—Clase, está es Olivia Johnston—presentó aquel hombre regordete de voz aburrida que emprendía a clases de química—. Olivia es nueva, así que hagámosla sentir bienvenida.
Los diez chicos que llenaban el aula murmuraron entre si, pero Harry, nuestro nervioso protagonista, solo se quedó en silencio observándola pasear su vista por el lugar.
—Sientate en cualquier espacio libre—le ordenó el profesor antes de regresar su vista a la pizarra, y Harry, que no suele injuriar, maldijo al chico que estaba sentado junto a él.
Olivia, meditó Harry, Olivia Johnston está en mi clase de química.