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Dedicado a 

Gracias por votar, espero te este gustando esta historia. Con mucho, mucho amor te deseo todo lo bueno y que tu crush te haga caso. 





Por la mañana regresa. 

Las cosas fueron asi; antes de bajar a desayunar, me mire al espejo y me repetí muchas veces que no lo cuestionaría y que me comportaría, pero al verlo más feliz que nadie me sentí con el gusto de querer escupirle en la cara, como signo de asco. Me daba asco. 

  — Tranquila princesa, ya vendrá su oportunidad.— Eleazar me recuerda, asiento insegura.  

  — Hola, nena.—me besa la mejilla, acepto. 

El desayuno transcurre, Harry parece mucho más feliz, seguramente esa salida de ayer tuvo algo que ver. 

Me odie tanto por haber derramado lágrimas en la noche, sentirme como una pequeña niña con el corazón roto, pero no tenía ninguna justificación. Toda la noche me hice tantas suposiciones de donde podía estar, cada una de ellas era mala para mi corazón. 

No regresar en toda la noche y tener un buen ánimo al día siguiente, solo indicaba una cosa. 

  — Princesa, el joven Abelard pide comunicarse con usted— veo mi celular en su mano y la llamada en espera. 

— Dile que está ocupada— Harry responde por mi, lo veo y sigue comiendo su fruta tranquilamente. 

— Pasámelo— ignoro por completo el comentario de Harry y me levanto de la silla. 

 —Tu te sientas—me mira severamente, vuelvo a ignorarlo y camino hacia Eleazar.—¡¿No escuchaste?! No atenderas la llamada, te sientas y sigues con tu desayuno. 

 Me sorprende su grito, incluso brinco del susto, pero mi madre me ha gritado peor así que Harry no es nada a lado de mi madre. — Cállate, no vendrás a decirme que hacer. 

— Esta vez estoy en todo mi derecho, estas en mi castillo.— sonríe. No pensé que fuera a usar eso tan bajo.  

  — Maldito engreído, tu no tienes derecho sobre mis acciones, contestare la llamada y tu estarás feliz con eso. 

— ¡Oh, vaya! No sabia que todos podían ahora hacer lo que se les antojara hoy en día. —alza sus brazos al cielo. 

  — Se le llama libertad, testarudo, esta permitida desde hace mucho. — me rió.

— No te trates de hacer la lista conmigo, estas en mi castillo haces y respondes a lo que yo diga.— me sujeta del brazo mientras me sienta en mi asiento.

Era suficiente, eso de sentarme de una en mi asiento bruscamente colmo toda la paciencia que tenía por dentro. 

— ¿Ah, si? Pues fijate que lo haré en cuanto tu me respondas donde demonios estuviste toda la noche.— el grito parandome del lugar, quedarme sentada em hacía sentir como si si hubiera acatado sus ordenes. 

— A ti que te interesa, no te debo explicaciones. 

— No seas tan cobarde, responde de una vez, dónde carajo estuviste ayer, merezco saberlo porque soy...

— ¿Por qué eres qué...? ¿La heredera? ¿La futura Reina? ¿Mi prometida?— suelta una risa seca— ese maldito compromiso no significa nada para mi, al igual que tu, eres tan insignificante sin tu corona, que si no fuera por ella serias tan inútil para mi, tan ingenua, tal y como te recuerdo en la Facultad, no eres ni la mitad de lo que era... 

No resisto más y el golpe de puño cerrado se hace presente en su mejilla, a mi nadie me vendría a rebajar con una simple, una mujer triste y dejada, yo soy más que eso. Mis ojos están tan aguados que siento no poder soportar más, sus palabras me dolieron tanto, cuando creía encontrar a alguien que estaría para mi esa persona resulta ser muy mala conmigo, no le había hecho nada, bueno, solo separarlo de Amaranta, pero... tal vez eso es lo que lo que a él le duele., eso encaja más la daga en mi.  

...

Más tarde, lo veo entrar en la recámara, me estoy arreglando para ver a Abelard, después del suceso doloroso, atendí su llamada y el se escuchaba preocupado, por supuesto que había escuchado todo. 

  — ¿Estas bien?— me saca de la burbuja de fantasía. 

Lo observo, era tan cínico., me repudio por haber sido tan ilusa y confiar en el.— Lo estoy, tu padre ha invitado a Eleazar y a mi a cabalgar, disfruta tu tiempo. 

— Elizabeth, sabes que lo de hace rato fue un arranque— me toma de mi brazo cuando trato de pasar por su lado. 

— Lo sé, no tienes de que preocuparte, te entendí bien.  

  — Por favor, se que te lastime, pero perdóname, no quise dec...

— Harry, no tienes que disculparte si no hiciste daño, lo de hace rato fueron solo palabras. — por supuesto que vendría la mia, esto no se quedaría así, humillarme y pedirme una disculpa era una ofensa. 

— Te conozco, se que...

Lo vuelvo a interrumpir— Si lo hicieras sabrías que no estoy molesta— chasqueo mi lengua, el tono de voz que estoy teniendo es tan dulce que me espanta— Me tengo que ir Harry, tu padre me espera—le beso la mejilla y paso por su lado.

Por supuesto que al salir de la habitación  me derrumbe, seguía muy dolida, el me hizo tanto daño, estaba sintiendome tan mal, estaba tan enamorada de él que ahora podía decir que mi las palabras hirientes de mi madre quedaron tontas a lado de las de Harry. 

..., 

  — ¿Estás segura de esto Elizabeth?

— Por supuesto que lo estoy, a mi nadie me humilla y se queda sin su merecido. 

— Siento que estas siendo bastante ridícula, una reina no haría eso. 

— Ahí está la solución, yo aún no soy reina.— le sonrió mientras miró mi objetivo. 



Es bastante corto, pero pues siento que esta interesante. 

¡MAÑANA ES MI CUMPLEAÑOS!



Corona de Vergel |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora