L'eterno addio olio su tela.

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Suspiró cansado. Tener a Jackson rodeandole cada cinco segundos no era fácil y menos si no sabía que hacer. El rubio solo lograba que su auto control flaqueara y quisiese ir corriendo a sus brazos.

Después de que se vieron la primera vez las cosas se complicaron. Steffano vio la honestidad en su mirada y la sintió, pero su corazón no quería olvidar. No quería volver a ser utilizado de nuevo y menos si era por el rubio. Sabía que terminaría devastado, al final del abismo y nadie podría salvarlo.

La señorita Ling lo había citado a una reunión urgente. Debían tomar decisiones sobre lo próximo que se vendría, por eso, cuando entró a la sala y vio a todos los del equipo ahí, incluido a Wang, supo que aquel bastardo manipularía las cosas para a su favor.

-Verás Steffano, hemos hablando con el señor Wang y nos ha dado una gran y hermosa solución para la nueva campaña. Decidimos que iríamos o bueno, ustedes irían a el Valle de las margaritas.

-¿Iremos? -Preguntó confundido el modelo.

Sí, irán. Hemos tomado la decisión de que queremos algo más vintage, por eso solo necesitaran la cámara semiprofesional del señor Wang, así que solo irán ustedes dos.

Dirigió su mirada al rubio. Esté le sonrió con complicidad.

-¿Y a que se debe ese cambio? -Murmuró resignado. Sabía a la perfección que si rechazaba esa oferta, de igual manera Wang lo volvería a intentar con otra cosa.

-Bueno, la idea es hacer tendencia, ya sabes, hacernos notar y pensamos que luciendo mejor tu belleza en un fondo simple como lo sería esté lugar quedaría perfecto.

Solo pudo asentir sin mucho complique.

Después de aquel momento, salió hacía su camerino para cambiarse pero primero pasó por la maquina de comida. Tomó unas galletas de chocolate y giró la perilla.

Jackson se encontraba acostado sobre el sofá mientras que olía su bata y su mirada se perdía en algún punto del techo. Se quedó perplejo viéndole, por alguna razón se sentía muy nervioso cuando lo tenía cerca.

-¿Te quedarás ahí parado? -Parpadeó al oír eso.

-¿Se puede saber que haces aquí? -Susurró cerrando la puerta. Se sobresaltó al oír el seguro de la puerta ser puesto.

Jackson simplemente lo miró desde donde estaba y él sintió la necesidad de moverse para no sentir la incomodidad. Caminó hasta el espejo y abrió el escritorio, sacando algunas cosas. Sintió una respiración en su nuca y el corazón se le subió a la garganta. Las manos ajenas viajaron por su cintura y lo abrazaron, empujando su majestuoso cuerpo hacía atrás, sintiendo el caliente cuerpo de Jackson.

-Estoy aquí porque hoy te he extrañado más que nunca -Respiró con fuerza sobre la nuca pálida -Extraño sentirte a mi lado, extraño tu rostro cuando hacíamos el amor. Por el amor del infierno, como quiero hacerte el amor, Steffano. -Movió sus pulgares sobre la cintura del más bajo -¿Recuerdas cuando hacíamos el amor en la playa a la madrugada? Como extraño eso.

Parpadeó intentando no llorar al oír todo eso. Sus manos permanecían a cada lado de su cuerpo cerradas en un puño. ¿Cómo no recordar todo eso? Era imposible, siempre lo recordaba, aunque en su cama estuviera otra persona, siempre iba a querer a Jackson.

-V-vete. Por favor Jackson, solo vete -Murmuró intentando sonar duro.

Escuchó un suspiro a sus espaldas y luego un beso fue plasmado en su nuca. Se sonrojó al sentir los suaves belfos del rey plasmados en su piel y de pronto estaba solo.

Se volteó y miró el alrededor, ni rastro del rubio. Caminó hasta el sofá y se derrumbó allí. Las lágrimas salieron sin cesar y se sintió tan vulnerable, ¡Odiaba sentirse así! Llamó a Forth para que pasara por él y sin más precedentes tomó su bolso y salió de allí. Cuando pasó por el salón, encontró a todo el equipo reunido, incluso él. Todos voltearon a verle con rareza al notar que estaba llorando pero era algo a lo que simplemente no le prestaría atención. Caminó rápido bajo la mirada de Jackson y salió de allí.

Diaboliquement.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora