Cute Boy » LEE JENO✔️«COMPLETA»

n u e v e

—¡Te odio!

No tendría remordimientos.

—Quiero lo mejor para ti, amor.

Bien, eso no era cierto. Si aquella mujer quisiera, mínimamente que ella fuese feliz dejaría de ser pensar solo en su novio y se convertiría más en una madre de verdad y responsable, no en la que se dedica a trabajar todo el día para complacer los caprichos estúpidos de un bueno para nada que se olvida de comprar los víveres por irse de parranda y despilfarrar hasta los propios ahorros que Haru guardaba para su academia de baile. 

—No te necesito mamá, quizá antes sí. Pero tú nunca estuviste allí. ¡Ni siquiera eres capaz de creerme! ¡Él me robó!

—No digas eso mi vida... Te necesito.

Pero Haru no escuchaba. Ya no había razón para que ella siguiese en ese lugar, no avanzaría con sus sueños jamás y ella no estaba hecha para la miseria. Crecería, sola. Como lo había hecho toda su vida.

Vale, tal vez no tan sola. El irritante claxon de Taemin ya sonaba una y otra vez y ella no quería hacerlo esperar demasiado.

Su madre al escucharlo la sostuvo por el brazo para impedir su ida. Nunca le había agradado ese muchacho.

—No hija, él no es bueno para ti.

—¿Y tú sí? Él estuvo cuando tú no. Me ama, es el único que lo hace.

Tenía solo 18 años pero ya estaba lista para compartir su vida con la persona que más amaba y le daba toda la seguridad que ella necesitaba.

Sin decir más sostuvo la única mochila que era suya y que estaba repleta con su ropa. Los libros los dejaría allí, no los necesitaba más. 

No volvería a ver atrás.

🙌

Preocupado. Más que eso. Jeno ya no sabía en donde buscar a Haru, la había llamado, enviado cientos de mensajes y hasta ido a su casa pero su madre solo le dijo que ella ya no vivía más allí. ¿Qué podría haberle sucedido?

Ahora estaba encerrado en su habitación revisando una y otra vez su móvil, viendo la linda foto de perfil de ella.

—Jeno, amor. La cena está lista.

Su madre entró sin tocar como acostumbraba. Él apagó el teléfono y lo metió bajo su almohada. 

—No tengo hambre mamá, gracias.

—Pero amor, no haz comido nada en todo el día. ¿Te encuentras bien?

—Sí, no es nada.

—Jeno... Estos días te he visto decaído. Una mamá se da cuenta de estas cosas, siempre llegas tarde a cada, no sonríes con sinceridad y ya ni siquiera vienen a cenar Renjun o Hyerin. Estoy preocupada por ti.

Repentinamente se sintió abrumado. Su madre tenía razón, pero él no quería ver la verdad.

—Solo estoy cansado por la escuela ¿si? Quiero dormir un poco, eso es todo, mamá.

Ella no le creyó.