No es como si lo olvidara

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VIII. No es como si lo olvidara.


No importa cuánto trate de alejarte, terminas siempre apareciendo otra vez. En el momento en que dejaste Sendai, imaginé que no volvería a verte. Traté de convencerme, y durante mucho tiempo, aquel pensamiento solo me torturaba, y una parte de mi deseaba que regresaras.

Cuando finalmente comencé a hacer una vida normal, cuando creía que ya no había oportunidad de volverte a ver me di cuenta de aquel camión en frente de tu casa y simplemente vi como todo mi esfuerzo acababa de ir al tacho de la basura.

—Tsukki ¿qué vamos a hacer ahora con Leeca? —preguntó preocupado, viendo que la chica parecía desmayada.

—Solo se quedó dormida—respondió escuetamente el de lentes, que con ayuda de Yamaguchi colocó a la chica sobre su espalda para llevársela a casa—Siempre tienes que ser un fastidio—espetó el rubio, viendo como la chica estaba completamente dormida.

—¿Necesitas ayuda Tsukki? —interrogó el más bajo.

—No, solo la llevaré a su casa—respondió el joven de primero.

—Oye Tsukki ¿qué fue lo que le dijiste a Leeca-chan? Cuando te escuchó pareció sentirse mucho más tranquila—acotó Yamaguchi, sobresaltando al otro jugador, que rápidamente volvió a mostrar su semblante indiferente.

—No le dije nada especial—contestó el rubio, recordando el momento en que había llegado junto con su compañero de salón—Bueno, me voy. Ella pesa mucho más de lo que parece—aseguró Tsukishima, haciendo reír a Yamaguchi, que le deseó suerte y se dirigió hacia su casa.

—"Estoy aquí, no te dejaré"—recordó sus propias palabras y simplemente caminó hacia la casa de la muchacha—Las llaves están donde siempre—acotó el de lentes, que como pudo se agachó y tomó del masetero, las llaves de repuesto que tenía su amiga de infancia.

Momentos después, Tsukishima tomó las llaves y abrió con cuidado la puerta, siendo recibido por un animado Kuro, que se movía amigablemente de un lado a otro, causando la molestia del rubio, que simplemente siguió su camino hasta la habitación de la chica y la tendió sobre la cama para que descansara.

—Tu sí que pesas—reclamó el de lentes, que se quedó observando fijamente a Leeca por unos instantes—Solo me das problemas—agregó, acariciando con cuidado el rostro de la muchacha, que seguía dormida.

En otra parte de la ciudad, Oyuki iba caminando junto con Kageyama hacia sus casas. Sin embargo, la muchacha no dejaba de estar angustiada después de haber tenido aquella conversación con Leeca. La joven no estaba segura de cómo actuar y creía que la persona que podía ayudarla era precisamente quien la acompañaba en esos momentos.

—Kageyama-kun ¿qué piensas que debería hacer? —preguntó directamente, la de ojos verdes, sabiendo muy bien que el peli negro sería honesto con ella.

—Jugar de nuevo con Leeca, y olvidar a Oikawa-sempai—respondió certeramente, impresionando a la chica por la frialdad de sus palabras.

—Tú dices eso solo porque el vóleibol es lo único que tienes en la cabeza—replicó resignada, la de cabellos grises.

—También tengo a alguien que me importa, para que lo sepas—aclaró serio, el de ojos azules, que después de eso tomó su camino a casa, impactando nuevamente a Oyuki.

—Sí que me he llevado sorpresas el día de hoy—comentó al aire, llegando finalmente a su hogar.

Al ingresar a su casa, la muchacha se fue directamente hacia su habitación. Habían sido demasiadas emociones para ella y, aun así, buscó entre sus cosas, encontrando uno de sus tesoros, la foto que tenía junto a Oikawa. Mia observó atentamente aquella fotografía y la abrazó contra su pecho, deseando que todo lo que pensaba fuera irreal.

~Just be friends~[Haikyuu!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora