Capítulo 23. Último cigarro siendo libre.

1K 77 14
                                    

—Si derramas una gota de mostaza en mi auto, te mataré. -Amenacé con molestia-
—No pasaría si me dejaras comer en el restaurante. -Se queja al darle una mordida a su hamburguesa-
—Claro Zayn, ¿Para qué todo mundo te reconozca? -Pregunté sarcástico- Aparte, ¿A quién le gusta la mostaza? Que asco.
—¿Podrías dejarme en paz? -Me pregunta molesto al pasarse su bocado-
No sé qué hago con este cabrón en mi auto, cada vez que quiero explotar solo repito en mi cabeza "es por Ember", cabe decir que es cada cinco minutos.
—¿Ya acabaste? -Pregunto harto-
—No joder. -Maldice al darle un sorbo a su soda- No es mi puta culpa que tú comas tan rápido.
—Y ni la mía que tú tan lento. -Digo al bufar y cruzarme de brazos-
Por fin termina de comer este desgraciado y continuamos el camino, es Domingo y gracias al cielo mucha gente descansa en sus casas y por ende no hay tráfico, lo que significa que es menos tiempo con este ignorante de a un lado.
—Tienes el peor gusto en música del mundo, Harry. -Se queja molesto-
—Que lástima que sea mi carro y me interese una mierda tu opinión. -Digo burlón, ahora él bufa-
—Mi carro corre más rápido. -Me dice ahora él burlón-
—Hasta crees. -Digo al pisarle más rápido-
—Aún así, mi carro es más rápido. -Se alza de hombros el idiota-
Acelero más rápido pasando a los demás, cuando de repente un flash rojo sale de mi lado izquierdo, ¡Mierda! Una cámara de detector de velocidad, me han puesto una multa, Zayn suelta una fuerte carcajada.
—Lo hiciste a propósito. -Digo al gruñir-
—Obviamente lo hice a propósito, conozco estos rumbos. -Dice aún riendo-
Es por Ember, es por Ember, tranquilízate Harry.
—Tienes suerte bastardo. -Digo al apretar las manos al volante- Tienes suerte. -Tenso mi mandíbula- Voy a disfrutar tanto ponerte finalmente las esposas.
—No te adelantes tanto oficial, todo puede pasar antes. -Dice tranquilo, ajá, lo dudo-
No sé cómo, no me pregunten, pero logramos llegar sin matarnos a Londres, un camino de puros insultos y burlas hacia el otro, lo odio tanto. Pero hasta ahora me estoy percatando de algo, es Domingo y ya es de noche, Ember no acepta visitas los domingos, sería hasta mañana, Zayn no puede ser visto en ningún lado por sus amigos ni Mark, y no tenemos un plan, lo que significa que...
—Oh no. -Digo al realizar la situación, él frunce su ceño al voltearme a ver, estamos estacionados frente a mi casa, sigue sin entender, él piensa que de aquí vamos al hospital-
—¿Qué es? -Pregunta confundido-
—Ember no acepta visitas a esta hora, tendrá que ser mañana. -Digo al pasar saliva- Lo que significa que tendrás que pasar la noche aquí, miserable.
—¿Qué? -Pregunta exaltado- No, imposible, jamás. -Niega con su cabeza- Eso nunca, definitivamente no me quedaría en la misma casa que tú.
—De hecho, dormirás en el techo. -Digo al sonreír como un ángel, él bufa-
—Me largaré a un motel ahora mismo. -Dice brusco al abrir la puerta del carro y bajarse, me bajo también-
—¿Qué mierda haces? -Pregunto molesto- Nadie te puede ver a menos que quieras que te reconozcan, y ni siquiera tenemos un maldito plan.
—Harry, por el amor a Dios, tú mismo sabes que no sobreviviríamos ni cinco minutos bajo el mismo techo.
—Pues al parecer lo logramos seis horas en el mismo carro, así que haz un puto esfuerzo por una jodida noche. -Ordeno firme, él bufa más molesto- Yo también te odio Zayn, y preferiría meter a un vagabundo a mi casa antes que a ti, pero al parecer tampoco tengo opción.
Comienzo a caminar a la puerta, él refunfuñando de enojo me sigue hasta adentrarnos, la ira me come vivo al tan siquiera verlo pisando mi alfombra.
—No era una broma cuando dije que dormirás en el techo. -Digo al cruzarme de brazos-
—Chistoso. -Me dice sarcástico- Solo dame una puta cobija y yo me acomodaré.
Tengo que tranquilizarme, las ganas que tengo de matarlo son impresionantes, ¡Él es el asesino del hermano de mi dulzura!
—Usa el cuarto de invitados. -Digo al subir un piso, él me sigue el paso y le abro una habitación bastante cómoda para una persona- Tienes suerte esta vez. -Digo molesto al salir de aquí y dirigirme ahora a mi habitación-
Me meto a duchar, que refrescante por fin, dejo caer el agua hirviendo sobre mi, pero mi estómago de repente ruge, tengo hambre, y probablemente Zayn también. Uno de mis hobbies siempre ha sido cocinar. Al salir ya aseado del baño me dirijo a la cocina a preparar algo sencillo, dos emparedados con jamón, queso, lechuga, jitomate y aderezos. Al terminarme el mío, subo a regañadientes con el plato en mi mano al cuarto donde está Zayn, toco la puerta y espero un momento, se abre dejándome verlo aseado con su cabello mojado.
—Tu cena. -Digo al alzar el plato frente a él, él entrecierra sus ojos-
—¿Cómo sé que no lo has envenenado? -Se cruza de brazos-
—Porque el veneno lo hubiera puesto en el agua que venías tomando en el camino, no me hubiera aguantado tanto las ganas para matarte. -Digo y toma el sándwich aún dudoso-
—Gracias. -Dice tenso-
—Como sea. -Digo indiferente y me dirijo nuevamente a mi habitación-
Me cepillo los dientes como último paso antes de caer rendido en la cama, mañana será un día muy importante, hago una llamada de procedimiento antes de que se me olvide. Pongo mi alarma temprano, apago luces y me voy a dormir.

La Criminal. Tercera Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora