Capítulo 25. Son modales.

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—¿Qué crees que haces? -Me ignora por completo mientras continúa viendo por los grandes computadores, sigue dando ordenes como siempre- Te estoy hablando, sé que me escuchas. -Decide ignorarme por completo, incluso sale de la sala a paso firme, frunzo mi ceño molesto y comienzo a seguirlo hasta su oficina donde se metió, cierro la puerta al entrar- ¿Acaso estás sordo?
—Te estoy escuchando, Gunner. -Me responde tan pacífico como siempre, toma asiento en su silla de piel- Pero ya sabes la respuesta.
—Ya no puedes seguir con esto y lo sabes, te estás volviendo loco. -Digo firme, tiene un maldito tic en la mano desde hace semanas que hasta él debe darse cuenta de que es mucho estrés- Tienes que parar ya.
—No. -Niega firme y ruedo mis ojos- ¿Algo más que quieras decirme antes de retirarte? -Me pregunta amablemente como una forma sutil de correrme-
—Harry te estás volviendo loco. -Por fin suelto al negar con mi cabeza- ¿Cuándo fue la última vez que dormiste? ¿O que tan siquiera comiste bien? -Calla, de seguro no se ha de acordar- ¡Tienes que parar por tu bien!
—Puedes retirarte de mi oficina Gunner, gracias por haber pasado. -Comienza a navegar en su computador ignorándome, suelto un suspiro frustrado-
—Ember necesita espacio. -Digo por fin soltando el elefante en la habitación- Es normal, acaba de vivir eventos traumáticos que ni tú ni yo imaginaos. No pasa nada si no regresa——
—No. -Niega firme de nuevo viéndome a los ojos, como si hubiera sido lo peor que pude haber dicho- Regresará.
—Han pasado dos meses. ¿No te has dado cuenta Harry? Te has dejado a ti mismo por un lado, ¡Has dejado todo! -Le grito, mi voz tiembla, jamás creí alzarle la voz a mi jefe, y deje ustedes mi jefe, al oficial de policía Harry Styles, nadie en su sano juicio lo haría, peor al parecer yo soy un imbécil- Haz algo productivo de nuevo y deja de esperarla joder.
Se pone de pie de su silla, me ve con una combinación de ira y tristeza, sigo temblando joder. Conozco a Harry en muchas de sus facetas, porque todos sabemos que es un hombre increíblemente cambiante, bipolar hasta el dedo meñique, pero juro por Dios que jamás lo creí capaz de hacer lo siguiente. Me suelta un terrible golpe en pómulo que me tira hasta el suelo, estoy petrificado, siento sangre derramarse por mi rostro, volteo a ver a Harry con un rostro de incredibilidad, él me ve sin algún resentimiento, no se arrepiente en lo absoluto al parecer, me ve con tanta ira joder que no lo reconozco.
—¿Se puede saber qué mierda pasa aquí? -Pregunta John al asomarse a la oficina y verme en el suelo- ¿Gunner? ¿Qué ha pasado? -Pide una explicación al adentrarse, Harry lo ignora por completo y sale de aquí, John me ayuda a ponerme de pie- Estás sangrando. -Me dice al ver mi rostro- ¿Qué ha pasado?
—Lo perdimos. -Digo con tristeza en mis palabras-

Narra Ember.
—Estoy segura que eran ocho joder. -Digo entre risas- Tú insistías tanto que eran nueve. -Ruedo mis ojos, tapo mi rostro con mi mano del sol tan fuerte que hay hoy, callé por un momento viendo al suelo, observando el pasto verdoso, opto por mejor ponerme de nuevo mis lentes de sol- Creí que me estaban bromeando. -Admito al tomo aire de esta fresca brisa- Creí que todo había sido una terrible pesadilla, y lo es vaya, ¿No lo crees? Bueno, para ti no, tú debes estar cogiéndote a quien sabe cuanto hombre guapo tomando de un buen cóctel maldita, porque te conozco tan bien como la palma de mi mano. -Observo mi palma izquierda por unos segundos y después paso a ver la hora en mi reloj de mano, debo retirarme pronto- Se nos ha agotado el tiempo al parecer. -Me pongo de pie y sacudo mis pantalones negros de la poca tierra que puede haber en ellos- Te veré pronto, ¿Estamos? No olvides todo lo que te amo joder. -Una pequeña sonrisa se me escapa-
Volteo a mi alrededor, todo despejado, comienzo a caminar de regreso a mi carro pasando por todas las tumbas en el cementerio, tengo que admitir que la tumba de Jennifer es preciosa, llena de flores ya que todos le traemos cada que podemos, me adentro a mi carro, enciendo la radio antes de arrancar, busco el canal de noticias y arranco.
"No se han podido encontrar huellas en el increíble Penthouse del millonario Bahir Jabbar, que les recordamos que hace una semana fue su terrible asesinato en su propia fiesta de cumpleaños, el joven cumplía treinta y dos años de edad y fue terriblemente apuñalado por el cuello y un tiro en la cabeza, los guarda espaldas informan que la última persona con él fue una mujer de complexión delgada, alta y cabello obscuro entrando con él a su cuarto, de ahí pasaron unos minutos y salió la mujer sola llorando, éste es uno de los testigos que es el guardia de la puerta."
—"La mujer salió del cuarto... -Habla una voz masculina- Llorando y gritando que Bahir era un patán, que solo la quería para el sexo." -Reí un poco a esa actuación que hice, joder me merezco el puto Oscar ahora que lo pienso-
"No se sabe nada aún. Pero lo que sí se sospecha es que han robado algo del automóvil del mismo Bahir Jabbar, su carro se encontraba abierto y aún continúan buscando que se ha robado de..."
Apago el radio, manejo por las calles de Inglaterra, me llega una llamada, sonrío al ver el identificador.
—¿Sí?
—Miller sé que necesitas tu espacio. -Dice antes que nada un poco apenado- Solo quiero darte las gracias por este favor, estoy viendo las noticias y te luciste en Dubai.
—Te hice una promesa, Mark, una promesa no se rompe.
—¿Hay algo que pueda hacer para mostrarte mi gratitud?
—De hecho, que bueno que lo preguntas. -Una sonrisa traviesa se formó en mi- Si lo hay, es algo simple.
—Pues soy todo oídos, ¿Tomo papel y boli?
—No. -Niego rápido- Más bien ponte en tu computador a dictarme una dirección que bien sé que sabes. -Permanece en silencio- Quiero la ubicación de Nicky Nichols.
—Miller...
—Joder Mark. -Maldigo molesta- Solo te estoy pidiendo un pequeño y jodido favor que implica el nombre de una calle. -Sé que se hará el difícil en dármela- Cumplí mi parte del trato, cumple el tuyo.
—¿Sabes el riesgo que corro al darte la ubicación de Nichols?
—¿Sabes lo que me importa? -Le pregunto, él bufó y reí- Ya joder, eres el puto jefe, no te hagas del rogar y dame la maldita ubicación, que a pesar de todo ella sigue siendo de mi familia, ¿Lo olvidas?
—No lo sé, Miller. -Admite- Me da miedo lo que puedas llegar a hacer, ella no te ha hecho nada.
—¡Dame la ubicación y ya!
—Bien, bien.
Manejo a gran velocidad después de haber puesto la ubicación en el GPS. Está lejos, paso a cargar gas y a comer en un Starbucks, ya me moría de hambre. Sigo mi camino sin pausa alguna hasta llegar, estaciono mi carro donde al parecer es la casa. Es desagradable y con falta de cuidado, el césped hasta una altura inaceptable, la madera blanca de la entrada ya casi café, que disgusto joder. Subo los escalones hasta llegar frente a la puerta, toco el timbre.
—Ya hasta creí que se les había olvidado mi pizza. -Grita esa voz que ya casi olvidaba, se abre la puerta y me quito los lentes de sol, se exalta de inmediato- ¡Madre! -Cierra la puerta de portazo de nuevo, frunzo mi ceño a su agresividad, vuelvo a tocar el timbre con amabilidad- ¿¡Miller!? -Pregunta exaltada a través de la puerta- ¿¡Cómo mierda me has encontrado!?
—¿Podrías abrirme para poder hablar? -Pregunto con amabilidad y paciencia-
—¡Largo Miller! -Me grita, entrecierro mis ojos, vuelvo a tocar el timbre- ¿Para qué puta madre vuelves a tocar? ¡Si te escucho desde aquí! -Me grita, vuelvo a tocar el timbre- ¡Puta madre! -Vuelve a abrirse la puerta con ella de agresiva como siempre, se paraliza de inmediato al verme apuntándole con mi pistola, la paciencia se me ha agotado-
—Vine por las buenas pero veo que tú te empeñas en que sea por las malas.
—Joder. -Bufa molesta, abre por completo la puerta dejándome entrar, dejo de apuntarle pero continúo con mi arma cargada y en mi mano presente. Un olor desagradable a cigarro y drogas invadió mis pulmones de repente, incluso tosí un poco- ¿Louis o Mark te han dicho dónde estoy?
—Eso no importa. -Me alzo en hombros- ¿No me vas a invitar algo de tomar?
—Deja de ser tan amable por Dios que me vas a volver más loca. -Dice negando con su cabeza al dirigirse a la cocina- ¿Gustas algo de tomar?
—No, gracias. -Niego amable, regresa de la cocina viéndome con una mirada sarcástica y molesta-
—¿Entonces por qué mierda me dices que no te he ofrecido nada?
—Joder, son modales nada más.
—¿A qué viniste Miller? -Se cruza de brazos, puedo apreciar que está hecha un verdadero desastre, de verdad, su rostro está tan jodido, se ve que ha fumado y consumido puras porquerías que la llevan al abismo, no sé cuando fue la última vez que ese cabello tocó el shampoo, la casa apesta a cigarro y a marihuana a más no poder, colillas por todas partes, la casa tan sucia hecha un desastre como ella, me siento disgustada, ni como para sentarme en algún lugar sin miedo a que se me pegue algo- ¿A torturarme más? -Me pregunta molesta, prende un cigarro para comenzar a fumarlo, sus manos tiemblan, me da tanta tristeza, pongo mi arma detrás de mi pantalón, comienzo a desabrochar mi chamarra- Miller, ¿Qué mierda estás haciendo? -Continúo ignorándola, alzo mi blusa para que pueda ver mi abdomen- No es cierto esto. -Dice al voltearse y tallarse los ojos-
—Obsérvame. -Le pido, sigue volteada- ¡Que me observes joder! -Le grito, sigue volteada la terca, vuelvo a sacar mi arma y le apunto, ella lo escucha- ¡Voltea maldita sea! -Logro hacerla voltear a ver mi terrible cicatriz de la bala en mi abdomen bajo- ¿Sabes quién ha hecho eso? ¿Quieres adivinar?
—Por favor no. -Dice al comenzar a llorar como una niña pequeña, es un desastre repito, lanza su cigarro al piso- Por favor.
—¿O quieres que yo pronuncie su nombre? -Le pregunto atenta, ella llora como berrinchuda- Bueno, veamos si te suena, ¡Alex Alice Vause! -Grito con todo pulmón-
—¡Para por favor! -Grita histérica, se tapa los oídos- ¡Para por favor!
—¿Dónde está? -Pregunto con amabilidad calmándome por completo-
—¡No lo sé joder! ¡No lo sé! -Me grita al destaparse los oídos, cargo el gatillo del arma- ¡Ember por el amor a Dios que no lo sé! -Llora tanto que hasta inclusive me da asco, sonará mal que lo diga ya que es una gran y vieja amiga, pero joder, que mal se ve, no puede respirar correctamente de lo mucho que llora, sus ojos tan hinchados que dudo que pueda verme correctamente-
—¡Última advertencia Nichols! -Amenazo más firme que nunca, a estas alturas todos hemos perdido la cabeza, no me importa estarle apuntando a una amiga- Lo voy a repetir una vez más. -Digo más calmada, tratando de tranquilizar a mis demonios internos- ¿Dónde está Alex? -Ella llora tanto que dudo que me esté escuchando, comienzo a estresarme- ¡Contéstame!
—¡Hazlo joder! -Por fin grita como histérica- ¡Dispárame por favor! ¡Me harás un favor! ¡Te lo ruego! -Grita juntando sus manos como oración- ¡Mátame Miller! ¿¡Qué pierdo!? ¡Nada! ¿Qué no me ves? -Se señala de pies a cabeza- ¡Hazle un favor a este mundo y dispárame maldita sea! -Se acerca a mi con velocidad, me pongo nerviosa, toma mi pistola y se apunta a su propio craneo- Dispárame ahora mismo joder, porque jamás te diré donde está Alex. -Paso saliva, la observo con odio, nos observamos con odio puro, joder, ¿De verdad lo haré? Ella es de mi familia- ¡Mátame! -Me grita- ¡Mátame Miller!

La Criminal. Tercera Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora