amor enfermizo { segunda parte }

3. Preludio

—”Tenemos todo listo, ya vámonos” —Dijo una voz en la cabeza de Oliver.

—Pero creo que me falta algo. —Murmuró Oliver mientras revisaba en su bolso.

Aún seguía en la habitación de hotel y estaba a una hora de tomar el autobús que lo llevaría a Medford al encuentro con Kellin.

—“Syko, no te olvidas de nada” —Dijo la voz en su cabeza.

—Diablos bueno. —Dijo con algo de frustración y cerró la cremallera de su bolso— Vamos entonces.

_”Syko, matamos” —Hizo eco una voz en su cabeza e inmediatamente se quedó paralizado. Su corazón se estrujó contra su pecho y nudo se formó en su garganta.

—Imposible. —Alcanzó a decir con una voz temblorosa y de repente la expresión atónita en su rostro se relajó y sus párpados pesaron sobre sus ojos mientras sus labios formaron una sonrisita cargada de picardía.

—Nada es imposible en éste mundo, Syko. —Habló con voz áspera y luego tomó su bolso, lo cargó sobre sus hombros y se encaminó hacia la puerta para abrirla y salir.



Adentro de la tina del baño cubierta por una mampara traslúcida, se encontraba el cuerpo de una mujer de mediana edad. Llevaba un traje Channel beige, compuesto por un saco femenino y una falda que quedaba apretada sobre sus muslos. Ella a pesar de su edad era una mujer bastante coqueta. Y al ver a Oliver quien llevaba ciertos aires de rebeldía, sonreír con desdén mientras hablaba con un barman en un club nocturno, no dudó ni un segundo en llamar su atención para que él le coqueteara. Y Oliver lo hizo.

Lo que para ella fue una salida un viernes después de su trabajo y una noche la cual esperaba tener sexo con un joven, se terminó al convertirse en una lucha por su vida en esa habitación de hotel al a penas haber llegado.
Oliver le quitó todo el dinero que pudo prometiéndole que iba a dejarla libre y al final la asesinó dejando su cuerpo abandonado en la ducha.
Justamente Oliver estaba ocupando otra habitación de ese mismo hotel para quedarse momentáneamente, así que podría decirse que él lo planeó todo.