14. Riposte y Touché

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Queen Bee no era buena para el patrullaje, pero sabía que era necesario si es que quería volver a ver a Sabrina una vez más. Su mejor amiga había sido hospitalizada recientemente luego de que ella también fuera invadida por el virus akuma. Y fue en ese entonces en el que Queen Bee se dio cuenta de que, a pesar del esfuerzo, su ensayo y error, no le había dado la importancia que se merecía el asunto. Ella tenía habilidades, tiempo y... nada de disposición. Se encontró preguntándose si tal vez por eso Sabrina había sido infectada. Es decir, "no lo entiendes hasta que te pasa" y toda esa porquería que la gente solía decir, pero... Aunque no lo dijera sabía que era cierto. No se había esforzado lo necesario y ahora su única amiga ―otra verdad que se negaba a admitir― también corría peligro.

Sabía que a pesar de su fama no era la mejor de las jugadoras. Tenía voluntad, pero sus habilidades ―habilidades que solo ella poseía― era lo que le daba un punto a favor en todos los enfrentamientos que tenía. Siempre salía victoriosa, y aún así sentía que esta vez no sería suficiente. Tenía su voluntad y sus habilidades, y necesitaba ayuda, sí, pero seguía siendo demasiado orgullosa como para pedirla.

Así que se aventuró sola en el último nivel en el que habían visto a Sabrina, ahora Desvanecida, sin tener un plan o pensar mejor las cosas. Ella tenía que ser suficiente para salvarla, porque sino no sabía qué sería de ella.

Estuvo dando vueltas por media hora cuando por fin llegó a la conclusión de que tendría que pedir ayuda, así que ideó un plan. Se lo pediría a Chat Noir, le explicaría y pediría que le dijera a Ladybug que había sido idea de él. Era lo que mejor se le ocurría. Sin embargo, mientras le daba forma a su plan, algo salió volando encima de su hombro derecho. Ella fue lo suficientemente rápida como para esquivarlo para luego ver con horror como una espada colosal se había quedado clavada en un tronco cerca de ahí.

Al girarse sintió que el aire la abandonaba. No sabía quienes eran pero estaba segura de que eran akumas. Uno dorado, otro plateado. Ambos la miraban con ojos furiosos y rojos. No sabía si estaban ahí para defender el escondrijo de Desvanecida... o para cazarla.

No era tan estúpida como para enfrentarlos. Cada vez que había decidido enfrentarse a un akuma la cosa nunca pintaba bien. Así que, como la cobarde que era, trató de huir. Pero ambos akumas la igualaban en velocidad y entendió que no podría escapar.

Respiró hondo y, murmurando una sorda disculpa, le envió un mensaje a Ladybug y Chat Noir: una simple alerta con su ubicación, esperando que eso fuera suficiente; que, de alguna forma, ellos se apiadaran de ella.

―No tienes a donde ir, princesa de pacotilla ―masculló el akuma dorado cuando la logró acorralar.

―No subestimes a una cobarde ―casi sonrió Queen Bee.

Y se desconectó.


▶▶


Ladybug se lo pensó dos veces cuando vio el mensaje de Queen Bee. Pensaba que ella quería una revancha, el pensamiento había llegado para quedarse, pero eso no quitaba de que claramente era un mensaje de alerta. ¿Cuál era la emergencia? No tenía idea y sin embargo ahí estaba claramente su ubicación, un pequeño punto amarillo en el mapa que era hacia donde se dirigía en esos instantes.

―Veo que tú también recibiste el mensaje ―le dijo a Chat Noir a modo de saludo cuando ambos se encontraron de camino al lugar.

―Sí y eso no es lo peor de todo ―dijo él―. Este camino está hecho un desastre.

Ladybug asintió. Tuvo pequeños flashes fugaces de los primeros días de Chat Noir en la plataforma, donde no sabía utilizar bien sus habilidades y destruía todo a su paso. Pero aquello era diferente. Chat Noir había sido caótico y aquel desastre... simplemente no lo parecía. Era como si dejaran los destrozos para marcar el camino, como migas de pan en medio del bosque. Definitivamente parecía una trampa, ¿acaso era una hecha por Queen Bee?

Interconectados [#1] │Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora