Obsesión

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Que fría se sentía la cama, su cuerpo temblaba cuando el aire volvió a rosarlo, intento levantar su mano para buscar una sábana pero era imposible moverse la otra también se encontraba de la misma forma, su espalda reposaba en algo duro y frio no era una cama después de todo, abrió los ojos notando una cúpula de cristal con varias ventanas de diferentes formas y la luz de la noche con las estrellas eran visibles. Ladeo la cabeza hacia la derecha, un balcón se encontraba a unos escasos centímetros dos escaleras tipo colonial en ambos lados justamente detrás de su cabeza y la otra por sus pies. El escenario era grisáceo y opaco pero elegante.

Muñecas, pecho, cintura, piernas y tobillos estaban sujetos con gruesas tiras de piel, observo hacia el otro lado topándose con una simple pared, sus ojos se sentían hinchados, le dolía la garganta pero eso no se comparaba que el de su pecho, cuantas apuñaladas recibió en ese sitio y por dentro se desangraba sin tomarle importancia. El sonido de la puerta se volvió en un eco junto con unos pasos que se detuvieron a un costado de aquella mesa de mármol donde el moreno reposaba.

Has recordado tu pena.- acaricio su mejilla y paso sus dedos lentamente subiendo hasta su lagrimal deteniendo una gota que resbalaba hacia su oreja.

No me toques por favor.- movió ligeramente su rostro hacia el lado contrario, ese sujeto era el responsable de su sufrimiento que sentía en cuerpo y alma como si una parte de él hubiera muerto.

No te preocupes mi querido Gon, pronto lo olvidaras.- su cuerpo vibro al tener tan cerca aquella gruesa voz, era desagradable que le provocaba nauseas, aun llevaba la máscara y su identidad seguía siendo un misterio.

¿Por qué haces esto?- observo aquella mascara sin vida, sus ojos no se podían notar ni siquiera de qué color eran.

Todo esto lo hago por ti, "mi pequeño gorrión".- sus ojos se abrieron como platos al escuchar la última frase del enmascarado, su corazón dio un brinco de sorpresa trataba de recordar donde escucho esa frase pero su mente estaba completamente en blanco y turbia.

¿Quién eres?- se escuchó una risa sarcástica detrás de aquel pedazo de plástico que pronto comenzó a ser retirado revelando aun joven adulto, cabellos negros hasta las orejas y unos intensos ojos verdosos.

Esa maldita niña...- le dio la espalda caminando unos pasos y extendió su mano donde la esmeralda brillo liberando a la pelirroja que cayo enseguida al suelo, se apoyó en sus brazos para tratar de levantarse pero fue tomada por los cabellos.- ¿Qué fue lo que hiciste? ¡Respóndame!- le lanzo con brusquedad como si se tratara de un trapo viejo.

No tengo nada que decirte... ¡AAH!- una fuerte patada contra su estómago, sentía como el aire se le escapaba costándole respirar y toser secamente.

¡Basta por favor, deja a akai en paz!- se retorció en la mesa, no supo porque grito pero lo que ahora deseaba es no volver a ver con sus ojos la muerte de un ser querido.

¿Akai? Es uno de tus muchos nombres, me enfermas al verte en esta forma, que bien lo has engañado.- camino alrededor de la niña lentamente para empujarla con la planta de su bota.

¡Aahck!- sus cabellos rojizos cubrieron una gran parte de su rostro cuando se sacudieron a causa del ojiverde que la observaba con desprecio, ella también hacia lo mismo.

¿De qué está hablando akai?- el moreno fijo su vista en la pequeña, el gesto que le mostro la pelirroja era de desilusión y vergüenza volteando haber hacia otra parte.

¿Aún no se las dicho? Me pregunto qué otras cosas le habrás inventado.- el pelinegro se inclinó a la altura de la niña zapándole una cachetada en seco.

When our journey begins (cuando comienza nuestro viaje)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora