Cute Boy » LEE JENO✔️«COMPLETA»

s i e t e

«Haru noona, ¿saldría conmigo?»

Es muy corriente.

«Haru. Tú, yo y una cita. ¿Qué tal?»

Demasiado atrevido.

«¡Te amo!»

¡Definitivamente demasiado!

Su corazón bombeaba con fuerza frente el espejo de su baño ante el último pensamiento, tenía las mejillas encendidas y los labios resecos. Solo el pensamiento de invitar a salir a su crush lo enloquecía y movía todo su mundo.

Mojó su rostro para bajar el bochorno. Hoy sería el día de su primera confesión y no quería llegar tarde a la escuela.

Aquella semana había sido un sueño. Haru y él almorzaban juntos, él la llevaba a casa luego del castigo y cada vez se hacían más cercanos. Sus amigos aún no le dirigían la palabra.

Hoy es el último día de su castigo pero no quería que todo lo que habían avanzado se pierda debido al poco tiempo que se verían.

Sus horarios no coincidían demasiado, ella era un curso mayor aunque le llevaba dos años porque repitió uno hace un par y trataba de nivelarse con el resto para no volver a repetir este. Ella no era buena en la escuela, su sueño era el ser una idol muy famosa y bailar en miles de escenarios alrededor del mundo pero ninguna agencia la había llamado todavía. Haru no tenía padre y solo vivía con su mamá y el novio de ella, toda su familia siempre ha sido pobre y por eso cree que nadie quiere admitirla. Desde el primer momento Jeno quiso apoyarla, pero también estar allí siempre para ella.

Ahora él la vería menos y no podría hacerlo como acostumbraba. Ese era su mayor temor.

Masticó la parte final de su lápiz a pesar de que sabía que no era muy higiénico, también movía su pierna una y otra vez provocando que sus cosas cayeran del pupitre.

Hyerin le alcanzó la goma de borrar con una sonrisa incómoda antes de seguir hablando con Renjun. Él hizo lo propio, mas su mente estaba en otro lado.

«Suena, suena, suena... ¡Finalmente!»

Sujetó su mochila y corrió al aula, sabía que allí ya estaría Haru. Era puntual, siempre.

—¡Jeno, tengo algo que decirte! —una sonrisa se plantó en su rostro.

—Yo también, pero tú primero.

—¡Taemin y yo regresamos! ¿No es genial?

Jeno sintió que el alma se le caía.

—¿Y tú que debías decirme?

—Que... No podré acompañarte hoy, debo ayudar a mamá en algo luego.

—Que chico tan lindo eres, Jeno-ssi.