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Sentado en uno de los sofás de la elegante sala. Yusaku sentía su corazón temblar así como tragar con dureza mientras en su mano estaba una carta de color castaño mientras esperaba a Ryoken, el cual esta en la cocina de su casa.

Había pasado un par de meses desde que empezó a frecuentar al hijo del profesor Kogami con tal de convencerlo de no atacar a los Ignis o por lo menos, en el mundo real tener una relación neutral ya que Ryoken no pretende lastimarlo y el no desea ser su enemigo. había sido un logro que el usuario de Revolver aceptara que en el mundo real es su zona neutra, de vez en cuando discutian y otras guardaban un ameno silencio, las constantes visitas cortas y las ocasionales salidas a caminar cuando estaban cansados de estar encerrados, los llevo a tener una extraña amistad. ahora El muchacho usuario de Playmaker temblaba ligeramente intentando no apretar aquel sobre donde había escrito sus sentimientos por el joven adulto de cabello blanco como la nieve.

Sus mejillas picaron un poco. Imagino que se había sonrojado y sentía sus ojos cristalizarse ligeramente ante la idea de entregarle ese sobre.

Aunque en el mundo virtual y en su diario vivir se mostraba como un chico frío y valiente, capaz de derrocar a organizaciones criminales con sus habilidades de Hacking. en el fondo, escondido tras una Mascara, aún esta ese niño asustado que protege su tierno y temeroso corazón.

Pero una vez más, lo dejaría salir. Mostraría esa debilidad una vez más y que solo con Kogami hijo quería y podía revelar, debía ser valiente e intentar.

Vio el sobre con un gesto decidido. No estaba en el mundo Vrains para decir sus sentimientos bajo la protección de un avatar pero es igual de cobarde revelar sus sentimientos por un pedazo de papel. No solo es arcaico sino también innecesario. Bien puede enviarle un correo en ese momento pero se tomo la molestia de realizar ejercicios de caligrafía para escribir esa carta y desempolvar su lapicera.

Pero tenia la pequeña esperanza de que ese detalle le gustara a Ryoken o por lo menos, lo valorará lo suficiente para no rechazarlo con frialdad y estaría pidiendo mucho si aún le dejara visitarlo.

Sale de sus pensamientos en el momento que escucho los pasos suaves de Revolver acercarse. Automáticamente guarda su carta en el bolsillo y recupera su máscara de neutralidad tras tomar unas cuantas bocanadas de aire. Desde que se dio cuenta de sus sentimientos por Ryoken, últimamente le cuesta trabajo mantener un gesto calmado.

-Playmaker, no pretendía hacerte esperar demasiado- Yusaku logro disimular el efecto de la voz de Revolver cerca suyo cuando dejó un vaso con agua en la mesita de cristal al mismo tiempo un folder con informacion que logró recolectar esos últimos días para lograr derrocar a Sol Tecnológics. El dueño de la mansión tomó asiento en el sofa más distante entre ellos y miro con serenidad a su invitado antes de empezar a hablar sobre el contenido de ese documento y analizar la información cada uno por su lado y compartír opiniones.

Para Yusaku fueron los 40 minutos más felices del día. El estar con su persona aúnque no fuera en la condición que deseaba, estaba bien. Veía de reojo sus facciones masculinas y esos hermosos ojos que provoca que su corazón lata hasta rayar a la dolorosa. Sin embargo no se comparaba al inmenso dolor de la frustración de no entregar ese dichoso papel en su bolsillo mezclándose cuando era momento de partir a su... Casa.

-hoy no dimos con buenos frutos Playmaker--comentó Kogami mientras cerraba su computadora con una mirada poco satisfecha ante esa tarde infructuosa. El peliazul no dio una respuesta a ese comentario, se limitó a cerrar su propio computador y mirar a Revolver.

-ingresare de nuevo en el submundo de Vrains, aún quedaban muchos datos que no logré investigar- aseguro el peliazul con rosa, con la pequeña esperanza de ver una reacción positiva en el mayor pero solo ganó un suspiro y mira mirada que le indicaba advertencia sobre sus acciones.