Una obra pícara donde Ivonne McCain cumple un papel principal. ¿Y Severus Snape? Bien, el deberá valerse en una "materia" de la cual, no sabe nada.
En el fic anterior, ella era miembro de una orden de elite y dueña de un dragón. Cumplía un papel her...
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Pocos días después, la casa de Ivonne estaba abarrotada. Todos los profesores estaban reunidos, festejando que por fin, el sujeto desnarizado, había sucumbido con una técnica tan simple. Y sin dudas, el evento les había caído como anillo al dedo.
Como decía el dicho: a veces lo más simple es lo mejor.
También estaban festejando algo más. El hecho de que este par de profesores, ahora estuvieran comprometidos
McCain estaba bastante recuperada, aunque algunos ataques de tos repentina alertaban a Snape.
En cierto momento, su tos había empeorado lo suficiente como para tener que sostenerse contra una pared.
Remus se acercó a ella, mientras Alastor llamaba a Snape.
Él apareció como un rayo, con un jarabe especial, que contenía una poción hecha por el mismo médico que había ido a atenderla.
La ayudó a sentarse y golpeó levemente su espalda. El médico le había dicho que eso ayudaría a que se desprendiera la infección de los pulmones.
Por fin dejo de toser, para el alivio de todos, ya que estaba comenzando a ponerse roja.
- Respira primero- Le dijo Severus.
Cuando se sentía mucho mejor, tomó la poción, que tenia un sabor repugnante.
- Eso es un asco...- Se quejaba ella.
- Ese asco te permite respirar- Bromeó Remus.
- ¡Ajjjj!- Seguía quejándose ella.
Su cara de asco y su humor, indicaban que ya todo estaba bien. Motivo suficiente para reír y aliviarse.
Sybill se retiró antes, por obligaciones muggles. Así que en lugar apartado, Minerva e Ivonne compartían charlas femeninas.
- ¿Y bien?- Preguntó la reconocida Minerva- ¿Cómo van las cosas con el profesor de pociones y pesadilla de Sirius?
Ivonne se atoró con el agua que estaba tomando, presa del comentario ocurrente de McGonagall.
Snape la miró desde lejos, atento. Pero la vio recomponerse y echarse a reír. Un alivio para él.
- No me digas que te contó....- Decía la rubia.
- A todos, querida, a todos...
- Si Severus se entera, lo va a matar... ¿Qué dijo?
- Solo que entró y que los vio muy entretenidos. Pero que más le impacto otra cosa...
- Dios...- Ella se sonrojaba- No quiero ni saber los comentarios que habrá de mi.
- Severus es el comentario... O mejor dicho, una parte de el. De ti solo alaban tu suerte.
