d i e c i o c h o (I)

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Despertó por la fría brisa que chocó bruscamente contra su rostro y lo primero que vio fueron unos tiernos grandes ojos marrones que sin duda eran los de Jaemin, pero eso era casi imposible porque él no quería acercarse a ella. Tal vez seguía dormida o su inconsciencia aún le pasaba una mala jugada a causa de todo el alcohol ingerido con Mark y Haechan.

Y... Oh, cierto.

-Jeno-ssi...

El chico no contestó pero sintió sus entrañas revolverse al solo escuchar que ella pronuncie ese nombre. La tomó de las manos mientras trataba de arrastrarla en silencio a la casa de Haechan, su vecino, que tenía su casa (por fortuna) completamente vacía. Entre ese chico y Mark habían llevado a Jeno adentro para tratar que recupere la consciencia mientras Hyerin reía tontamente por cada tropezón que daba al llegar a la sala donde finalmente pudo sentarla en el sofá y buscar un poco de agua para que reaccione.

Suspiró profundamente. Estaba bastante disgustado por como había acabado en aquella situación. Se suponía que solo debía ayudar a Hyerin, tal vez llevarla a casa y que sea regañada para no volver a ir de fiesta un lunes (martes ya) y después obligarla a hablar con él y dejarle ciertas cosas claras. Pero terminó siendo arrastrado por completo en aquella absurda situación que involucraba a su vecino, un extraño y por supuesto al imbécil de Lee Jeno que se la pasaba pululando alrededor de la castaña pero cuando más lo necesitaba él se convertía en un verdadero inútil.

Regresó a la sala sosteniendo el vaso de cristal encontrando a Jeno, aún desmayado, recostado en el amplio sofá mientras la chica sostenía su mano con un gesto de preocupación como sorprendido.

Sí, a Jaemin realmente no le gustaba esa sensación de inseguridad.

-Creo que está muerto.

-No seas idiota, Haechan. ¡Puedo ver que respira!

-¿No tienen un botiquín o alcohol?

Haechan salió disparado al segundo piso cuando la chica le pidió los utensilios de primeros auxilios. Ella le acarició los cabellos oscuros al chico tendido mientras él sin decir nada dejaba el vaso con agua en la mesa junto a ella. A estas alturas se sentía que Mark y él solo eran unos espectadores de una especie de drama extraño.

Pronto Haechan llegó con ellos y entre ambos empezaron a tratar las diversas heridas, sobretodo las del rostro, y a tratar de reanimarlo.

No podía aguantarlo. Salió de la casa dando un portazo.

°

Despertó gracias al fuerte olor del alcohol restregado en sus fosas nasales. Se hubiera quejado de no ser por el terrible dolor de cabeza que le atravesó en el segundo que abrió los ojos y pudo reconocer las mejillas gordas de Hyerin, su mejor amiga.

Trató de ponerse de pie pero pronto un dolor profundo lo paralizó. Todo él ardía. Eran como martillazos en todo su cuerpo. Entonces lo recordó todo.

Haru. Taemin. La fiesta. El beso. La sangre.

-¡¿Dónde está noona?!

-Jeno, tranquilo.

-Tranquilo y una mierda. ¡Debo buscarla! ¡No me toques!

Hyerin no sabía qué responder. Ni siquiera sabía qué sucedió o cómo terminó en aquella situación. Solo sabía que su amigo se encontraba herido y pese a la confusión trató de ayudarle.

¿Por qué él estaba siendo tan malo? Realmente, realmente quería llorar.

-Joder, Jeno -la voz de Mark se elevó haciéndole algo atemorizante. El seguía siendo el mayor en la habitación-. ¡Comportate, hombre! Asustas a Hyerin. ¿No lo ves?

-Pero Haru, ella...

-Ella se fue con Yuta-hyung, está bien.

-Tengo que verla, debo buscarla, yo-

Trató de ponerse de pie a pesar del dolor. Aún algo aturdida por los gritos y el alcohol en su sangre Hyerin lo sostuvo del brazo para tratar de impedirlo. Jeno en un movimiento brusco hizo que se suelte haciendo que ella caiga sentada sobre su trasero.

Pudo sentir las lágrimas acumularse en sus ojos. Sintió vergüenza de sí misma. Ella era tan lamentable.

-¡No me jodas! -la voz de Jaemin fue la que ahora escucharon mientras se acercaba de inmediato a Hyerin-. ¿Podrías dejar de ser un total imbécil egoísta de mierda por un momento y pensar en los demás? No soy un tipo violento pero no te imaginas las inmensas ganas que tengo de golpearte. Lo único que eres capaz de pensar es en tu preciada Haru-noona y no te das cuenta el daño que causas a tu alrededor. Abandonaste a tus amigos el día que los conocí, hiciste que Renjun mintiera por ti para que no descubran que fumas a escondidas, llevaste a Hyerin a una fiesta llena de desconocidos, la dejaste con dos tipos que acababa de conocer, dejaste que se embriagara y luego empezaste una pelea con un tipo mayor ¡sin pensar ni un segundo en ella! Aún así tus amigos quieren ayudarte pero solo piensas en buscarla a tu noona a pesar de que no puedes hacer nada ahora ¡Y estás demasiado cegado en ti mismo como para darte cuenta de cosas demasiado obvias y que lastiman a los demás! ¡Así que cierra la puta boca y deja de hacer que la gente se preocupe por ti!

Jaemin lo miró con rabia contenida y el rostro totalmente rojo. Él en verdad sentía que lo odiaba por completo. Aunque en realidad lo que sentía eran unos incontrolables celos.

Y... Oh, el mundo no se podía imaginar cuan celoso estaba Na Jaemin de Lee Jeno.

El de cabellos azabaches tan solo necesitaba sonreír y conseguía todo lo que el castaño deseaba. Era bueno con los estudios, tenía pocos aunque muy fieles amigos y sobretodo hacía estremecer el corazón de la chica más pura y linda que él conocía. En cambio, Jaemin se esforzaba mucho para ser capaz de sobresalir, trataba todo el tiempo de ser amable y gentil, estudiaba hasta bastante tarde y ponía todas sus fuerzas para ser notado y querido. Pero todo lo que hacía sería en vano cuando era capaz de ser completamente olvidado para Hyerin cuando ese otro chico aparecía.

-No entiendes ni una mierda. Tú no estuviste allí y no sabes qué sucedió. Haru está en peligro.

-Jeno, tranquilo -murmuró Hyerin un poco más calmada-. Deja te curamos un poco y prometo que vamos a llamarla. Estás muy malherido.

Jaemin suspiró exasperado pero se quedó cerca a la chica arrodillado en el suelo. Mark se sentó incómodo en uno de los sofás y empezó a mandar varios mensajes de texto de forma frenética mientras entre Haechaen y Hyerin trataban de curar todos los cardenales del rostro de Jeno y vendar sus costillas. El chicos no dijo nada, trataba de no quejarse mordiéndose el labio para evitar sus aullidos de dolor. No lo había sentido, pero ahora con el bajón de la adrenalina podía sentir un agudo dolor en su costado izquierdo y le daba miedo el solo pensar en tener las costillas rotas.

Cuando finalizaron con su rostro se lo cubrió con el antebrazo. Le ardían los ojos de las lágrimas contenidas y estaba seguro que en cualquier momento rompía en llanto por la impotencia y frustración que sentía sumado al dolor tanto físico como psicológico.

-Esto es una mierda.

Cute Boy » LEE JENO✔️«COMPLETA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora