~~~~~~Mientras tanto en algún corredor de la base ~~~~~~~~
-Hanji: ¡Eres un enano idiota y egoísta!
-Levi: ¿y qué demonios te sucede ahora maldita cuatro ojos?
-Hanji: tú sabes muy bien lo que sucede. Eres un enano engreído y orgulloso, pero no puedes hacerte responsable de tus actos.
-Levi: ¡no entiendo de que está hablando, lentes de mierda! Estas colmando mi paciencia. Primero es esa estúpida mocosa que solo se la pasó engañándome, luego es la niñita insoportable que me persigue hasta la toilette y ahora tú, que no sé qué carajos te ha picado para que me reclames cada vez que nos cruzamos. ¿A caso se han puesto de acuerdo para hacerme la vida imposible?
-Hanji: ¿tu vida es imposible? Ves que eres un egocéntrico, todo siempre tiene que girar en torno a ti, adiós maldito enano. -se retiró furibunda, dando pisadas estremecedoras logrando que comandante Erwin se asome desde su oficina para observar el pleito.
-Levi: ¿y tú qué? ¿También tienes algo que reclamar? Si es así, este es tu día. ¡¡Tal parece que se olvida quien es la serpiente en esta historia!!
-Historia: ¿me llamo usted capitán? - dijo la pequeña rubia que justo pasaba por allí.
-Erwin: no recluta, se refería a otra historia, un relato basado en mentiras, orgullo y decepciones.
-Levi: ¿ahora tú también estas en mi contra? Estupendo ¿saben qué? Váyanse todos al demonio. –me dirigí a mi oficina, dando un portazo cuando logre entrar, sin percatarme de la presencia que allí yacía desde antes que ingresara al local.-Ashley: ¡Buenos días capitán! Es muy temprano para que estén discutiendo.
-Levi: ¿y a ti que te importa? Solo porque hemos dormido algunas veces no significa que debas meterme en mi vida. Así que si no te importa ¿podrías retirarte de mi oficina? Tengo cosas que hacer –espete dominante mientras me acomodaba en el sillón de mi escritorio.
-Ashley: no necesitas ser tan grosero conmigo –fingió un gimoteo ahogado, cubriéndose el rostro con ambas manos – además solo te la pasas bebiendo como un vagabundo inmundo, ¿crees que no sé qué guardas wiski dentro de ese cajón?
-Levi: Escúchame maldita mocosa lo que yo haga o deje de hacer no te incumbe –me levante bruscamente y la tome del brazo para sacarla de allí- retírate de mi oficina y guarda esas lágrimas de cocodrilo para alguien a quien le importe.
-Ashley: ¿todo esto es por esa zorra verdad? –Exploto en furia, mientras comenzaba a forcejear conmigo, tratando de zafarse de mí agarre -¿todo es por ella? ¡Si solo se hubiera muerto en esa caída nada de esto estaría sucediendo! –cuando oí esas palabras, frías e hirientes mi mano se dirigió hacia su rostro involuntariamente dándole una terrible bofetada.
-Levi: oye, disculpa, no sé cómo pude hacer eso –me disculpe inmediatamente, pero la ira aun recorría mi cuerpo y admito que sentí un poco de alivio en esta angustia que transita por mi cuerpo desde que la mocosa se fue.
-Ashley: ¿sabes qué? Eres un idiota, nunca tendría que haberme interpuesto entre esa estúpida y tu –dijo dirigiéndose hacia la puerta- además no creo que ese bebe realmente sea tuyo. ¡Esto no va a quedar así, los hare pagar por todo! –amenazo mientras huía del local hecha una fiera.
-Levi: ¿Bebe? ¿Cuál bebe? –esas palabras hicieron eco en mi cabeza dejándome estupefacto e inmóvil, recordando los momentos que pase junto con Jenny, los buenos y los malos, como si nunca se tendría que haber ido.
Cuando por fin recobre el aliento y volví a la realidad, mi corazón comenzó a latir rápido, como si el estado depresivo por el cual transite estos días hubiera desaparecido por completo, un millón de preguntas se me cruzaron por la mente, y solo una persona era capaz de responderlas todas. Me dirigí rápidamente hacia su oficina, con cada paso que daba mi corazón parecía que iba a explotar, una sensación indescriptible se había apoderado de mí.
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La lucha por la supervivencia.
Hayran KurguEsta historia comienza cuando el hijo de Levi le pide a su padre que relate la historia de como conoció a su madre. El pequeño tiene solo 9 años y vive en paz con su familia, ya que la humanidad esta logrando reducir el numero de titanes. Jenny Car...