Una obra pícara donde Ivonne McCain cumple un papel principal. ¿Y Severus Snape? Bien, el deberá valerse en una "materia" de la cual, no sabe nada.
En el fic anterior, ella era miembro de una orden de elite y dueña de un dragón. Cumplía un papel her...
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El primer mes de casados, ya había transcurrido para los Snape.
Ambos seguían dando clases. Severus no se había suavizado tanto como los alumnos esperaban. Seguía bajando puntos a diestra y siniestra, sobre todo si alguno cometía la estupidez de hacer un mal comentario que involucrara a Ivonne...
Una tarde, un par de Slytherin conversaban haciendo comentarios de mal gusto a cerca de la nueva pareja. Un error fulminante. Severus había escuchado todo. El resultado: 60 puntos menos a la casa, tarea extra para todos y un castigo de tamaño épico para los dos alumnos, quienes prácticamente debieron limpiar Hogwarts entero con un cepillo de dientes. Incluyendo el bosque prohibido.
Por su lado, Ivonne también seguía con sus clases de élfico. Ella seguía siendo amable, dulce y torpe. A veces, un poco más de costumbre.
Pero también era estricta cuando hablaban de su esposo. No bajaba puntos con la misma intensidad que Severus, pero si los sacaba.
Lo mejor, sin duda, había sido el castigo a Voldemort. El mas temible de los seres oscuros, era ahora un mago sin magia, lo que mas había odiado. Después de desfilar frente a casi todo el mundo mágico, para ser insultado, maltratado, golpeado, y, aun peor, humillado, fue enviado finalmente a una cárcel de máxima seguridad de muggles, en una ciudad cercana a Moscú. Allí pasaría el resto de su vida. En lo que se convertiría la tortura mas grande para el que, en su momento, se hacia llamar "Señor oscuro"...
Con el séptimo mes de embarazo Ivonne entró al despacho de Severus, con una sorpresa.
- Sevy...- Lo llamó dulcemente mientras lo veía sentado, corrigiendo quien sabe que cosa.
Ella recibió una cálida sonrisa como saludo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el besó tiernamente ese bulto que ahora ya era prominente y, para él, magníficamente hermoso.
- ¿Qué querías que fuera?- Preguntó Ivonne- ¿Varón o mujer?
- Varón.
- ¿No te gustaría un poco de ambos?
Severus la miró.
- ¿Qué?- Preguntó poniéndose de pie.
Ella rió dulcemente, como siempre, y dijo:
- El paquete vino doble, cariño.
- ¡¿Qué que?!- El no creía lo que oía.
- Mellizos, tontuelo. Un niño y una niña
- Cielos...
Se abrazaron con ternura. Se veían dos figuras, pero en esa habitación, había cuatro personas.
- No puedo creerlo...- Decía Severus.
- Querías varios, pues bien... Empezamos con dos...
