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Habían pasado un par de días desde el incidente de la nota, y el recuerdo aún me hacía temblar. Comprendía que era algo que podría pasar perfectamente con Edward, parecía dispuesto a todo con tal de que nadie supiera sobre su vida. Pero, ¿Marcel? Estaba claro que algo no cuadraba.

El timbre me sacó de mis pensamientos. La clase había finalizado.

Era increíble, mi tercer día en la facultad y aún tenía que usar aquel mapa tan ridículo. Tampoco había conocido a nadie aún y todavía me veía obligada a sentarme en la mesa de Harry durante el descanso.

Miré el horario para dirigirme a mi siguiente clase, sin embargo, mi corazón empezó a latir rápido al darme cuenta de que era una clase nueva la cual no parecía quedar muy cerca. Necesitaría el mapa para poder llegar hasta ella, y los pasillos se vaciaban cada vez más a medida que pasaba el tiempo.

Empecé a andar a paso rápido esperando no perderme y así llegar puntual, fracasando obviamente. La orientación no era lo mío.

Esta vez eché a correr. Los pasillos estaban completamente vacíos y me acordé del primer día cuando me encontraba en la misma situación. Sin embargo, de un momento a otro, una chica salió corriendo de igual manera de uno de los pasillos con los que se cruzaba por el que iba yo, logrando así un impacto entre ambas. Tanto sus apuntes como los míos estaban desperdigados por todo el suelo.

-Dios mío, lo siento- dije ayudándole a levantarse.

-No te preocupes, fue mi culpa- tartamudeó.

La chica al verme pareció nerviosa, y empezó a recoger todos los papeles que estaban tirados. Yo le ayudé sin fijarme mucho en los apuntes.

-Por cierto, ¿podrías indicarme donde está la clase de Historia del Arte?

La chica paró abruptamente lo que estaba haciendo para mirarme sorprendida.

-E-Estás un poco lejos- se levantó al haber recogido los últimos papeles que le quedaban- Ésta es la facultad de Economía.

-Mierda- suspiré derrotada.

-Tienes que seguir aquel pasillo todo recto hasta llegar al tercer cruce, ahí gira a la derecha. Es una de las clases que están en ese corredor.

Vi el mapa ya indecisa de si debía tirarlo, quemarlo o guardármelo por si acaso.

-Muchísimas gracias- volví a echar a correr en la dirección que la chica me había indicado- ¡Y perdón otra vez!

Ya estaba lejos, sin embargo aún pude observar la expresón confusa y sorprendida de su rostro.

Siguiendo las indicaciones de mi, hasta entonces, salvadora, conseguí llegar a mi clase. Di unos golpes sintiendo cómo empezaba a temblar por el futuro reproche del profesor.

-Adelante- sonó una voz bastante grave desde el otro lado.

Abrí la puerta y asomé la cabeza.

-Disculpe, no conseguía encontrar el aula- hablé rápido- ¿Puedo pasar?

El profesor pareció pensárselo mucho debido a la mirada amenazante que tenía, sin embargo, el gesto que hizo con la cabeza me tranquilizó.

-Pase, y que no vuelva a ocurrir.

Susurré un "gracias" antes de cerrar la puerta tras de mi y dirigirme al único sitio libre que quedaba. Esperaba que los alumnos se rieran de mi o hicieran alguna burla, pero al contrario de lo que pensaba, se quedaron en silencio, e incluso había muchos que evitaban mi mirada.

Al sentarme y abrir mi libreta para empezar a apuntar lo que el profesor dijera, me di cuenta de la hoja llena de números y problemas que se encontraba entre mis apuntes. Sin duda alguna tenía que ser de la chica con la que me había chocado.

The Styles SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora