Descubriendo...

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- Tranquilo conejito, con tus promedios, estoy seguro que estarás en el hospital que escogiste

- pero, ¿si no es así? Si no lo logro me sentiría muy frustrado, de verdad quiero ir allí

- ey, ey – alza su rostro y lo mira fijamente a los ojos – eres uno de los mejores, si no el mejor de toda tu carrera, sería estúpido si no te consignan el lugar que solicitaste porque te lo mereces, ¿si conejito?

Asiente e intenta sonreír – gracias Kyuhyunnie... - iba a agregar algo mas cuando su teléfono sonó indicando que le había llegado un mensaje, nervioso y temblando miró sus mensajes – lo.. ¡lo logré! ¡Iré a donde pedí! ¡me dieron la plaza! – empieza a dar brinquitos de alegría, pero un nuevo temor lo detiene – pero ese hospital es de los mas exigentes escuche que la mitad de los internos renuncian en el primer mes- se muerde el labio ansioso – no sé si podría soportar esa nueva presión, sé que soy bueno académicamente hablando, pero es muy difícil la practica pura – empieza a murmurar a toda velocidad –

- Minnie, Minnie – lo toma de los hombros con ternura – sabes que tienes que respirar mientras hablas, te vas a desmayar – sonríe y besa su frente, no entendía cómo es que existía alguien capaz de lastimar ese corazón tan puro, Sungmin solo merecía ser feliz – ya pasaste lo más pesado, además, todavía no empieza, ¿quieres ir a celebrar?

- ¿celebrar? – lo mira y asiente – ¿me darás más chocolate? Heemin dice que me estas engordando – hace puchero – no quiero estar gordo antes de empezar el internado

- pero no estas gordo, solo estas más hermoso – acaricia su puchero – Heemin solo esta envidioso porque te pones más sexy con mis mimos

- él no es envidioso, solo intenta cuidar mi línea porque tú no me ayudas con la dieta – frunce el ceño y le saca la lengua – lobo malo

- no, lobo bueno – sonríe – éste lobo solo quiere mimar y hacer feliz a su conejito – toma su mano y lo jala suavemente - ¿vamos?

- ¡chocolate! Lobo bueno, muy bueno – tararea mientras iban camino al estacionamiento – estoy tan contento que hasta te permitiré ir a la velocidad que quieras

- ¿seguro? – sonríe ladino – recuerda que de verdad amo mucho la velocidad

- segurísimo – sonríe y se deja poner el casco personalizado, pero a los pocos minutos ya se había arrepentido de su decisión, inconscientemente se aferró a la cintura de Kyuhyun rezando por no caerse de la moto –

- Minnie, ya llegamos, ya me puedes soltar – sonríe ladino – que conste que me diste permiso de correr

- eso lo hace peor, porque no podré regañarte – suelta el agarre y espera a que Kyuhyun lo cargué para poder bajar de la moto – al menos llegué completo

- ¿acaso desconfías de mí? sabes que siempre estarás a salvo conmigo

- lo sé – alza la mirada para observar a Kyuhyun y sonríe – a ti puedo confiarte hasta mi alma – y cuando sus miradas se encontraron entendió lo que Heechul siempre le decía, Kyuhyun no era un chico común, no solo por su inteligencia casi sobre natural, sino porque a pesar de ser un desconocido, desde el inicio lo protegió, se volvió su soporte emocional, incluso su paño de lágrimas, estuvo ahí cuando más lo necesitaba, en ese momento entendió que no solo se habían vuelto amigos, sino que habían ido formando un lazo casi inquebrantable, pero la parte que más le gustaba era que esa faceta tan dulce solo se la mostraba a él, lo había visto muchas veces interactuar con otros, ya sea por negocios o en sus salidas, siempre se mostraba frío y puntual, con Siwon y Heechul era un poco más abierto, bromeaba y sacaba su lado sarcástico, pero ese lado tierno y sobre protector, estaba seguro que era el único que conocía esa faceta de su lobo, y por alguna razón, eso le encantaba, le hacía sentir un suave y delicioso hormigueo en su vientre

- ¿Minnie? – notó que Sungmin se había perdido en sus pensamientos y trataba de llamar su atención, pero el otro parecía estar perdido en su propia burbuja

- Eres hermoso, ¿Cómo es que no lo había notado antes?

- okey... ¿Qué pasó? ¿Dónde vuela esa cabecita tuya?

- no vuela, es solo que acabo de notar algo - sacude la cabeza y sonríe – dame chocolate

- como ordene mi conejito hermoso – sonríe y lo guía al interior de la cafetería –

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Intentaba estudiar, pero por mucho que leía no entendía nada, en su cabeza solo daba vueltas su último descubrimiento, rendido se dejó caer en su cama y abrazó a Kyuhyunnie, su pequeña bola de pelos que junto al chocolate siempre le reconfortaban, sacó su celular y se puso a revisar su chat, leer sus conversaciones le sacaban una sonrisa, las fotos que compartían eran tan casuales y tan íntimas a la vez, ¿Cómo es que no se había dado cuenta de eso? ahora entendía porque su corazón se agitaba cuando se veían, o porque sus palabras le afectaban más de lo que le gustaría admitir, porque era justamente ése el problema, no quería admitir que hace mucho tiempo su corazón dejó de ver a Kyuhyun como amigo y había empezado a verlo de forma más romántica, que sin querer se había vuelto más codicioso, entendió porque se sentía incómodo cuando otras personas se le acercaban, o esa sensación amarga cuando sentía que alguien intentaba seducir a su lobito – estoy enamorado – dejó salir una sonrisa que seguro lo hacía ver como a un bobo y su corazón empezó a latir desbocado – estoy perdidamente enamorado de Cho Kyuhyun- pero ahora sentía que se le venía otro problema encima, ¿Cómo enfrentaría a su amigo ahora? Una cosa era aceptar sus sentimientos y otra era enfrentar la realidad y arriesgarse a ser rechazado, o peor aún, perder a su lobo.

Rápidamente se levantó y se miró al espejo, no se sentía feo, toco su abdomen, no era definido, pero tampoco estaba flácido, sus piernas eran largas, Heechul siempre decía que tenía buen trasero, miró su rostro e inconscientemente hizo un puchero, era algo cachetón, pero Kyuhyun siempre decía que le daba un toque tierno, además había aprendido a escoger ropa de acuerdo a su cuerpo, si, definitivamente no se era feo, quizás podía intentar conquistar a Kyuhyun, si, eso haría, lo enamoraría y después declararía su amor, así se aseguraría de que, si no funcionaba su plan, no perdería a su lobo.

Miró fijamente al espejo y dejó salir una sonrisa - Cho Kyuhyun, prepárate, porque te prometo que te haré mío. -

Otra vez no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora