El final de nuestro viaje

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¡NO PUDE SER!- el ojiverde apretó los dientes con furia tras observar al albino parado sin ningún rascuño en su cuerpo, ese desgraciado era una molestia más que ahora poseía la última pieza para cambiar su destino.- ¡TÚ DEBERÍAS DE ESTAR MUERTO!

Se supone pero detuvieron mi caída.- en eso la pelinegra junto con el resto salieron de aquellas montañas de objetos.

¡Regrésanos a gon kun y akai chan! - la morenita sostenía un palo de metal entre sus manos lista para luchar junto a su hermano.

¡JAMÁS!- en eso unas enormes raíces comenzaron a salir por todas partes rompiendo cristales y el piso del mármol, dispuestas para aplastar a sus víctimas.- ¡LOS MATARE A TODOS! – ría como un lunático moviendo a su antojo las ramas viendo como los otros la esquivaban luchando por su vida.

¡Déjalos en paz!- gon forcejeaba por liberarse pero era inútil, solo se estaba lastimando pero no le importo, no perdería de nuevo al albino ni a ninguno de los presentes.

¡NO PERMITIRÉ QUE USTEDES INTERRUMPAN MIS PLANES!- mientras raiden continuaba con sus ataques la menor se fue arrastrando lentamente y contrabajo hacia donde la peli Azul se encontraba.

¡Ese tipo está loco!- leorio corto una rama con una espada que encontró protegiendo la espalda del peliblanco.

Él quiere la gema y también matarnos.- killua cubría ambos brazos con fuertes corrientes de electricidad dejando inmóvil aquellas ramas que se le acercaban pero no era suficiente a comparación del número considerable de plantas.

Nada más, no es tan grave como creí.- el doctor rebanaba y rebanaba constantemente cada rama, mantener el ritmo le constaba trabajo pero continuo adelante.

Hay que distraerlo.- hisoka en cambio disfrutaba el momento aunque prefería a sus adversarios en un combate cuerpo a cuerpo.

¿Pero cómo?- la pelinegra golpeaba una y otra vez las raíces que pasaban por los puntos ciegos de los otros, parecía que estuviera aplastando a una cucaracha con una escoba.

En la entrada del lugar donde varios cachis bates formaban como una fortaleza se encontraba pairo y kurapika, el castaño ya estaba consciente y no tenía ninguna lesión o herida a diferencia del rubio con un estado bastante mal, pairo se quedó a su cuidado aunque no estaba para nada tranquilo como un espectador.

Pairo....- el rubio ya estaba algo pálido debido a la gran cantidad de sangre que perdió y que aun salían por sus heridas a pesar que era muy mínimo, su cuerpo descansaba encima de un abrigo.

No te preocupes kurapika...- se acercó a su amigo volviendo a reposar su cabeza donde la había levantado.

Por favor... voltea un poco ese espejo...- señalo con trabajo un marco ovalado que permanecía apoyado en unas cajas entre otras cosas donde medio reflejaba la escena del combate.

¿Por qué?- lo miro preocupado.

Solo hazlo por favor...- el joven se levantó y camino con algo de duda pero cumplió la petición y giro un poco el espejo hasta donde el ojiazul le indico, en esos sus ojos se tornaron una última vez rojo carmín.

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¿Qué estás haciendo?- Aoi sintió como su hermanita tomaba los hilos que la mantenían presa.

Si lo no grites por favor, esto te dolerá un poco.- dio una gran bocanada de aire y comenzó a salir una línea de fuego como si se tratara de un soplete quemando los hilos de paso las ropas y piel de su hermana, la peli azul apretó con fuerzas sus puños y se tragó un grito ahogado resistiendo todo lo que podía.

When our journey begins (cuando comienza nuestro viaje)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora