Yukina... ¿se va?

Pena

Por Yukina
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Me extraña que aún con todo esto siga yendo a casa de Kisa-san, aunque ha pedido ver a Yuuko, es indiferente con ella y apenas le presta atención, sin en cambio, solo no pierde de vista cada uno de los movimientos de Kisa-san, él está corrigiendo un storyboard, se ve muy concentrado en ello y Ren no se encuentra en casa, tampoco aniki... Y me preocupa.

Aquella tarde pasó rápido, mi otro yo se quedó en el departamento de Kisa-san desde que Yuuko saliera de la guardería hasta un poco entrada la noche, con el pretexto de tener el día libre y querer pasar tiempo de calidad con su hija, me parece... Irónico, desde donde yo lo veo, es un hipócrita, realmente no sabe como conectar con la niña y a ella le parece extraña la visita de él. Yuuko siempre ha tenido mucha energía y ha logrado descolocar a mi otro yo en varias ocasiones... Como cuando le dice que tiene sueño solo para que se vaya, entonces él la toma entre sus brazos y ella finge dormir, por lo que cuando él la deja en su camita ella abre los ojos y con una risita traviesa sale corriendo del cuarto y dando saltitos para seguir jugando llena de energía, mientras Kisa-san oculta una sonrisa, se burla, pues él conoce mejor que nadie lo traviesa que es su pequeña hija, a mí... También me hace gracia; mi otro yo trata de forzar las cosas, quiere que ella le reconozca como su padre pero él no sabe como serlo, y para ella... Ren es su padre.

Se rindió por fin, no puede con la niña... Ni con su energía, ni con su astucia ni con su inteligencia, no puede con ella ahora y ella... Solo tiene dos años; un hombre adulto no puede lidiar con una nena de apenas dos años de edad, patético.

Se ha echado al sillón que se encuentra de frente a  Kisa-san, quien está por finalizar su revisión

—y... ¿Dónde está ése?

—¿a quién te refieres por "ése"?

—a ese medicucho...

—no conozco a ningún medicucho... Me  imagino que te refieres al amor de mi vida, al padre de mi futuro hijo y por que no, el padre de mi hija, a mi pareja, el médico gineco-obstetra y pediatra... Mi amor y mi vida...  o lo que es lo mismo... A Ren.

—pfft...—fue el resoplido— Vaya discursito sólo para describir a un hombre

—como ya lo he mencionado antes, es el amor de mi vida.

—antes lo era yo

—ya no más.

—hmmm... No has respondido a mi pregunta

—está en el hospital, trabajando.

—si claro, trabajando.

—no sé que pretendes pero no funcionará.

—¿a qué hora vuelve?

—mañana temprano.

—¿qué? ¿Va a quedarse allá toda la noche? Se ha quedado hoy todo el día ¿no?

—...hay poco personal, no había otra opción.

—¿estás seguro de que está trabajando?

—por supuesto

—¿cómo puedes estar tan seguro? Se quedará allá toda la noche, rodeado de cientos de personas, y solo debe ser el personal médico... Es fácil tener una aventura en tales circunstancias,

—¿lo dices por experiencia propia?  ¿Te engañaron de aquella manera?— Kisa-san levantó la mirada por primera vez, aquél se veía molesto, pues no lograba inquietar a Kisa-san,

—sabes a lo que me refiero

—Ren no me engaña, a diferencia de alguien, él si me ama,

—está bien, dejemos este tema de lado, dime... ¿No te da miedo quedarte sólo?