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No era un secreto que la Reina Helena amaba demasiado a sus hijos, a cada uno de ellos y según ella amaba a todos por igual.

No siempre las cosas son justas. Algunas situaciones ya no son justas y no podemos hacer algo a cambio, simplemente no depende de ti, no depende de cuán bien te compartes o cuán bien te vaya en la vida. Simplemente suceden.
Un ejemplo era Elizabeth, que hacia muchas cosas para poder evitar problemas, sin embargo, las cosas casi nunca salían como las planeaba.
A la siguiente mañana después de haber ignorado a Harry y que su madre lo viera, el rey y la reina se presentaron muy enojados en su alcoba.

---Aún no puedo creer que mi hija sea una corriente sin modales---le reprochó el rey---Depende de ti esa alianza y lo que haces es empeorar las cosas.

---Y ni vengas con tus reproches de que esto no lo querías---su madre se colocó al frente de Elizabeth---Tu sabías a lo que te estabas comprometiendo.

---Jamás dije que me estoy quejando---le contesto Elizabeth alzando un poco la voz. Su madre colocó fuertemente su mano sobre la cara de la princesa, exigía respeto. El rey la miro, no hizo nada. En realidad creía que eso estaba mal pero no se molestaba en reprender a la reina para evitar problemas y se recordaba que tal vez estaba bien como estaba educando a sus hijos.

》Si no tienes un poco de respeto por los demás, tenlo por mí, no seas una maldita.

Elizabeth quería gritar, jamás lo podía hacer, a penas levantaba al mínimo la voz, su madre la golpeaba para callarla y ella sólo lo aceptaba. Le tenía miedo a su madre y a veces se preguntaba en muchas ocasiones si permanecía con ella y le cumplía lo mejor que podía en todo, en esos momentos se preguntaba si lo hacia por miedo o amor hacia la reina. No lo sabía y a veces deducia que eran por las dos y otras veces temía demasiado por su vida. La reina a veces no media la fuerza de sus golpes y menos los castigos que aplicaba. Pero después de propinar una buena paliza a sus hijos, siempre se acercaba de forma cariñosa y sus hijos lo tomaban como una disculpa. Siempre regresaban y Elizabeth empezaba a cansarse de eso.

---Vas a ir con el príncipe Harry a desayunar y saldrán juntos al evento del hospital como una forma de disculpa---la señaló severamente con sus dedo índice.---Y cuidado con tener un comportamiento incorrecto.

Después de toda la amenaza y las suaves palabras de su padre dándole consejos, Elizabeth vistió un vestido azul pastel a las rodillas y unas zapatillas blancas de plataforma completa, era pleno abril, primavera.
Salió de su alcoba y se encontró con Harry en el jardín, lugar donde desayunaron solos. La corona no permitía la Unión en boda y mucho menos la coronación si el matrimonio se veía débil y con déficit de entusiasmo, valores, respeto y la buena convivencia que se debía ver entre los dos. Elizabeth haría de todo con tal de que Harry y ella se vieran como un futuro matrimonio fuerte y mucho más fuertes en la corona, si eso llevaba tomar un poco de su orgullo y dignidad detrás de todo esto.

---Buenos días, Harry.---le plasmo una sonrisa en el rostro---¿Cómo está el desayuno?

Tomo asiento en la silla a un costado de Harry, demasiado cerca.
---¿Qué mosca te pico?---bajo su celular extrañado con la actitud de Elizabeth.

---Ninguna. Solo que pense que debemos estar bien para la visita al evento del hospital.

El ruloso la miro timido, tenía miedo de la reacción de su prometida. ---Sobre eso, queria decirte que no creo poder acompañarte.

Por dentro Elizabeth hervía, queria maldecir al hombre en frente de ella, quería tomarlo de su asiento y arrastrarlo alrededor de todo el castillo. Pero guardo la compostura.

---La cita es a las diez, a las nueve debemos estar listos. Lleva algo for...---el castaño la hizo callar.

---¿No escuchaste?---Se levanto de su asiento.---Te dije que no ire, deja de ordenarme, no eres nadie.

Elizabeth titubeo entre responder de la misma manera o de la manera en que una princesa o cualquier otra persona con valores haría. Opto por la primera.

---Soy la heredera al trono, soy tú prometida, tu futura reina y mientras estes en mi maldito castillo me respetaras.

Fue tanta la ira de la heredera que escupió sus palabras con veneno y tanto fue la ira que hizo que su rostro quedara a escasos centímetros del rostro de Harry. No espero su respuesta, solo se retiro, llevando miles de miradas a su paso. Todos habían presenciado el intercambio de palabras y no tardaría en correr a oídos del consejo.

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Harry Styles se encontró con la sorpresa de estar obedeciendo las órdenes de su loca prometida. Para el gusto de Harry, Elizabeth era una mujer imponente y muy... le encantaba tener todo bajo control. Él no iba a ser su mascota para que lo pudiera manipular, prefería perder la corona a tener que someterse ante Elizabeth.

No se arrepintió de ir al evento al ver a Elizabeth con ese vestido verde que hacia lucir sus estruendosas caderas, sus magníficos pechos y nalgas, vaya que disfruto tenerla toda la noche a su lado.



¡Hola! Uf, vaya. Entraré a la Universidad el siguiente lunes y me siento tan nerviosa. Lo malo, hay muchos obstáculos. 

Pero bueno, voten.

Corona de Vergel |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora