Capítulo 11. Admítelo.

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Que te llamen a la oficina de Mark nunca es una buena señal, NUNCA, recuerden mis palabras. Voy caminando inseguro a la oficina, ¿Por qué me habrá hablado a mi? Toco la puerta y espero el grito de "pase". Me adentro y cierro después, él me ve atento desde su silla, tomo asiento con tranquilidad frente a su escritorio.

—¿Sabes por qué te he citado? -Me pregunta-

—No, en realidad no. -Digo sincero-

—Te voy a hacer una pregunta Chad. -Me dice serio, yo paso saliva- Y quiero que me contestes con honestidad, ¿Estamos? -Yo asiento con temor- ¿Por qué están buscando a Nicky? -Yo abro mis ojos como bala, ¿Cómo sabe? Más bien, no me sorprendo, Mark sabe todo lo qué pasa en su ciudad-

—Es para ayudar a _______. -Contesto un poco inseguro- Es difícil de explicar.

—Tengo todo el tiempo del mundo. -Dice al recargar su espalda relajadamente en su silla- Pero quiero estar enterado de todo. -¿Será buena idea contarle todo a nuestro jefe? Vaya, es de confianza total-

—Estamos haciendo unas sesiones con _______, platicar con ella para ver si logra recordar. -Comienzo con la explicación- Y no podemos ser de gran ayuda si no mencionamos lo de ser criminales, y queremos a Nicky para que me ayude a hackear el sistema del hospital y desactivar los micrófonos sin que se den cuenta. -Mark bufa una risa disgustado-

—¿Por qué no me lo han dicho antes? -Pregunta un poco ofendido- Yo les puedo ayudar con eso. -Una sonrisa se forma en mi-

—Eso nos vendría de mucha ayuda Mark. -Admito-

—¿Por qué no han recurrido a su jefe? -Pregunta aún ofendido e inclusive un poco sentido- Creí que me tenían confianza.

—Por supuesto que te la tenemos Mark. -Digo seguros de mis palabras- Pero créeme que estamos desesperados, todos estamos perdiendo la cabeza con el caso de _______ y con todo lo que nos ha pasado respecto a Zayn, Jennifer y Alex.

—Puedo imaginármelo. -Suelto un suspiro- Mis pequeñas ________ y Jennifer, yo también las extraño demasiado. -Una mueca de tristeza lo invade- Te prestaré a mis mejores hombres en computación, que ellos te ayuden con lo de las cámaras.

—Gracias Mark. -Sonrío alegre-

—Eso era todo. -Me dice ahora más tranquilo, incluso me guiña el ojo y después me señala la puerta, asiento y quiero ponerme de pie cuando me interrumpe- No, espera. -Alzo mi mirada y me detengo, vuelvo a tomar asiento- De hecho, quiero saber otra cosa más. -Yo espero atento a sus palabras, él toma un fuerte suspiro y me ve a los ojos, tengo miedo- ¿Por qué se están involucrando con los mexicanos? -Rápidamente frunzo mi ceño confundido, él lo nota pero sigue sin quitar su rostro de interrogatorio-

—¿Perdón? -Pregunto aún confundido-

—Rodríguez. -Dice el nombre firme mientras abre su cajón de vasos de vidrio- Me ha venido a contar. -Me alza un vaso en forma de pregunta y yo niego, él toma el suyo y después agarra la botella de whisky que hay en su escritorio- Que los necesitan, ¿Qué está pasando ahí? No me vengas con que ellos también son para ayudar a ________.

—¿Disculpa Mark? -Continúo con mi rostro de confusión- ¿Mexicanos?

—¿Acaso no estás enterado? -Me pregunta al alzar su ceja un poco sorprendido- Ustedes ya saben que los mexicanos no son de confianza y se están metiendo en problemas interminables.

—A ver, a ver. -Pido una pausa de inmediato- Mark, no sé de qué mierda me hablas, yo no sé nada de Rodríguez. -Insisto-

—Pues alguno de ustedes lo ha buscado, y ya sabes cómo es. -Me advierte- Vaya, es irónico que te diga esto siendo uno de los más buscados por la policía, todos somos los malos. -Ríe un poco a la ironía que ha dicho- Pero hay de malos a malos, ¿Me explico?

La Criminal. Tercera Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora