Nunca sé lo que piensan

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IX. Nunca sé lo que piensan.

Mientras Leeca iba camino a su propio salón, Hinata había llegado y no tardó en dirigirse hacia donde se encontraba Mia para conversar sobre el tiempo en que la muchacha había sido una jugadora destacada.

—Eres realmente impresionante—confesó el de cabellos naranjos—Recuerdo todas las veces que salvaste el balón. Definitivamente eras una pared—dijo emocionado.

—Me alegra mucho saber que alguien haya puesto atención a mi labor en la cancha—comentó la de cabellos grises—Aunque me pregunto si ahora estaré oxidada—agregó, ya que hacía unos meses que ya no estaba jugando de forma oficial.

—¿Dijiste eso porque eres líbero? —preguntó escuetamente Kageyama—Eso no tiene nada que ver. Estando en esa posición te destacaste como una de las mejores, no tienes nada que envidiarle a las demás—agregó el peli negro, emocionando a Mia, quien pocas veces había escuchado palabras tan sinceras sobre su desempeño en la cancha.

—Ustedes dos hacían una gran dupla juntas—aseguró Hinata, refiriéndose a Leeca, quien llegó segundos después al salón de clases.

—Buenos días—saludó despreocupada, mientras tomaba asiento cerca de la ventana.

—Es extraño que llegues justo a la hora, sempai—comentó el de ojos azules, ya que sabía lo puntual que era Masamune.

—Ah, eso—dijo la chica—No fue mi culpa. Mi vecino olvidó su comida y se la fui a dejar a su salón, por eso me atrasé—comentó, mientras sacaba un libro de su mochila.

—¿Tu dejándole comida a alguien? Eso sí que es raro ¿no será que ese vecino te gusta? —consultó con malicia Oyuki, haciendo que la expresión de la otra muchacha cambiara drásticamente.

—¿Tú lo crees? —preguntó honestamente, ya que Leeca no era buena descifrando sus propios sentimientos, mientras Kageyama y Hinata se reían por la reacción de la jugadora.

—Me parece tan genial que ustedes dos estén juntas aquí en Karasuno. Estoy seguro que serán invencibles—comentó entusiasmado, el compañero de Kageyama.

—Me pregunto si irán a aceptar mi solicitud en el equipo, después de todo—iba a decir, pero fue interrumpida de inmediato por Oyuki.

—Como si no la fueran a aceptar, ridícula—replicó, sacándole la lengua a su ex compañera de equipo.

—Estoy nerviosa—confesó la de cabellos violetas, tomando por sorpresa tanto a Kageyama como a Oyuki, que la conocían bastante bien y nunca había sido capaz de hablar abiertamente de todo lo que pensaba o sentía.

—¿De verdad sempai? —interrogó, observándola algo preocupado.

—Es solo que, hace mucho tiempo que no juego ¿seré capaz de levantar correctamente el balón? ¿Habrá alguna persona que soporte ser bloqueador a mi lado? Son muchas cosas que están en mi cabeza—explicó la de ojos ambarinos, mientras Kageyama oía, sintiéndose identificado con la jugadora.

—Esas son tonterías. Lo que pasó, ya pasó—aseguró su amiga, dándole una fuerte palmada en la espalda—No es tiempo para deprimirse con tonterías así—aseguró, viendo que el profesor ya había ingresado para comenzar sus clases.

Por otro lado, Tsukishima aún estaba sufriendo las burlas de sus compañeros después de que Leeca había ido a dejarle su bento al salón. Yamaguchi solo permanecía en silencio, pero se sentía contento de que la relación entre sus dos amigos fuera mejorando.

~Just be friends~[Haikyuu!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora