Hasta luego...

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En cuanto se quedó a solas se dejó caer en la cama con una sonrisa y, a pesar del susto que se había llevado y lo adolorido que se sentía, no se arrepentía de nada. Para calmarlo, Kyuhyun le había mostrado varias fotos, incluso tenía una en la que se lo veía en el suelo ebrio y sucio.
Juntando toda su fuerza de voluntad se levantó para alistarse, haría un buen desayuno para su amigo como agradecimiento y despedida a sus pequeñas vacaciones. Se puso el primer conjunto que le había comprado su amigo, aparte de que era cómodo, era su favorito y el de Kyuhyun también. Pidió permiso a los dueños y se fue a la cocina listo para preparar uno de los mejores platillos de su repertorio.

Cuando Kyuhyun bajó a la pequeña cocina se sorprendió por el delicioso aroma que había en el lugar y a un conejo que tarareaba y daba pequeños brinquitos por todo el lugar - ¿tan contento estas de liberarte de mí? – bromea –

- ¡lobo! – da un brinco asustado – ¡yah! ¡no hagas eso! – le da un suave golpe en el brazo – siéntate que la comida está casi lista, hice un levanta muertos para la resaca

- dirás, para TU resaca – recalca la palabra – el único que tomó hasta olvidar su nombre fuiste tú, es más, me sorprende que estés de pie, debes estar con una resaca terrible

- ¡yah! – esta vez alza más fuerte la voz provocándole un terrible dolor de cabeza – ash no me hagas gritar, mira que te estoy haciendo un rico desayuno y encima te quejas – termina de cocinar y sirve para ambos mientras el otro ponía la mesa.

Kyuhyun siempre se había considerado un chico que disfrutaba mucho de su propia soledad, le gustaba pasar momentos a solas y aprovechaba siempre que podía para viajar y conocer un poco más, nunca se habría imaginado que pasear, ir a la feria o incluso un simple desayuno junto a alguien pudiera ser tan divertido, pero ahora que había conocido a ese pequeño conejo había descubierto la belleza de tener compañía, poder hablar y bromear con alguien sin notar el avance de las horas, solo disfrutando el momento. Inconscientemente alzo la mano para acariciar el rostro del mayor – gracias conejito

Hablaba y comía tranquilamente hasta que sintió la caricia, confundido alza el rostro - ¿Por qué me agradeces? Ya habías cocinado para mí, ahora era mi turno de compensarte – sonríe –

- eres grandioso, ¿lo sabias? – pellizca sus preciosas mejillas – nunca olvides lo valioso, dulce, confiable y hermoso que eres

- ¿lo soy? – lo mira completamente ruborizado - ¡yah! ¡cállate y come! – lo golpea con la cuchara – apúrate o perderemos el vuelo

Divertido por el gesto asiente y termina de comer, juntos lavan y limpian la cocina hasta dejarlo como nuevo, van a sus respectivas habitaciones para recoger sus maletas, mientras Kyuhyun se encargaba de pagar todas sus cuentas su amigo terminaba de acomodar las maletas en el auto que habían alquilado.

El vuelo fue tranquilo, Sungmin se sentía en completa paz disfrutando la compañía de su amigo, tan distinto a la forma en que se conocieron e incluso bromearon sobre ello, pero como siempre, todo lo bueno tiene un final, más pronto de lo que pensaron el avión ya estaba aterrizando anunciando el final de esa pequeña aventura.

Con toda la lentitud que podían bajaron del avión, recogieron sus cosas y en cuanto entraron al terminal de pasajeros se vieron rodeados por un mar de personas, para no perderse Sungmin se sujetó del bordillo de la camisa del otro mientras recorrían el lugar buscando un espacio más vacío y cómodo, después de unos minutos lograron ubicar un lugar para sentarse.

Un poco más relajados y sin tanto jaleo que los incomode se dejaron caer en las sillas – uff, no puedo creer que haya tanta gente –

Sonríe divertido – creo que nos acostumbramos demasiado a la calma del pueblo – toma aire profundo y se levanta – bueno conejo, creo que es hora de separarnos.

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Recostado en su cama recordaba lo que había vivido ese día, como había dicho el abogado, su liberación tardo algunas horas, agotado por la noche en vela y bajo el resguardo de la luz pudo conciliar el sueño, despertó justo cuando los estaban liberando, y como siempre, el caballeroso Siwon lo había llevado a su casa. Por educación le ofreció un café, aunque por dentro deseaba quedarse solo, pero ahora estaba recostado en su cama mientras su compañero cocinaba un platillo saludable, dejó salir un bufido entre molesto y divertido.
En cuanto escuchó pasos acercarse se cubrió con las mantas fingiendo dormir, quería ver hasta donde llegaría el otro.

Siwon entró a la habitación con una bandeja de comida que dejó en la pequeña mesita - Hyung... Hyung, despierta, necesitas comer para descansar mejor – con cuidado roza su hombro para despertarlo –

- no quiero, estoy cómodo – se remueve un poco para poder observarlo de reojo – comeré más tarde, puedes irte

- no lo haré – frunce el ceño – no comimos nada desde ayer, puedes descompensarte – lo mira preocupado – prometo que me iré después de eso – con delicadeza le quita la manta y lo observa con los ojitos cerrados como un bello ángel durmiente –

- si me sigues mirando así empezare a cobrarte – sonríe de medio lado al verlo sorprendido, con pereza se endereza y lo mira – ya desperté ¿ves? – se estira disfrutando el crujir de sus articulaciones -

Sonríe al verlo tan relajado y le acerca su plato – come un poco de sopa, ligero y nutritivo

- y también feo – gruñe, pero acepta la comida, prueba la comida con algo de desgana, pero sorprendido por lo delicioso que estaba el plato – wow es mejor de lo que esperaba

- ¿tan sorprendido estas? – sonríe –

- para ser un niño rico, eres bueno, pero déjame comer – termina el plato con una sonrisa y se recuesta en la cama – esto es vida

Atrapa el plato justo antes de que caiga al piso y lo acomoda en la mesa – descansa Heemin, debes estar agotado – lo cubre con las colchas y sonríe – prometo que me iré, así que puedes relajarte

Sonríe contento por los mimos que recibía y se acurruca – podría acostumbrarme a esto, lo juro

- yo te podría mimar encantado – sonríe –

- no abuses Choi Siwon, estaré cansado, pero aún puedo dejarte sin herederos – termina de hablar en un susurro por el cansancio –

Se inclina y besa la frente del mayor – descansa Heemin – después de dejar la cocina limpia, en el máximo silencio posible abandona el lugar con una boba sonrisa en los labios.

Otra vez no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora