—, tuve interés en tu forma de jugar. Cuando te metías en medio de una riña entre un infectado y yo era simplemente increíble. Tienes buenos movimientos.

Interconectados [#1] │Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora