Corona de Vergel |H.S|

15

Para resumir la semana, una de basura por cierto, discutí con Harry en muchas ocasiones y en una de esas, me ha prohibido las salidas sin su compañía, pues desde que salí con Abelard a la biblioteca, cree que puede ser algún tipo de correa mía, no le lleve la contraría, estaba siendo invitada en su castillo así que me trague mis palabras.

... 

Hace mucho, hace tanto tiempo, parece ayer, cuando a escondidas lo veía y tomaba mis labios hasta hacerme suspirar, cuando los mordía sin compasión, hace tan poco cuando estaba enamorada de él. 

Abelard fue un gran compañero, ojala no hubiera tenido esos pensamientos de dominar mi país y a mi, hubiera dejado el trato con Estados Unidos por él, estaría contenta, al final de cuentas, estaría gobernando también a Alemania. 

Abelard calmo mis lágrimas, las seco y me abrazo, jamás se aburrió de mi, siempre tuvo tiempo para mi, siempre estuvo ahí, ahora que lo tengo frente a mi, solo quiero que el abrace mis tristezas y las tire amarradas a una roca en un lago lejano. 

— El silencio contigo nunca fue incómodo, al contrario, me hacia saber que las cosas estaban bastante bien entre los dos, ¿lo están?

¿Cómo podía rechazar esa sonrisa con colmillos pronunciados? —¿Para que hacer que las cosas estén bien entre los dos? No serviría, no servimos para estar como amigos... 

Esa conversación fue el día de ayer. Ayer vino a mi alcoba a media noche, vestido de empleado para evitar que alguien lo viera, me tomo por la cintura y me acerco tanto a él, me hizo olvidar. Se fue a la madrugada, diciendo que encontraría la forma de llevarme con él a Alemania, obviamente sabemos que eso nunca sucedería. 

—Si alguien de este castillo descubre que te estas viendo con Abelard y que entro en la noche a tu alcoba, seguro que te destierran de este país y tu madre te mata—mi dama de compañía peina mi cabello y puedo ver su rostro de preocupación a través del espejo. 

—Nadie lo va a descubrir, pero por favor, no le comentes a Eleazar, estoy segura que el si se enojara y me dara una charla de que estoy tan cerca de cumplir mis objetivos y no debo arruinarlo. 

—Pues recuerda eso, no lo arruines Elizabeth. 

...

Desayuno con Harry, ninguno ha dicho ninguna palabra, ,aunque no se ha portado grosero, solo estamos en un silencio incómodo. —Jamás te pregunte, ¿pero para qué te necesitaba tu madre?

—En realidad quería que firmara unos papeles y quería tenerme más cerca unas semanas—me da una mirada rápida mientras me pide la miel, se la paso. 

—Umh, Harry  quería ver si tenías tiempo de salir hoy conmigo, debo ir a ver lo de la iglesia, como sabrás, mi nación es católica y sería mal visto como es tradicionalmente y como no me dejas salir, pues pensaba que sería buena idea hacerlo. 

—No, hoy no puedo, dame la dirección de la iglesia y yo mando a alguien. 

Me molesta esa actitud que estaba tomando, estaba siendo tan descortés.—Pero yo quiero ver la iglesia, quiero que  todo este perfecto para la boda. 

—¿Si recuerdas que es una boda de intereses verdad? Deja que alguien mas la organice, da igual. 

Pestañeo ante su respuesta, estaba siendo muy grosero, pero tenía razón, me estaba tomando muy en serio una boda que era por intereses, pero siempre había soñado que mi boda iba a ser perfecta... y bueno, con otra persona, pensar en esto me hace soltar la idea de yo organizar la boda. 

Así que por la tarde le llamo a un organizador de bodas, le mando mi lista de lo que quería para que el realizara mi sueño y estar libre, tal y como dijo el príncipe. 

...

—Me parece bien, siento que la boda solo te estaba haciendo ilusiones, te estaba haciendo creer cosas que no. 

No le respondo a Eleazar, por que me dolían sus palabras, creo que de eso se trata esto, estar sola y gobernar bien, o al menos yo iba a hacer eso. 

—Cualquier cosa, saldré a dar una vuelta a los jardines, si Harry llega y pregunta por mi, dile que estoy en mi alcoba y que solicite que nadie me molestara. 

No espero su respuesta, se que dirá que lo que estoy haciendo esta mal, pero no estoy saliendo del castillo así que estoy en mi derecho de pasear a sus alrededores. 

...

Ir al apartamento de Amara no fue tan buena idea, hubiera preferido mil veces pasar tiempo con la insoportable de Elizabeth que estar soportando los gritos de una mujer que no entiende la palabra no, en realidad la amaba, pero no lo suficiente para dejarle a mi primo la corona, de ninguna manera, ah y casi se me olvida, la tarde fue mas insoportable cuando me encontré a Abelard saliendo del castillo riendo con mi madre, eso lo hacía mas insoportable, en realidad no sabía por que se habíaquedado ya bastante en este país si se supone que ya puso en forma tratados con mi madre y mucho menos por que Elizabeth y él se conocían, yo no me quedaría con dudas y los saludo como todo un caballero y me decido ir a buscar a Elizabeth para cortar de una vez mis dudas, sobre ellos dos y sus miradas que se lanzaban en mi presencia.

La busco en su recámara, con eso de que desde hace una semana decidió ya no dormir en la mía, me molestaba eso, me hería el ego pero lo deje pasar por que no quería tener otra discusión con esa mujer. No la encuentro por ningún lado y me enfurece cuando pienso en que tal vez salió del castillo cuando fue muy específico con ella de que no podría salir sin mi permiso o sin mi, me sorprendió que ella aceptara tan fácil, ese día estaba esperando algún objeto disparado hacía mi, pero no, simplemente dijo un si. 

—¿Dónde esta tu dueña?—señalo a Eleazar, para que sepa que le hablo a él. 

—Salió a los jardines un m-

No de que siga hablando, voy caminando rápido a los jardines, la encuentro sentada cerca de la hamaca que me pidió le colocará hace algunos días, esta mirando el lago con sus audífonos puestos, esta tan entretenida, que no se da cuenta cuando llego a su lado, le arrebato los auriculares fuertemente. 

—¿Pero que te suced-

—En serio creí que había sido muy específico en lo que te dije, no podías salir sin mi permiso, es que eres tan necia, que desde ahora permaneceras encerrada en la habitación hasta que yo llegue. 

—JAJAJA, por dios, deberías verte—no entiendo su risa—estoy en los jardines, no salí a ningún lado y no me puedes encerrar. 

La sujeto por el ante brazo, le entierro las uñas con toda la intención y me sorprende que ella no se queje, como si esto no la lastimara, eso me hace enojarme más y tomarla con más fuerza, y cuando por fin llegamos a la recámara cierro la puerta, en serio Elizabeth, no te la ibas a acabar.