Abrí los ojos. No veía nada más que mis propias manos. Estaba de pie y todo estaba oscuro. Traté de vislumbrar a lo lejos frotándome los ojos pero nada resultaba.
—¿Hola?—tragué saliva. Di unos pasos al frente y pronto comencé a correr. Todo era igual. No tropezaba ni me topaba con nada.
—¿Hay alguien?—volví a tratar. —¿George? ¿John?—gritaba mientras seguía corriendo.
Después de un rato mis piernas me empezaron a fallar y dejé de correr para sucumbir y tirarme al suelo a recuperar el aliento. Me senté y abracé mis piernas. Traté de entender qué estaba pasando pero mis emociones me controlaron y comencé a sollozar. Siempre me decían que llorar sanaba el alma.
—Querida, no llores—escuché de repente, con una voz femenina bastante dulce, que sonaba desde lo lejos y se iba acercando. Me sobresalté y retrocedí. Mi corazón empezó a latir rápidamente y me puse de pie como pude. Miré hacia todos lados.
—¿Quién eres? ¿Qué hago aquí?—pregunté tratando de no soñar asustada.
Se escuchó una risa por todos lados. Seguía sin saber de dónde venía eso. —No es a mí a quién debes tener. No vengo a hacerte daño. Más bien, necesito que me ayudes en una cosita...—parecía la voz de una joven adulta.
—No sé quién eres ni qué es lo que quieres, pero no participaré en eso—no es como que creyera mucho en esas cosas, pero esto parecía la obra de un demonio, y más vale prevenir que lamentar.
—Oh, lo harás, a su momento. No te preocupes por eso—. Dicho esto, unos rayos de luz salieron de la oscuridad frente a mi y comencé a correr hacia el lado opuesto tan rápido como podía. Comencé a sudar, respirar entrecortado. Volteo de vez en cuando y cada vez está más cerca mío. Mis piernas tiemblan. Trato de pedir ayuda pero lo grito se ahoga. Sigo corriendo con lágrimas en los ojos y sudor en la frente.
—Mar...—escucho a lo lejos. Es la voz de Jake. Trato de alcanzarlo pero no sé dónde está.
Ya no puedo más. Mis piernas se enredan y caigo al suelo. La luz me atrapa y abro los ojos mientras escucho mi nombre de la voz de Jake, quien se encuentra al lado mío, con sus manos en mis hombros y con una expresión de preocupación en el rostro.
Sigo respirando rápidamente y trato de incorporarme. Parpadeo varias veces y me calmo un poco.
—¿Qué fue lo qué pasó? ¿Una pesadilla? Te veías muy asustada, me preocupé—dice acomodándose pero sin quitar su vista de encima.
—Si, fue algo así—traté de reír un poco para no darle tanta importancia, aunque hubiera sido tal vez la pesadilla mas rara que había tenido. Parecía tan real que tenía miedo de morir.
—Bueno...—dice con un suspiro, parece que no me creyó. —Estamos a unos minutos de aterrizar, también por eso te desperté–ríe.
—¿Tan corto fue el vuelo?
—Claro que no lo sientes cuando pasas 10 horas dormida—reímos.
—Así se alegra el alma—sonrió.
Al aterrizar esperamos a Rob y a Piper que se encontraban a unas hileras atrás de nosotros, salimos todos a buscar las maletas y salimos del aeropuerto directo al hotel que habían reservado. En el taxi de camino me asombraban los hermosos edificios de la ciudad. Me emocionaba. Tenía deja vu's. Esas eran las mismas calles que alguna vez transitó George en vida. Y no lo podía ver su rostro mientras las recorríamos porque no cabíamos en el vehículo y se tuvo que desmaterializar. Iba pensando en esa pesadilla (aunque eran recurrentes, nunca había tenido una tan vívida). ¿De quién era esa voz? ¿Para qué me necesitaba, qué quería de mi? Sabía que el cerebro humano no podía crear por sí solo voces o rostros, ¿era de alguien que había escuchado antes? Que curioso. Fue una pesadilla muy curiosa.
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While My Guitar Gently Weeps
FanfictionLa vida y la muerte son conceptos que van más allá de lo que dice un papel con un nombre. Te dijeron que la muerte era el "descanso eterno", pero no te dijeron cuál era el costo. No sé porque nadie te dijo cómo desdoblar tu amor. No sé cómo alguien...