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Bajo aquel estéril techo de su habitacion asi como la luz matinal del sol colándose por la ventana. Yusaku se despertó de manera horrible tras una pesadilla. donde iniciaban sus choques eléctricos como la fría voz virtual que recordaba siempre su encierro. se negaba a abrir los ojos. no quería verse encerrado en esa horrible sala blanca. Hasta que sintió que algo tocaba sus hombros, agitándolos con rudeza. Pero lo mas importante, fue aquella voz que le había salvado más una vez. Temeroso abrió sus ojos con el alivio de ver que Ryoken esta ahi, tomándolo de sus hombros para hacerle reaccionar. Aun aterrado por su mal sueño, tuvo la templanza de recuperar la compostura, lentamente sus facciones se relajan.

-¿Ryoken?-el peliazul se extraño de verle ahi, se pregunto que hacia tan temprano en su casa cuando recordó que su persona se quedo con el anoche. apenas y noto que su novio tiene el cabello mojado y esta a medio vestir. seguramente salio de ducharse. Sin mediar más palabras y mandando al diablo su fobia, abrazo al mayor. Con tal de sentirlo real, saber que esta ahí realmente y no es cosa de su mente desesperada.

Ya ha pasado antes cuando era pequeño.

-tranquilo... fue solo una pesadilla... te escuche gritar y vine tan pronto como pude- intento soltarlo despacio a notar como el menor empezaba a temblar, seguramente había excedido su limite de tolerancia.

-no... Solo un poco más, por favor- pidió en tímido susurro mientras sus manos se aferraban a la camisa del peliblanco. Sentía su mente intentar quebrar su voluntad y hacerle retroceder pero no lo permitiría, no esta vez.

-esta bien. - escucho su respuesta contra su cuello. Cosa que lo hizo estremecer. Yusaku era la primera vez que duraba tanto tiempo así con su pareja.

Tal vez, tal vez esta vez podía llegar más lejos.

Sintiendo el cuerpo de su pareja relajado, no le costó trabajo guiarlo hasta la cama donde el peliazul lo hizo recostarse arriba suyo sorprendiendo en el acto a Ryoken.

-¿Yusaku? -
-por favor... Ten sexo conmigo Ryoken - murmuró abrazando el cuerpo del mayor lo mas fuerte que podía, aún sintiéndose terriblemente asustado y tenso. El joven de ojos esmeraldas apenas podía creer que dijo eso en voz alta. Después de todo, no negaba que deseaba al joven Kogami, que muchas veces soñó que el mayor robara cada suspiro y pureza de su cuerpo pero su psique enferma no lo deja ser, limitando sus anhelos.
Así que aprovechando que su mente se quedó quieta al ver que la había desobedecido, habló con sinceridad aun cuando sintiera miedo.

-Yusaku... No es el momento-
-Ryoken estoy consciente de lo que te pido. - insistió sintiendo su corazón latir con dureza al percibir que su amante intentaba alejarse, rechazado su cuerpo y sus sentimientos al respecto.

¿Por qué? ¿Por qué justo cuando se sentía más valiente su Ryoken lo rechaza?

-no estás listo-
-Ryoken, por favor. Estaré bien, resistire - fue entonces que su pareja beso suavemente su cuello y paseo su mano debajo de su camisa. Apenas tocando su vientre.

Yusaku sintió tanto pavor que terminó quedandose inmóvil.

-aún no estás listo. - continuó el peliblanco alejándose despacio. Tomando las manos de su amante, su voz suave y dolida revelaba la verdadera pena en su corazón al tener que rechazar a su pareja.
-primero, no quiero que nuestra primera vez será traumatica para ti, lo menos que quiero es lastimarte. Segundo, ¿de que me sirve que nada más yo disfrute si no lo haces conmigo? Tercero, te amo Yusaku, te amo a ti, no a tu cuerpo. - beso las manos de su pareja con adoración, con tal de hacerle saber que sufría del mismo modo por rechazar su pedido. El menor solo se alejo del mayor, dándole la espalda.

6:17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora