En Busca de la Magia | SS

Noticia y decisión

Autor: Helindir.

El día había transcurrido sin indicios de magia.

Dumbledore había regresado y la noticia no era gratificante: la magia había desaparecido en todo el mundo. Algo había caído del cielo, esparciendo una extraña frecuencia que parecía afectar a todos los magos. Y lo peor, el fenómeno duraría como mínimo 6 meses, pudiendo extenderse a 8.

Una noticia perturbadora.

Los alumnos no se veían tan afectados, no tenían tanto uso de la magia. Pero los profesores más "veteranos" tenían décadas, o más, de no vivir sin poderes. Dumbledore se vio en el problema de cómo mantener a Hogwarts en funcionamiento, sin magia.

Imposible. Una locura. Tan solo darle de comer a todos sería la odisea más grande e irrealizable.

¿Qué podría hacer? Aun si enviaba a los alumnos de vuelta a sus casas, tenía un grupo de profesores, asistentes y los 100 elfos domésticos que atender.

Era un número mucho menor, pero seguía sin ser factible.

Reunión inmediata con el profesorado.

- ¿Alguna idea?- Inició el debate el famoso director.

- Podríamos intentar quedarnos- Se aventuró Remus desde su lugar.

- ¿Cómo haríamos para abastecernos?- Sirius pregunto bajo la inquisidora y permanente mirada de Severus- Aun sin alumnos, quedamos unos 150...

- Ivonne sabe como vivir sin magia- Minerva buscaba la solución de cualquier manera.

- Si, se vivir sin magia- Analizó McCain- Pero mi entrenamiento fue sola. Lo que aprendí es aplicable a, como máximo, 10 personas. No 150.

El profesor de lengua rusa, el malhumorado Kakrifanov dijo mientras se retiraba de la sala:

- Si van a enviar a los alumnos a sus casas, yo vuelvo a la mía. Es una idiotez quedarse aquí.

Nadie replicó. Sobre todo por que nadie quería que se quedara.

Ivonne tuvo una idea muy complicada, pero que podría resultar. Pero dijo nada, aun debía analizar eso, pero Severus la conocía y se percató de su cara de pensamiento complejo.

- ¿Cuál es la idea, Ivonne?- La increpó- Se te ocurrió algo, compártelo.

La profesora de élfico se levantó y comenzó a caminar por la sala. No sabía por dónde demonios comenzar.

- Bien- Decidió empezar- Es una idea apresurada, pero puede funcionar. El problema aquí no son los alumnos. Por lo menos, no la mayoría. Todos saben vivir como muggles, de una forma u otra. El problema básico son los "adultos".

- No entiendo a donde quieres llegar, Ivonne- Dijo Dumbledore.

- Lo pondré de esta manera. Si un elfo doméstico o profesor, se va a vivir un tiempo con algún alumno, tendría donde pasar todo este tiempo. No habría la necesidad de que estén todos juntos. Por ejemplo, el profesor Lupin se va con los Weasley, un elfo doméstico se va con otra familia cuyo alumno sea de Hogwarts. No todas las familias permitirán esa estadía, pero si consideramos la cantidad de estudiantes... lo más seguro es que incluso sobren familias... ¿Alguien entiende lo que trato de decir?

- ¿Y cómo nos comunicamos entre nosotros?- Indagó Alastor- No todos sabremos en que familia cayeron los demás...

- Eso puedo solucionarlo. La mayoría de las casas tienen teléfonos, más si pertenecen a aquellas familias con un padre muggle. Yo tengo un teléfono. Me llaman a mí y les informo.

- ¿Y qué es teléfono?- Preguntó tímidamente Sybill.

- Una lechuza inmediata, por así decirlo.

Ivonne se sentó. Su idea tenía sentido, pero era muy complicado.

- Eso decir que si cada profesor encuentra una familia con padres muggles, y teléfono ¿tu te encargarias de lo demás?- Dumbledore trataba de entender.

- Sí- Contestó la rubia- Es mas, cada familia les explicará y enseñará a utilizarlo, entre otras cosas.

- Bien- Se levantó pronto Dumbledore de su asiento- Quiero que cada profesor valla con algún alumno que cumpla los requisitos. Recuerden que tienen que estar con esa familia hasta que todo se solucione.

- Espere, espere- Ivonne reaccionó- Era un boceto de idea. Una línea del boceto del inicio de una idea. No va a tomar lo que dije textualmente. ¿O si?

- ¿Por qué no?- Alastor pasó junto a ella, para buscar un alumno- Los detalles después nos enteramos por teléfono...

- Para eso van a necesitar mi número de teléfono. Se los pasaré.

Uno a uno los profesores fueron tomando el número que Ivonne les escribía y lo guardaban.

Dumbledore sonreía al verla escribir. Indudablemente su alumna preferida tenía ideas grandiosas y espontáneas. Bendijo a Severus por hacer que ella hablara. Sino, aun estarían pensando.

Solo quedaban Lupin y Snape, a la espera de su número.

- Me olvidaba- Se dirigió Ivonne al director- Yo tengo casa muggle, en pleno Londres muggle. Es una casita pequeña, para una persona, pero cabe alguien más.

- Sybill ya fue con Luna Lovegood- Le contestó con su tranquilidad paternal característica- Sabes que ellas se llevan muy bien.

- Yo ya tengo con quien, gracias- Respondió pronto Remus cuando Ivonne lo miró.

Por un lado, era verdad. Tenía conocidos muggles que lo dejarían vivir con ellos. Además, tenía otros planes. Suponía que Snape no iría con los Malfoy. Y no conocía de ningún otro alumno que pudiera abarcar sus expectativas. Solo quedaba un lugar donde ir...

El amable profesor tomó el papel que su colega de élfico le extendía y se retiró con una sonrisa en la cara. Acababa de darle un regalo a Severus, en bandeja de plata.

- ¿Y a dónde irás tú?- Le preguntó el director a Snape con un tono de voz que dejaba entrever algo. Había entendido a la perfección la idea de Remus.

- No se.

¡Por supuesto que sabía! Por lo menos sabía donde si quería ir, aunque no estaba seguro de que se lo permitiera. Se fascinó por dentro al imaginar que cabía vagamente esa posibilidad. Pero no debía delirar tanto. Después de tantos años, ella no volvería y tranquilamente lo dejaría vivir en su casa. Si bien se conocían desde la adolescencia, el ya no era un joven tímido y fácilmente soportable. Ahora era un ogro mezclado con oso y vampiro. ¿Quién en sus cabales lo invitaría a su casa? Solo un maldito demente.

- Si quieres quédate conmigo- Se ofreció Ivonne con esa dulzura que la caracterizaba desde hacía años- Mi casa no será grande y espaciosa como el castillo, pero por lo menos tendrás donde dormir.

En el interior, Severus le agradecía a lo que fuera que había caído y hecho realizable ese milagro. De ser posible, hubiese gritado un gracias, pero aun debía mantener la imagen.

- Sí, me parece bien.

Incluso lo había dicho demasiado rápido para ser él. Como si ni lo hubiese pensado, o como si tuviese miedo de que viniera alguien a robarle su puesto. No, esa oportunidad no se daba dos veces en la vida y lo harían tragar babosas gigantes, pero no la desaprovechare.