Corona de Vergel |H.S|

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Carlos jamás dejaba algo pasar. 

---¿Estas seguro de que estaban conviviendo?--- la Reina Helena pregunto mientras desayunaba con su hijo.

---Hasta el príncipe Harry me lo dijo, estaban bien.---Carlos no entendía porque su madre siempre lo mandaba a vigilar las actitudes de Elizabeth, estaba bastante grande para saber sus decisiones y sus errores.

---¿Y los seguiste hasta su alcoba?

---Estaban a punto de besarse, en realidad estaban muy cerca el uno del otro.---le dijo recordando a su hermana en los brazos de su cuñado.

---Es muy lista.

---¿De qué hablas? Elizabeth y Harry actuaban bien, consideró que serán buenos monarcas.

--- Elizabeth es muy astuta, la crié yo, quien más.

La reina Helena crío a Elizabeth a su forma, la conocía bastante o eso consideraba hasta que Elizabeth regreso de la Universidad y había cambiado bastante sus pensamientos y su personalidad. Ya no era más la chiquilla torpe que su madre había planeado moldear a su modo cuando ella estuviera en la corona.

---No creo que Elizabeth haga esas cosas para conseguir la corona, además ella es la heredera, tiene el trono seguro.

La mujer rubia frente a Carlos lo miro sin poder creer que su hijo creyera toda esa basura de cuento. 

---Recuerda estas palabras Carlos.---lo señaló con el tenedor de plata que sostenía con la mano--- el trono jamás está ganado y se hace lo que sea por la corona, hasta donde te deje llegar y si eso significa morir por la corona, es mejor morir por ella que vivir sin poder.

Carlos pensó mucho en las palabras de su madre mientras observaba a su cuñado salir del castillo de nuevo, y de nueva cuenta sin la compañía de su hermana. Esa misma tarde mando a su mensajero de confianza a observar más de cerca a Harry Styles.  Si Elizabeth no tenía una alianza, la corona sería débil y si él tenía una alianza fuerte, podría tomar el poder que su madre había dicho que le correspondía.

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La heredera salió desde muy temprano con Erick y Alicia que además de ser su doncella de confianza también era su mejor amiga, después de compartir casi quince años juntas, era como la hermana que nunca tuvo.
Habían salido a escanear el castillo donde se llevaría a cabo la boda real. Por supuesto que habían otras personas que podrían hacer ese trabajo, pero Elizabeth había insistido en ella ser la que organizará su propia boda, quería al menos tener una pequeña parte del paquete de una boda ya que el amor que se debía tener, no lo tenía y veía muy lejos obtener un poco del príncipe. 

Le había encantado todo el castillo, tenía todo para que se sintiera bien con la boda, Elizabeth había soñado con su boda desde pequeña, jamás le importó quien sería el que estaría en el altar junto con ella, más bien le emocionaba la idea de planear su boda a su gusto, tener un vestido de boda, adornar y elegir la comida y demás y por esa razón no se sentía tan enojada y triste cuando Harry le dijo que no podría acompañarla a preparar la boda; tenía muchos planes,. Pero Elizabeth lo vio por el buen punto, el momento de planear su boda era íntimo y sería mejor que ella lo hiciera sola y que todo estuviera a su gusto.

Harry Styles salía muy temprano de casa y llegaba muy tarde a casa y Elizabeth actuaba como si eso no le importara, aunque dentro sabía muy bien a donde iba su amor platónico.

Le encantó la forma en que su boda tomaba forma en su cabeza. Tenía todo planeado y sólo faltaba contactos para hacer sus sueños realidad.

Por otro lado estaba Harry Styles quien en realidad lo único que le importaba era acabar rápido con la boda y tener la corona de una vez. Le agradaba Elizabeth en todas las formas posibles, sabía que sería buena reina una vez coronada, una buena amiga una vez demostrada, una buena amante una vez llevada a la cama y entre muchas virtudes que guardaba la heredera.